martes, 29 de septiembre de 2009

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domingo, 27 de septiembre de 2009

La Legiones y el orden de batalla según Polibio, Vegecio, Catón, y Tito Livio

Introducción y peculiaridares
Primeramente decir que en Roma la estrategia fue sed de dominación, guerrear en todos lo climas y pasión por la guerra y favoreció la audacia y la envidiosa rapidez de sus conquistas, lo pequeño de sus ejercitos consulares, su severa disciplina, su facil manutención y su manejo tomando si se pòdia siempre la iniciativa, con gran actividad y agilidad de sus tropas.
La legión se componía como se ha dicho de cuatro especies de tropas a saber:

Los astarios que formaban la primera línea. Al principio eran los soldados de las tropas ligeras los más jovenes y pobres que después fueron los velites armados con asta, pica, chuzo es decir armados a la ligera con orden disperso desde Servio Tulio hasta las modificaciones de Mario
Los príncipes que formaban la segunda línea. Era el soldado más rico y vigoroso, soldado de preferencia escogidos en la ciudad que podian pagar holgadamente cierta contribución pecuniaria, hasta la llegada de la tercera fila de los Triarios y formaban un grupo compacto con la falange rectangular u oblicua antes del orden manipular con la primera linea de los Hastarios. Sobrevivió esta linea hasta las reformas de Mario pero el nombre subsistió en la cohorte como referencia de la primera linea aetate florentíssimo principes.

Los triarios o pilanos ( También los veteranos eran conocidos con el nombre de armites) que formaban la reserva en la tercera línea que aparecen en el Sitio de Veyes y eran los veteranos de la legión de preferencia, curtido, valiente, audaz, solida reserva cuando los enemigos rechazaban las otras lineas,Res ad triarios vediit, eran las ultimas esperanzas de vencer en la batalla, se ponia todo la carne en el asador con estos infantes de Roma. Se dejo escrito la siguiente frase: Hastatorum prima signa deinde principum erant; triari postremos claudibant

Las tropas ligeras divididas en rorarii y accenses y más tarde conocidas con el nombre de velites ya que en los escritos antiguos de diferentes autores diferentes palabras pueden querer decir lo mismo y asi los accensos aparecen con Servio Tulio y era la vanguardia movil y eventual y posteriormente quiza cambia la denominación de estas tropas ligeras apareciendo estos nombres accensos, additos, ferentarios, rosarios. . y se coge como denominación generica la palabra velites y eran los jaculatores, lapidatores y funditores es decir velites eran todos aquellos que tiraban con honda, ballesta y dardos,Iisdem miscende ... quos expeditos Velites quare volitantes nominabant o como dejo escrito San Isidoro Velites vocati sunt, sive o ... . a civitate Etruscorum, quae Velites vocatur

También citar las tropas auxiliares, catervas o turbas extranjeras mas o menos disciplinadas y gente de a caballo que cubrían los flancos y despejaban la vanguardia del nucleo tactico y organico constituido por la legión

El sistema de este orden era empeñar la acción por los soldados más jóvenes y entrado después en el fragor de la batalla a los mejores legionarios y se comprueba en lo siguiente:

*Los príncipes eran más robustos y aguerridos que los astarios.
*Los triarios eran hombres escogidos como los granaderos de los ejércitos del siglo XIX.
*Los astarios, los príncipes y los velites tenían igual número de plazas, pero los triarios no eran más que la mitad, una séptima parte de la legión.

Tito Livio describió esta distribución con las siguientes palabras: tribus ex vexillis constabat ordo: primum vexillum triarios ducebat. Ordo autem 186 hominum erat.

La palabra manipulus se corresponde con lo que hoy sería un pelotón, la de un pequeño cuerpo o puñado de hombres y cada manipulo estaba dividido en dos mitades llamadas centurias que no viene porque estuviese formado por 100 hombres sino que provenía de sus jefe llamado centurión, centiun o centur en el elemento galo que sirvió a la lengua latina.

La división por diez se encontraba en la clasificación jerárquica de los centuriones y servía de base a su marcha ordinaria partiendo de la derecha.

El primer manipulo de triarios, el primero de los príncipes y el primero de astarios formaban el primer orden,el segundo manípulo de cada línea formaba el segundo orden y así sucesivamente.
Había pues diez ordenes de centuriones en cada legión y cada orden comprendía seis distinguidos con el nombre de la línea, el número del manípulo y encada manípulo con la designación de prior o posterios. El ultimo capitán de la legión era conocido con el nombre de decimus hastatus posterior.

La marcha ordinaria no se verificaba por el orden horizontal de las líneas de batalla, sino verticalmente, así es que el segundo centurión del décimo manípulo de los astarios, llegaba a ser el primero en el manípulo y luego segundo en el décimo de los príncipes y así sucesivamente hasta primero del décimo manípulo de triarios de donde pasaba a segundo centurión del noveno manípulo de astarios.

El primer oficial de la legión era el primus triarius prior, llamado primipilus cuyo grado puede comparase con el de coronel en los ejércitos actuales.

Cada legión tenía además seis oficiales generales, llamados tribunos legionarios, cuyas funciones eran mixtas, militares y administrativas equivalentes a lo que hoy sería general de brigada e intendente y solo dos de ellos estaban investidos a la vez de funciones activas y alternaban cada dos meses.

En tiempo de los emperadores las legiones fueron mandadas por los prefectos legionarios, lo que hoy en día seria general de brigada, pero con funciones también administrativas porque se creía entonces que la suerte de los soldados estaba mucho más asegurada en las manos de los que participaban de sus trabajos y de sus peligros que en la de especuladores extraños, para quienes no son más que un medio de fortuna pecuniaria.

El orden de batalla de las legiones consistía en tres líneas por escalones de la siguiente forma:
Los diez manípulos de astarios se colocaban en primera línea por intervalos iguales en su frente.
Los de los príncipes estaban en segunda línea detrás de los intervalos de la primera y los de los triarios en tercera línea.

Las tropas ligeras de la legión se desplegaban delante de toda la extensión del frente, tanto para cubrir las tropas de batalla como empeñar la acción.

Cuando se daba la señal de combate, las tropas ligeras pasaban por los intervalos de las dos primeras líneas y venían a colocarse en los intervalos de las dos primeras líneas de la de los triarios.

Véase la batalla de Veseris descrita por Tito Livio en la que dice que después de la muerte del cónsul Decio, creyendo el otro cónsul Manlio indecisa la victoria hizo avanzar a los accensi de la tercera línea. Los guerreros del pueblo llamados latinos engañados, les opusieron sus triarios y cuando después Manlio hizo marchar sus verdaderas reservas, no teniendo ya aquellos nada que oponerles, fueron completamente derrotados. (Libro VII,10), es decir los velites que no tenían centurión particular estaban agregados a los manípulos de los triarios.

Algunas veces empeñaban el ataque de la línea enemiga solamente los astarios que si eran rechazados venían a encajonarse en los intervalos de los príncipes.

Si el combate se hacia más reñido avanzaban los triarios a su vez para llenar los vacíos, pero acontecía que si la resistencia era prolongada que desde el principio de la acción avanzaban los príncipes a los intervalos de los astarios y formaban con ellos una línea llena.

La fuerza de la legión varió según las épocas y las circunstancias desde 4. 000 a 6. 000 hombres, si bien nunca pasó de este último número.

En la formación de 4. 200 cada manípulo de astarios, príncipes y vélites era de 120 soldados y 4 oficiales y los de los triarios no eran más que 60 soldados y al mismo tiempo que se formaban las legiones se organizaban para cada una un cuerpo de caballería que al principio fue de 200 caballos y después de 300 caballos. Su lugar de batalla era sobre las alas del ejercito y de ahí proviene el nombre de ala que llevaba el destacamento de caballería de cada legión.

Orden legionario y consular en su epoca de apogeo

En resumen el orden de batalla de las legiones romanas (Teniendo en cuenta siempre que según la época la organización y el número de las legiones), eran de una gran originalidad, ingeniosas y efectivas por lo siguiente:

*Primero los velites, unos 1600 hombres, estudiaban la acción a emprender dirigiendose hacia adelante para retardar la marcha del ejercito contrario, estudiandolo y descubriendo sus intenciones, espiando sus movimientos e informando a los suyos para que tuviesen tiempo de tomar decisiones flanqueados por los escuadrones de caballeria ligera o auxiliares a izquierda y derecha.

*Los legionarios nuevos los hastarios en número de 1200 hombres, combatían en primera linea a la vista de todo el ejercito pronto aplaudirlos o motejarlos, cumpliendo su deber o muriendo y después de un tiempo no podian romper la linea enemiga entraba la segunada linea.

*Entraban después la segunda linea los príncipes en un número de 1200 hombres, legionarios más fuertes y mejores luchadores que los primeros reemplazando a los caidos de los hastarios o luchando con ellos recibiendoles en el umbral de su linea o avanzando hasta llegar a su altura o dejendoles pasar a los de la primera linea a su retaguardia por los claros de linea.

*Para vencer totalmente en la batalla aparecen en escena luchando los triarios en un número de 600 hombres, veteranos en mil batallas conocedores de innumerables formas de estar en un campo de batalla y sobrevivir que se distiguían ademas de las otras lineas por sus honrosas cicatrices que habian estado hasta ese momento rodilla en tierra cubiertos con sus escudos y las picas apoyadas en el suelo con la punta hacia arriba semejantes a palizadas plantadas en el frente de la linea. Los príncipes se retiraba de forma lenta y ordenada de la primera linea hasta llegar a los citados triarios a los que se puede recordar con un proverbio que describe una situacuón crítica con esta palabras: Res and Triariosrediit, pervenit y los triarios sin aviso se levantaban del suelo se unian a los principes y hastarios los recibian en los intervalos de sus filas y formaban una formidable linea llena y continua para caer contra los soldados enemigos cosa terrible para el ejercito enemigo que creyendo tener la victoria y solo la necesidad de perseguir a los vencidos se encontraban con esta nueva y formidable linea más numerosa y más letal que nunca en toda la batalla alzandose de repente antes esos atonitos y sorprendidos soldados del ejercito contrario.

El merito principal de la maniobra de la ´legión romana es decir el medio de la Táctica y arte de mover a esos soldados romanos y de hacerles pasar rapidamente y sin confusión del orden de marcha al de combate con movimientos enlazados y dirigidos a conseguir un fin estrategico y con sus respectivas evoluciones vencer en la batalla era su capacidad de reiteración,de restablecer tres veces el combate viniendo los Hastarios a retroceder en los intervalos de los principes y estos en el de los Triarios o a la inversa, avanzando y encajonandose unos en otros formando al final una linea llena con un orden flexible, extenso y escalonado que ofrecían tres tentativas de Fortuna, con un centurion por centuria, dos por manipulos, 20 por linea y 60 por legión.

Decir también que el cántico que era el himno de combate se consideraba un elemeto táctico más y los galos, germanos utilizaban canticos feroces que oponían a los sonidos de la corneta romana.
En cuanto a los carros de guerra muy utilizados en Grecia, cuando los romanos se enfrentaron a los griegos la tactica romana era abrirse y dejarles pasar en su violenta carrera como cuando las tropas de Luculo se enfrentaron a las de Tigranes eo incluso cayendo al suelo y protegidos por el escudo les pasasen por encima y se cree que el inventor fué Erichton rey de Atenas y Virgilio dejó escrito lo siguiente: Currus et quator aussuss. Sucedió que posteriormente cuando las batallas se realizaban en terrenos dificiles su uso fué inutil y en Roma pasaron como una diversión más del Circo Romano con sus famosas carreras de cuádrigas. No obstante esto los Galos utilizaron estos carros en sus luchas contra Julio Cesar.

Una formación también muy ususal era el cuadro tactico denominado quadratum que era cuando las tropas romanas eran acosadas en llanura de ejercitos numerosos a caballo como cuando contra los partos o escitas y los infantes abandonaban orden exterior por otro más profundo, más cerrado, más solido, más denso, más compacto proporcionando frente acción por todos lados.



Ventajas e inconvenientes del orden de batalla de la legion romana

Como ventajas se pueden decir las siguientes

*Era el orden de batalla de la legión romana era flexible, suelto y adaptable a todo tipo de terrenos con reiteración de esfuerzos respecto a la falange macedónica que se diferenciaba en que esta ultima agrupaba las fuerzas en una sola masa.

*Dejando claros en sus lineas resolvían el problema de la sustitución de estas cuando otras eran abatidas permitiendo el paso entre los intervalos por los manípulos

*La sucesión de esfuerzos que se daba con las tres lineas en el orden de batalla daba a la legión romana una superioridad incuestionable sobre la organización a la griega de los soldados reconociendo no obstante que esa falange macedónica agupada en un solo cuerpo era sólida, resistente , terrible cuando se chocaba contra ella de frente si antes no se había roto su unidad pero más debil cuando se la llevaba a un terreno donde era dificil conservar la homogeneidad perfecta de su formación cosa que no ocurría con la legión romana dividible en cohortes, manipulos. .

*Por tanto las lineas romanas estaban muy bien compenetradas entre ellas y la falange griega los reemplazos de los que caían se hacia de forma individual.

*Esta división de la legión romana porque creyeron los romanos que un ejercito tenía más vigor cuanto mayor era el número de esfuerzos diversos.

*Las legiones romanas eran netamente ofensivas sin olvidar todo su magnifico armamento defensivo para resistir situaciones de sitio o apuradas y se crearon para vencer casi siempre atacando al enemigo y las falanges griegas tenían un caracter más defensivo a excepción de las de Alejandro Magno y algun otro importante caudillo griego.

*Otra caracteristica de estas legiones romanas que al ser los romanos de una mentalidad practica y poco apegados a criterios fijos cambiaron en más de una ocasión el orden habitual de batalla de sus legiones cuando la situación del combate lo requería y aplicando a veces ese dicho que dice: Las circunstancias mandan

*Otra virtud de esas legiones es cuando en una batalla el enemigo los derrotaba no entraban en una situación metal negativa no se hundían en la miseria e intentaban sacar lecciones provechosas de sus fracasos militares y sacar conclusiones prácticas de mejoras en su ejercito e intentar que no se volvieran a producir errores estartegicos, tacticos, o de otra índole .

*El soldado romano a diferencia del soldado griego era mas soldado, se acomadaba mas al oficio, ya que también aparte de luchar sabía alzar murallas y remover la tierra, en cambio el soldado griego se rodeaba de iliotas y esclavos que hacian estos trabajos duros que el soldado romano si sabía hacer.

Como inconvenientes se han de citar los siguientes

*Pero por contra se ofrecía muchos flancos al enemigo que son usualmente en una batalla las partes débiles

*No eran por tanto compactas como las falanges macedónicas cuando se producía el choque entre infanterias.

*Su caballería no era un elemeto decisivo que ganara las batallas ya que para ello tenian a su fantastica infanteria de legionarios flexible y dividida en cohortes, manípulos. etc. y cuando en la epoca de crisis del Imperio y la llegada de los pueblos barbaros este fue unos de los factores de la caida del Imperio al no poder contrarestar con garantias a los magnificos guerreros barbaros y sus potentes ejercitos de caballería como se evidencia en la batalla de Adrianopolis en el siglo IV d. J. c. en la cual la caballeria de los godos se impuso a las legiones de infanteria de los romanos dejando claro que la infanteria como unidad tactica esencial para ganar batallas dejaba paso a los ejercitos muy numerosos de consumados guerreros a caballo preludio de lo que fue la Edad Media con esos numerosisimos ejercitos musulmanes o cristianos donde la caballería jugaba un factor esencial para conseguir victorias militares.


miércoles, 23 de septiembre de 2009

LUCIO VORENO Y TITO PULÓN.



Lucio Voreno (en latín, Lucius Vorenus, traducido en ocasiones como Lucio Vareno) fue un centurión de la 11ª Legión romana, mencionado por Julio César en el capítulo 44 del Libro V del De Bello Gallico (Comentarios sobre la Guerra de las Galias).
César refiere que Voreno rivalizaba con otro centurión, de nombre Tito Pulón, compitiendo en primera fila por ser visto como el más valeroso.

Tito Pulón (en latín, T. Pullo) fue un centurión de la 11.ª Legión romana, mencionado por Julio César en el capítulo 44 del Libro V del De Bello Gallico (Comentarios sobre la Guerra de las Galias). Posteriormente, estuvo en las tropas pompeyanas.



El texto del capítulo 44 del Libro V del De Bello Gallico, es el siguiente:





«Había en esta legión dos centuriones muy valerosos, Tito Pulón y Lucio Voreno, a punto de ser promovidos al primer grado. Andaban éstos en continuas competencias sobre quién debía ser preferido, y cada año, con la mayor emulación, se disputaban la precedencia. Pulón, uno de los dos, en el mayor ardor del combate al borde de las trincheras: « ¿En qué piensas, dice, oh Voreno?, ¿o a cuándo aguardas a mostrar tu valentía? Este día decidirá nuestras competencias. » En diciendo esto, salta las barreras y embiste al enemigo por la parte más fuerte. No se queda atrás Voreno, sino que temiendo la censura de todos, síguele a corta distancia. Dispara Pulón contra los enemigos su lanza, y pasa de parte a parte a uno que se adelantó de los enemigos; el cual herido y muerto, es amparado con los escudos de los suyos, y todos revuelven contra Pulón cerrándole el paso. Atraviésanle la rodela, y queda clavado el estoque en el tahalí. Esta desgracia le paró de suerte la vaina que, por mucho que forcejaba, no podía sacar la espada, y en esta maniobra le cercan los enemigos. Acude a su defensa el competidor Voreno, y socórrele en el peligro, punto vuelve contra este otro el escuadrón sus tiros, dando a Pulfion por muerto de la estocada. Aquí Voreno, espada en mano, arrójase a ellos, bátese cuerpo a cuerpo, y matando a uno, hace retroceder a los demás. Yendo tras ellos con demasiado coraje, resbala cuesta abajo, y da consigo en tierra. Pulón que lo vio rodeado de enemigos, corre a librarle, y al fin ambos, sanos y salvos, después de haber muerto a muchos, se restituyen a los reales cubiertos de gloría. Así la fortuna en la emulación y en la contienda guío a entrambos, defendiendo el un émulo la vida del otro, sin que pudiera decirse cuál de los dos mereciese en el valor la primacía.»

Pulón y Voreno eran, pues, fieros rivales para lograr la promoción a primipilo, el centurión más antiguo de una legión. Ambos se distinguieron en el año 54 a. C. cuando los nervios atacaron la legión bajo Quinto Cicerón en sus cuarteles de invierno en territorio nervio. En un esfuerzo de sobrepasar a Voreno, Pulón salió fuera del campamento y atacó al enemigo, pero pronto lo hirieron y rodearon. Voreno le siguió y se implicó en un combate mano a mano con sus atacantes, asesinando a uno y rechazando al resto, pero perdió el pie y pronto fue a su vez rodeado. Pulón entonces rescató a Voreno, y después de matar a varios enemigos, la pareja volvió al campamento entre el aplauso de sus camaradas.
En la guerra civil de 49 a. C., Pulón parece vinculado a una legión comandada por el legado de César Cayo Antonio. En el 48 a. C., Antonio fue bloqueado en una isla y obligado a rendirse; Pulón fue aparentemente responsable de que la mayoría de los soldados cambiaran de bando para luchar junto a Pompeyo. Más tarde ese año, está documentado defendiendo valientemente el campamento de Pompeyo en Grecia del ataque de César poco después de la batalla de Farsalia


Lucio Voreno y Tito Pulón son la base para el personaje de ficción del mismo nombre que aparece en la serie de televisión Roma de la cadena HBO.

lunes, 21 de septiembre de 2009

CENTURION

El centurión romano (en latín, centurio y en griego hekatontarchos) es el rango que ha recibido una mayor atención por parte de los estudiosos del ejército romano.


Historia:


Se trata de oficiales con un mando táctico y administrativo, siendo escogidos por sus cualidades de resistencia, templanza y mando. Comandaban una centuria, formada por 80 hombres, en función de las fuerzas en el momento dado y de si la centuria pertenecía o no a la Primera Cohorte(Agrupación), cada Cohorte esta formada por 6 centuria excepto la primera cohorte que tiene doble numero de centuria.


Centuria:


Pese a lo que se suele pensar, su nombre no procede de que en un principio constase de cien hombres, ya que es anterior al propio rango de centurión, sino que deriva de la propia centuria, unidad administrativa y política que en Roma tenía su propia vertiente civil. De hecho, la centuria en sí nunca adoptó un tamaño de cien hombres, sino que en época republicana osciló entre los treinta de una centuria de triarii (triarios) y los sesenta de los hastati y príncipes (lanceros y principales). Hacia finales del siglo II a. C., la centuria pasó a contar con unos ochenta hombres, cifra que se mantendrá a lo largo del Alto Imperio (siglos I-III), teniendo, así, la Legio Augustea sesenta centurias de ochenta hombres que hacían un total de cuatro mil ochocientos hombres. Más adelante, hacia la época Flavia, la primera cohorte duplicará los efectivos de sus centurias, pero se reducirá el número de las mismas a cinco, con lo que la legión contará ahora con cinco mil ciento veinte hombres de armas.


El grueso de la legión era dirigido por los centuriones, ya que cada cohorte contaba con seis de ellos para dirigir cada una de sus seis centurias. Cada uno de estos centuriones se acomodaba, dentro de cada cohorte, a una estricta jerarquía. Ésta, en orden ascendente, es: un hastatus posterior, un hastatus prior, un princeps posterior, un princeps prior, un pilus posterior y un pilus prior. Este último puede haber actuado, de facto, como comandante de la cohorte al completo en función de su veteranía. Por otro lado, esta estructura se altera en las primeras cohortes desde época Flavia, ya que sólo existen cinco centuriones, los primi ordines, de los que el primus pilus es el más valorado. Lo normal es que tras un año ejerciendo tal cargo, el primipilo lograse ser ascendido al ordo equestris. A mayores legiones, pueden existir más centuriones de lo que es habitual, y ello se debe a la presencia de veterani o supernumerarii que, si bien no ejercen un mando militar efectivo, sí tienen encomendada una función administrativa.


Uniforme:


De acuerdo con las fuentes iconográficas, reflejadas mayoritariamente en algunos relieves históricos -p.ej. Arco de Orange-, en algunos sarcófagos de los siglos II, III y IV, y en algunas inscripciones funerarias, el centurión romano se distinguía por su particular uniforme, que estaba constituido por:


*Una túnica corta de color blanco (decursio albata), que en los climas fríos se contempletaba con unos pantalones cortos.


*Una armadura de cota de malla (lorica hamata) o de escamas (lorica squamata), muchas veces cubierta por phalerae o condecoraciones en forma de medallón y torquex o pulseras colgantes.
Portaba la espada corta -gladius- en el lado izquierdo en lugar del derecho, habitual en los simples milites, sujeta al cuerpo mediante un cingulus o cinturón con la funda del arma.


*Usaba protecciones en las piernas (grebas)


*Sobre el casco (cassis) lucía una cresta (crista), que cruzaba lateralmente la cabeza. Algunas teorías de historia militar atribuyen la disposición transversal de este penacho a la necesidad de hacerse visible por la espalda para sus soldados, pero en época imperial el resto de los soldados no utilizaba cresta ordinariamente, ya que se reservaba para las armaduras de parada, por lo que solamente los centuriones llevaban este vistoso elemento, que permitía identificarlos fácilmente. Carecemos de evidencias arqueológicas sobre su color aunque se barajan el blanco, negro o rojo.


*Calzaba caligae o sandalias claveteadas, similares a las de sus hombres.


Los centuriones también llevaban un bastón de mando, habitualmente una vara de vid, llamada vitis, como símbolo de su autoridad, y que, durante las tareas de entrenamiento, utilizaban a discrección para golpear a los torpes y rezagados.


Suboficiales:


Cada centurión era asistido en su centuria por un optio, un signifer y un tesserarius, suboficiales que reciben el nombre de "principales". El primero era el lugarteniente del centurión –lo ayudaba en la táctica y en el mantenimiento de la disciplina y la forma física de los soldados…-, el segundo era el portaestandarte y tesorero de la centuria, y el último se encargaba de suministrar las contraseñas y de actuar de oficial de enlace.


En el campo de batalla, el centurión se situaba en el extremo derecho de la primera fila de hombres de su unidad, junto al signifer, mientras que el optio se situaba en la retaguardia, para evitar, si era necesario, la desbandada de las tropas, y garantizar los relevos entre líneas típicos del orden cerrado utilizado por el ejército romano.


Superiores:


Eran rangos superiores a los de centurión el de tribuno que solian ser los jovenes de la clase senatorial que estan realizando su primer sevicio en la legión antes de recebir los cargos publicos en la vida civil aunque hay tribunos qienes han elegido la vida militar como la profesión (tanto augusticlavius -del orden ecuestre- como laticlavius -senatorial-) o el de praefectus castrorum -generalmente un antiguo centurión-, estando todos ellos subordinados al legado de la legión. En comparación a la organización militar moderna, podrían ser aproximadamente el equivalente a un comandante de una compañía de infantería, con el rango de capitán y siendo los centuriones de mayor antigüedad comparables al rango de mayor.



Aspecto de un centurión del año 70 d. C

CALIGAE




Las caligae son el calzado clásico del ejército romano. Son unas sandalias deconstrucción muy sólida, diseñadas para aguantar la dureza de las incesantes marchas que realizaban las legiones, así como ofrecer suficiente agarre de los pies sobre el terreno, cosa importante en combate.
La suela se compone de varias capas de cuero grueso, una de las cuales se extiende para formar las tiras que envuelven el pie, y son atadas por medio de una cinta de cuero, como los zapatos modernos. Dicha suela está claveteada con gran cantidad de tachuelas metálicas, que son las que le dan el agarre mencionado antes. Las tachuelas solían delimitar los contornos de las partes del pie que actúan en el caminar, de forma que podríamos decir que las caligae son un claro precedente de las modernas zapatillas deportivas ergonómicas
Sin embargo también producían terribles resbalones si se caminaba sobre mármol o piedra pulida. Flavio Josefo menciona el caso de un centurión que en la toma de una fortaleza, al llegar a la cima de la muralla pegó tal resbalón que cayó al foso y se mató.
Es relativamente fácil hacer un par de caligae. Lo primero que se necesita es un patrón para poder dibujar la forma en la pieza de cuero. Podeis utilizar este patrón. Por supuesto no está a tamaño, tendreis que ampliarlo hasta la medida de vuestro pie e imprimirlo por partes si trabajais con una impresora Din-A4. También necesitareis la parte central del patrón, la que delimita la planta del pie propiamente dicho.
Usareis cuero de suela de 2/2,5 mm. de grosor. Cortareis dos piezas de suela y una de la caligae para cada pie (no olvideis darle la vuelta al patrón para hacer el pie izquierdo). Es conveniente que antes de cortar el cuero os hagais una maqueta de cartulina y la ajusteis a vuestro pie. Recordad que las tiras deben encontrarse en el centro del pie y montarse sobre la opuesta, debe sobrar tira. Una vez puestos a cortar el cuero, una cosa que facilita bastante el trabajo es hacer agujeros en los ángulos cerrados, así el corte acaba en el agujero y evitais pasaros de largo.
El cuero se puede cortar con un cutter cualquiera. Como política general no debeis hacer las suelas demasiado grandes, pero es mejor que las tiras sean largas y los cortes interiores cortos, así podreis ajustarlos al final.
Un truco que puede serviros es coger un calcetín viejo, poneroslo, rodearlo completamente con cinta aislante y finalmente cortarlo por el frente, desde los dedos de los pies hasta el tobillo. Así tendreis la medida exacta de vuestro pie.
El montaje de la caligae se hace como un bocadillo, se pone el trozo con las tiras entre los dos trozos con forma de suela, se encolan y se dejan secar a ser posible prensados bajo varios libros gruesos.
Después se clavan las tachuelas, yo utilizo unas llamadas "Tachuela celosía" de la marca "ehs", de 10 mm. de largo. Se necesitan entre 50 y 100 tachuelas por caligae. Se clavan de manera que atraviesen todas las capas de cuero y sobresalgan unos milímetros por la otra parte, y finalmente se doblan las puntas sobre sí mismas con un martillo de manera que se penetren en la capa superior de cuero.
Después solo queda coser la parte del talón, a ser posible con hilo de cáñamo y darle una buena capa de grasa a toda la caligae.
Al parecer en climas fríos se solían usar una especie de calcetines muy burdos, dos piezas de lana gruesa cosidas con la forma aproximada del pie. También es aceptable usar una piel de conejo o similar.
La forma de atar la caligae consiste simplemente en pasar la cinta de cuero por los cortes interiores de las tiras, haciendo la típica forma de zig-zag con la que atamos los zapatos actuales. Y acabar con un nudo a nuestra elección.

domingo, 13 de septiembre de 2009

EL PRETOR ROMANO:

Introducción:

La designación de "Pretor" varió a lo largo de las épocas con respecto al tipo de magistratura a la que hacía referencia. Algo ciertamente lógico si tenemos en cuenta que tras el correr de los años la estructura política-gubernamental Romana se transformó considerablemente, tomando muchas formas y matices diferentes. En un principio hacía referencia a ciertos magistrados que tenían funciones particularmente similares a las que adoptarían los cónsules con el llegar de la República. De hecho a los cónsules, en la naciente República, solía referírseles, en algunas ocasiones, como Pretores; sin embargo también nos encontramos con que en la etapa de la Monarquía, allí por los inicios de la Urbe, un Pretor era una especie de General con poderes especiales, algo ciertamente más parecido a su función final. No obstante éste artículo tratará sobre los Pretores que eran los magistrados encargados de administrar justicia en Roma y, en algunos casos, de gobernar las provincias. Gracias a los historiadores, oradores y escritores Romanos obtenemos un rico recuento de sus tareas y características. Contamos con referencias directas gracias a Cicerón, Polibio, Plutarco e incluso el mismo Sula. Sin embargo es de Tito Livio del que mayor cantidad de información podemos obtener. No solo puntual sino que en sus trabajos vemos como fue variando esta magistratura con el cambio de las épocas.


Orígenes y características:

Originalmente los Pretores eran los Generales en Jefe del Ejército Romano, aunque en tiempos de relativa calma también oficiaban de interpretes de las leyes, o jefes del tribunal. No obstante su función se alteraría y "mutaría", por decirlo de alguna manera, a una figura de peso político con el pasar de los años. El primer Pretor en ocupar el cargo bajo éstas circunstancias lo hizo en el 356 aC. Actualmente no hay dudas entre los estudiosos que la creación, o podríamos decir reinterpretación, de dicha magistratura fue impulsada por los patricios, los cules se veían a si mismos en una posición débil luego que en el 367 aC la Lex Liciniae Sextiae dictara que uno de los dos Cónsules siempre debía ser plebeyo -pudiendo ser dos plebeyos o un plebeyo y un patricio, pero nunca dos patricios simultáneamente ocupando el cargo-. No es para extrañarnos, entonces, la causa por la cual ésta magistratura, el Praetorium, estuviera sólamente abierta a patricios. Sin embargo esto así lo sería por un tiempo muy breve, ya que en el año 337 aC se abre a los plebeyos, dadas las presiones impuestas por éstos -tengamos en cuenta la puja por las magistraturas llevada a cabo por los plebeyos ricos y el Conflicto de los Ordenes. Sabiendo esto nos queda muy claro el por qué se diluye tan rápidamente el objetivo inicial de los patricios al establecer el Praetorium, que era, a cierto modo, el de instalar un magistrado que sirviera a manera de tercer Cónsul, balanceando nuevamente así la estructura de poder político Romano a favor de los patricios. Sin embargo rápidamente la función del Pretor terminaría siendo la de administrar justicia, función que pertenecía originalmente a los Cónsules -Por esto es que los Cónsules eran también llamados Iudices, jueces-. Con la instalación del Pretor, que también era conocido como collega consulibus, los Cónsules pueden dedicarse enteramente a la gobernación y el manejo del ejércitio. Bajo ésta nueva función la Pretoría logra ayudar en gran medida a nivel administrativo y de organización.En los primeros tiempos el Pretor debía gobernar bajo los Edicta -edictum-, es decir un edicto con los lineamientos propuestos, de antemano, por los cuales éste se manejaría en su cargo. Ciertamente dicha costumbre otorgaba mayor claridad y coherencia a su mandato. También ayudaba a su elección, ya que, lógicamente, el Comicio elegiría al Pretor más acorde de las necesidades reinantes del momento en cuestión .Para el año 242 aC -aunque varias fuentes indican que muy posiblemente esto ocurre en el año 246 aC- un segundo Pretor es introducido. Posteriormente, con el incremento de los territorios conquistados y la anexión de provincias, más Pretores se harían necesarios como veremos más adelante en éste mismo artículo.

Elección y privilegios:

Los Pretores eran elegidos luego que los Cónsules fueran elegidos por el Comicio Centurido -Latín: Comitia Centuriata, perteneciente a un sistema de asambleas de voto que dividía a las personas por su clase, edad y dinero. Siendo la Centuriata la más poderosa-. La edad requerida para que un Pretor ocupara su cargo era de 40 años, tal medida fue establecida por la Lex Vibia Annalis. Ya en la época Imperial el requerimiento de edad necesaria se reduce a 30 años. Con la definición del Cursus Honorum se haría necesario primero haber oficiado como Edil antes de poder ser elegidos como Pretores. Los beneficios de haber accedido a la Pretoría eran cuantiosos y deseables por todo romano en búsqueda de una brillante carrera política. Primeramente el prestigio obtenido y el agregado requerido al Cursus Honorum eran unas de las principales razones por las que los aspirantes a las altas esferas del Gobierno Romano pelearan por el cargo. Era normal que un Pretor al terminar su período se dirigiera a una provincia como gobernante con el título de Propretor o Procónsul. La distinción social a simple vista era notable ya que se le permitía vestir la toga pretexta, señalando así su condición de magistrado ante la sociedad. No solo en adornos y condecoraciones un Pretor gozaba de distinciones. Sino que también su seguridda personal era incrementada al ser escoltado por dos Lictores. De todas maneras es algo lógico tal escolta no sólo en el presente sino en todas las épocas los impartidores de justicia eran el blanco por excelencia agitadores y de personas rencorosas u ofendidas por algún fallo.Sabemos, además, que no era algo fuera de lo común el que cuando un Pretor oficiaba como comandante de las tropas éste administrara el botín del asedio. Sin embargo muchas veces los prolongados meses de espera para lograr el exito del asedio llevaban a que se produzca un cambio de Pretores en el ínterin. En tal caso el botín era dividido entre el entrante y el saliente. Polibio de Megalópolis en su magnánima obra Historia Universal bajo la República Romana, más exactamente en el primer tomo, nos entrega un vivo recuento de una de éstas situaciones:


Ya se encontraban los midionios en un estado deplorable, y esperaban de día en día su rendición, cuando el pretor anterior, a la vista de aproximarse el tiempo de las elecciones y ser forzoso el nombramiento de otro, dirigiendo la palabra a los etolios, les dijo: que supuesto que él había sufrido las incomodidades y peligros del cerco, era también razonable que, tomada la ciudad, se le confiase la administración del botín y la inscripción de las armas. Algunos, principalmente aquellos que aspiraban al mismo cargo, se opusieron a la petición y exhortaron a las tropas a que no diesen su voto antes de tiempo, sino que lo dejasen indeciso para quien la fortuna quisiese dispensar esta gloria. Por fin llegaron al acuerdo de que el nuevo pretor que tomase la ciudad repartiría con su predecesor la administración del botín y la inscripción de las armas.


Tareas:

Si tenemos en cuenta el significado etimológico de la palabra Pretor "el hombre que va antes que los otros" podremos entender que su designación estaba directamente ligada a la Ley y la Justicia misma -aunque muy posiblemente haga más referencia a sus tareas como Generales que a las de jueces-. El Pretor era el encargado de la administración de la Justicia, asegurando que todas las Leyes Romanas fueran obedecidas y cumplidas. También poseían el Imperivm, es decir el poder de mando, cuando los Cónsules no se encontraban en Roma. Sin embargo siempre se mantenían bajo el margen de instrucciones dejadas por el Cónsul y respetando el poder éstos ante todo, ya que eran los verdaderos gobernantes y el Pretor sólo un suplente o asistente. En varias oportunidades -aunque no así en sus primeros tiempos sino ya cuando el número de Pretores era elevado- algunos debieron ocuparse de tareas extraordinarias, como por ejemplo la inspección del gasto de recursos, etc. Tampoco era extraño que un Pretor comandara una legión de la ciudad si la situación lo ameritaba.Como dijimos en la sección anterior para el año 242 -o muy posiblemente 246- un segundo Pretor es introducido y se da una reestructuración importante. Este nuevo Pretor pasa a denominarse Praetor peregrinus y su tarea era la administrar Justicia entre litigios entre peregrinis -es decir extranjeros o viajeros- y peregrinis o entre peregrinis y Ciudadanos Romanos. También éste nuevo Pretor podía salir de la ciudad y viajar por Italia cuando un problema de gran envergadura así lo requería. El Pretor original, es decir el que ya se encontraba anteriormente, pasa a ser denominado Praetor urbanus -o Praetor urbis- quedando fijo en Roma. Era ciertamente el jefe de ésta magistratura para la administración de justicia. Como su nombre lo indica estaba directamente ligado a la ciudad, razón por la cual no podía ausentarse de ésta por un lapso superior a los 10 días, y en si tenía mucha importancia a nivel político ya que era el encargado de presidir las cortes especiales que juzgarían a gobernantes por casos de corrupción o traición. Entre sus tareas además estaba la de llevar el Ludi Apollinares -Ritual instaurado luego de la Segunda Guerra Púnica donde se buscaba el favor y protección del Dios Apolo ofreciéndole sacrificios y ceremonias-. Par concretar dicha tarea el Pretor urbano recibía una suma de dinero del Estado, la cual debería administrar e invertir para asegurarse de que el Ludi Apollinares se concretara exitosamente. Ambos Pretores tenían Jurisdictio -podían administrar Justicia- y el Jus Edicendi que era el poder que les permitía crear edictos.Cuando se encontraban ante un crimen no era el Pretor mismo el que investigaba los hechos de la disputa sino que éste nombraba uno o más Judex que se encargarían de ésta tarea siguiendo las instrucciones dadas por el Pretor con anterioridad. Cuando el caso en cuestión lo ameritaba, que era de importancia o de necesidad urgente, se daba un Interdictum, es decir que el Pretor en persona se encargaba de presidir el caso.Cundo un Pretor era enviado a gobernar una provincia se denominaba provinciae consulares, y su poder era similar, generalmente, al poder que un Cónsul podía tener en la capital, solo que limitado a la provincia en cuestión. Esto se daba mayormente en territorios hostiles o que ofrecían una fuerte resistencia a la asimilación Romana. No obstante, como ocurrió con gran cantidad de magistraturas Republicanas, el prestigio de la Pretoria, así como sus tareas, disminuyen en la época Imperial. eventualmente su poder decrece al punto que en la época tardía del Imperio solo había un Pretor y su función era simplemente la de encargarse de ofrecer los juegos, literalmente vemos como una de las más importantes magistraturas de la Era Republicana termina teniendo menos importancia que la de un Edil. Esto se contrasta si observamos que en un principio, bajo Augusto, las tareas de carácter judicial de los Ediles fueron transferidas a los Pretores.


Cantidad de pretores:


Como hemos visto en éste artículo en un principio un solo Pretor ocupaba el cargo y luego en el 242 aC un segundo Pretor es agregado a la magistratura. Dicho agregado no sería un hecho aislado y el número de Pretores crecería junto con Roma. En el año 227 aC dos nuevos Pretores son agregados a los ya existentes elevando el número a cuatro, dada la necesidad de mayor control institucional en importantes anexiones territoriales. Estos nuevos integrantes de la magistratura quedan responsables de la administración de las provincias de Sicilia y Sardinia. Un nuevo agregado se da en el 197 aC cuando nuevamente dos Pretores son puestos para administrar las dos regiones más importantes de Hispania. Volvemos a ver un incremento en plena época de Crisis Republicana, y como en toda crisis los excesos se hacen evidentes. El agregado de Pretores se hace rutina, logrando así que el incremento de éstos magistrados resulte siendo constantemente. Observamos que Sula incrementa el número de Pretores a ocho. De los cuales dos permanecerían en Roma y el resto se dedica a viajar por los territorios Romanos resolviendo circunstancias importantes que los requerían, además también atienden a cortes especiales. César aumenta este número a doce. Con el Imperio el número de Pretores fluctuaba de diez a dieciocho. En la época tardía del Imperio, como hemos leído, sólo un Pretor de reducidas obligaciones ocuparía el cargo.


Curiosidades:

La Guardia Pretoriana, obtiene su nombre del Pretor mismo. En los tiempos en los que el Pretor era un General en Jefe del Ejército Romano su campamento en el campo de batalla era denominado El Pretorio -Praetorium-. Debido a que los mejores soldados del ejército eran seleccionados para resguardarlo, es así que éste nombre se asocia a la élite militar Romana. Razón suficiente como para nombrar a la guardia de élite bajo ésta particular denominación.


Articulo editado en IMPERIVM ROMANVM

martes, 8 de septiembre de 2009

BATALLA DEL BOSQUE DE TEUTOBURGO

La Batalla del bosque de Teutoburgo, también llamada Batalla de la selva de Teutoburgo o Desastre de Varo, fue un enfrentamiento armado que tuvo lugar en esta zona montañosa cerca de la ciudad alemana de Osnabrück, en Baja Sajonia, en el otoño del año 9, entre una alianza de pueblos germanos liderada por los queruscos y su caudillo Arminio, y un ejército romano comandado por Publio Quintilio Varo, gobernador de la provincia de Germania Magna, que entonces se extendía hasta el Elba.


Ante las intenciones de Varo de romanizar a los germanos, Arminio reunió un ejército cuyos efectivos se desconocen, y mediante añagazas hizo dirigirse a los romanos al bosque de Teutoburgo, sito en una zona de complicada orografía ideal para una celada y en el cual permanecían apostados los queruscos. Varo, que dirigía unas fuerzas compuestas por tres legiones romanas (la Legión XVII, la XVIII y la XIX), seis cohortes auxiliares y tres alas de caballería, cayó en el engaño y la emboscada se saldó así con una catastrófica derrota de los romanos y con el suicidio del propio Varo.


Tras esta derrota, la frontera del Imperio romano se fijó definitivamente en el Rin y los emperadores renunciaron a conquistar lo que luego se dio en denominar Germania Magna o Germania Libera, a pesar de que posteriormente al desastre se produjeron acciones bélicas.



La frontera del Rin tras la muerte de César .



Si bien Julio César había conquistado la Galia y la había anexionado al Estado romano como Provincia, eso no significaba que la situación fuera definitivamente pacífica en todo su territorio. La Provincia tenía una larga frontera con la Germania, que los pueblos germanos que estaban tan habituados a guerrear atravesaban constantemente, sembrando la destrucción no sólo entre los galos, sino entre los propios romanos. En 16.a.c.. un ejército formado por tropas de los sicambrios, teucteros y usípetos tendió una emboscada al ejército del gobernador Marco Lolio y lo derrotó, provocando incluso la pérdida del estandarte de la Legio V Alaudae, lo que por entonces era considerado motivo de vergüenza militar.
Como reacción a todas estas incursiones, Roma comenzó operaciones de castigo en territorio transrenano. Druso avanzó hasta los márgenes del río Elba mientras que Tiberio combatió durante tres años al rey de los suevos, Marbod, tras reunir un enorme ejército compuesto por diez legiones, setenta cohortes de infantería auxiliar, catorce alas de caballería y un gran número de aliados, esto es, cerca de 100 000 hombres. Según Veleyo Patérculo, esta larga campaña daba muestra de la "ferocidad" y sentido de la independencia del pueblo suevo.



Antecedentes:


Aunque los ejércitos romanos cruzaron el Rin y llegaron al Elba, no se puede pensar que ejercieran un dominio sobre todo ese territorio, sino más bien sobre algunas zonas dispersas y por ello debían mantener una fuerte presencia militar en el área.
Siguiendo la política de nombrar para puestos de responsabilidad solamente a parientes, Augusto había elegido como gobernador romano de Germania a Publio Quintilio Varo (Publius Quinctilius Varus), que se había casado con una hija de su general Marco Agripa aunque provenía de una familia que había dado apoyo al bando de Marco Antonio en la Cuarta Guerra Civil de la República de Roma. Aún no siendo un general destacado, Varo había servido ya en Siria como gobernador y había reducido una revuelta de los judíos. Según Veleyo Patérculo, Varo era una persona codiciosa, lento de mente y cuerpo, más dado a la molicie que a la disciplina del campamento y que pensaba que se podía someter a los germanos con la fuerza de la Ley más que con la de la Espada, aunque es evidente que este retrato tan poco favorecedor debe verse desde una óptica crítica.



En el 9 a. C., Varo cruzó el Rin con sus tropas y estableció los campamentos de verano de sus tres legiones (la XVII, XVIII y la XIX, de unos 5.000 hombres cada una) en territorio querusco. Dos legiones fueron dejadas en la otra orilla del río. Sus propios cuarteles avanzados estaban en la orilla occidental del río Weser (probablemente cerca de la actual ciudad de Minden).
Las causas últimas de la rebelión, además de en el ánimo independiente que caracterizaba a los germanos según los autores clásicos, hay que buscarlas en el intento que hizo el propio Varo por imponer el sistema jurídico romano y por una excesiva presión impositiva.
Según las fuentes, Varo trabó particular relación con los queruscos (tribu que ocupaba la zona en torno a la moderna ciudad de Hannover), incluido un destacado joven de ella, Arminio, de 25 años; éste era jefe de un contingente de auxilia, y, además, ciudadano romano y miembro de la clase de los equites. Quizás por ello no adivinó que el germano le veía como un invasor y conspiraba contra él con los jefes de otros grupos germanos: marsios, chatti y brúcteros. Algunos de los jefes trataron de prevenirle, pero Varo prestó más atención a Arminio y los queruscos, llegando a conceder a los conspiradores destacamentos de legionarios, bajo la excusa de que los necesitaban para guarnecer ciertos puestos y escoltar los convoyes de suministro para el ejército romano.
Cuando acabó el verano y llegó el momento de levantar los cuarteles para trasladarse hacia el Rin a fin de pasar el invierno, recibió un informe acerca de un levantamiento local que le indujo a dar respuesta inmediata, en la mejor tradición romana, aunque tenía que efectuar un rodeo hacia el noroeste a través de una agreste región boscosa al frente de un ejército entorpecido por una enorme cantidad de equipaje, y al que había que añadir una buena cantidad de civiles que seguían a las legiones en sus desplazamientos (desde comerciantes de todo tipo a prostitutas) amén de esclavos personales y algunas de las familias de los oficiales.
El orden de marcha del ejército de Varo es desconocido, pero el autor Flavio Josefo describe el orden de marcha típico del ejército romano, que se organizaba de la siguiente manera:


1.Arqueros y auxiliares, que actuaban como exploradores.
2.La vanguardia: una legión (cerca de 5.000 hombres) apoyados por 120 jinetes.
3.Pioneros o zapadores, que mejoraban la calle y al final del día construían el campamento.
4.La primera parte del bagaje: las posesiones del general y de los oficiales.
5.El general y sus extraordinarii o guardia de corps.
6.La caballería de las siguientes dos legiones (240 jinetes).
7.La segunda parte del tren: mulas con la artillería romana.
8.Los suboficiales y los portaestandartes (aquilifer).
9.La fuerza principal: dos legiones (cerca de 10.000 hombres).
10.La tercera parte del tren: el bagaje de los soldados.
11.La retaguardia: tropa auxiliar.


La emboscada:


Tanto Arminio como los exploradores germanos habían abandonado la formación, y la columna romana avanzaba muy lentamente debido a la cantidad demasiado grande de hombres, sirvientes y equipajes y además posiblemente iban derribando árboles y haciendo senderos y caminos sobre los pantanos, hasta que llegaron a un espeso bosque.
Al parecer, los germanos habían cortado los troncos de los árboles a los lados de la marcha del ejército romano, aunque de tal manera que aún se sostenían en pie, y aprovechando que se desató una tremenda tormenta, los empujaron de tal modo que cayeron sobre las legiones provocando el consiguiente desorden en sus filas; aprovechándose de dicho desconcierto, los germanos se lanzaron al ataque, en primer lugar mediante una lluvia de dardos, pero una vez sembrada la confusión, se trabaron en un cuerpo a cuerpo que los romanos no pudieron resistir debido al desorden que no les había permitido formarse correctamente. Los hallazgos arqueológicos en Kalkriese parecen apoyar esta versión de Dión Casio y señalar un primer choque, quizá contra el destacamento del legado, pero, según este autor latino y otras fuentes, Varo no murió ese día.


Tras el primer asalto que, aunque debió haber sido una gran sorpresa, no pudo ser de la contundencia necesaria para vencer a tres legiones compuestas de profesionales que no podían ser derrotados de un solo golpe, ni siquiera cuando estaban siendo atacados en terreno difícil, las legiones intentaron reagruparse y salieron a terreno despejado, pero en cuanto penetraron de nuevo en los densos bosques que les rodeaban, los germanos volvieron al ataque. El equipamiento pesado de las legiones (el scutum, dos pila, la espada, la lorica, etc.) era muy apropiado para los enfrentamientos en terrenos despejados, pero en lugares como Teutoburgo eran más un impedimento que una ventaja. Sin embargo, los germanos mucho más ligeramente armados tenían una movilidad mayor que les permitía atacar y alejarse rápidamente antes de sufrir considerables daños.


Ante esta situación el jefe de la caballería romana, Numonio, perdió la calma y huyó a la cabeza de su regimiento con la esperanza de alcanzar el Rin, pero tanto él como su destacamento fueron alcanzados y masacrados. Varo fue herido y se dio cuenta de lo que le harían los germanos si lo capturaban con vida. Para evitar tal destino, se suicidó, y algunos miembros de su Estado Mayor siguieron su ejemplo. Los dos legados que quedaron al mando no sobrevivieron mucho tiempo: uno de ellos, Lucio Egio, ofreció equivocadamente una capitulación, que se convirtió en matanza, y el otro cayó luchando cuando los queruscos entraron al asalto de su campamento, que había formado con carros de la impedimenta. Los germanos quemaron el cadáver de Varo, le cortaron la cabeza y se la enviaron a Augusto en Roma, donde a pesar de todo, fue enterrada con honores en el panteón familiar.


El resto de las tropas, diseminadas y sin oficiales o jefes, intentaron una retirada que les llevó a pasar por la plaza fuerte de los germanos, en las laderas de la colina Kalkriese, lugar cercano a la actual Osnabrück, pero no debieron haber podido destruir la posición germana. Los restos arqueológicos sugieren que hubo luchas al pie de la colina y que los legionarios siguieron a lo largo de la elevación, por lo que los guerreros germánicos debieron haber matado a muchísimos de ellos desde arriba. El registro arqueológico indica que debió haber luchas en el desfiladero y que los romanos fueron expulsados; los legionarios abandonaron el bagaje o lo quemaron y los grupos dispersos por la región fueron literalmente «cazados» y exterminados a lo largo de las jornadas siguientes.


El joven oficial Casio Querea, que se haría famoso en la Historia por matar al emperador Calígula, dirigió la huida de algunos legionarios amparados por la oscuridad de la noche, gracias a los cuales se conoció la historia del desastre. Es imposible calcular las bajas que se produjeron en uno y otro campos. Las romanas debieron ser enormes, ya que las legiones estaban compuestas por unos 5.000 a 6.000 hombres, más las cohortes auxiliares y los civiles: la mayoría fueron muertos o capturados y ofrecidos como sacrificio, como era costumbre entre los pueblos germanos y celtas. En cuanto a las bajas germanas, hubo de haberlas, pero son absolutamente incuantificables.


La reacción de Roma:


La clades variana ('la derrota de Varo') alteró al Emperador Augusto más que ninguna otra cosa en su larga vida. El historiador romano Suetonio señaló que aquél se tomó el desastre tan a pecho que «siempre celebró el aniversario como un día de profundo pesar» y «a menudo se golpeaba la cabeza contra una puerta y gritaba: "Quintili Vare, legiones redde! = ¡Varo, devuélveme mis legiones!"». Se extendió un temor a que la derrota provocara una invasión de los germanos y una rebelión de los galos —que no se produjo—, ante lo que el emperador tomó medidas enérgicas: destituyó a todos los germanos y galos que había en su guardia personal y adoptó la decisión de mandar a su sobrino Julio César Germánico a rescatar las águilas de las tres legiones (objetos sagrados para los romanos) enviándolo al mando de ocho legiones (unos 50.000 hombres), pero no con la intención de conquistar la zona, sino más bien de hallar el lugar de la batalla, dar a los muertos el destino necesario, recuperar lo posible y, sobre todo, para no dar una imagen de debilidad. Germánico cumplió con todo lo encomendado, en especial encontrando el sitio del desastre.


Tras una expedición en la que Julio César Germánico acabaría venciendo a Arminio y a su coalición de germanos en la Batalla de Idistaviso, donde si bien no lograron acabar con la vida del héroe germano sí aplastaron su levantamiento, y tras recuperar los objetos sagrados (sobre todo, los estandartes), volvió a Roma en triunfo y depositó las águilas y demás objetos encontrados en el Templo de Júpiter.


.......No lejos estaba el bosque donde se decía que los restos de Varo y de sus legiones quedaron sin sepultura. A Germánico le vino el deseo de tributar los últimos honores a Varo y a sus soldados. Esta misma conmiseración se extendió a todo el ejército de Germánico, pensando en sus parientes y amigos, en los azares de la guerra y en el destino de los hombres... En medio del campo blanqueaban los huesos, separados o amontonados, según que hubieran huido o hecho frente. Junto a ellos yacían restos de armas, y miembros de caballos y cabezas humanas estaban clavadas en troncos de árboles. En los bosques cercanos había altares bárbaros, junto a los cuales habían sacrificado a los tribunos y a los primeros centuriones.


Tácito



Rastros arqueológicos:


El sitio exacto de la batalla de Teutoburgo fue desconocido durante mucho tiempo, habiéndose propuesto un gran número de emplazamientos posibles. El historiador alemán Theodor Mommsen ubicó la batalla cerca de las fuentes del Hunte, al norte de Osnabrück y lejos de las colinas; pero la mayoría de los eruditos preferían algún sitio en la parte central de la cadena montañosa boscosa de Teutoburgo (de 110 km de largo y de unos 10 km de ancho).
Pero en 1987 un arqueólogo aficionado británico, Anthony Clunn, halló 162 monedas romanas conocidas como denarios y tres bolas de plomo del tipo usado en las hondas del ejército romano, y la posterior investigación a cargo de los arqueólogos profesionales dirigidos por Wolfgang Schlüter, condujo a una prueba convincente de que la batalla tuvo lugar al norte de la colina Kalkriese, (52°26′29″N 8°08′26″E / 52.44139, 8.14056) entre los pueblos de Engter y Venne, en el borde norte del bosque de Teutoburgo (Teutoburger Wald), 15,5 km al nor-noreste de la moderna ciudad de Osnabrück (180 km al noreste de Colonia, Alemania). El sitio es uno de los pocos lugares donde los arqueólogos han descubierto el lugar de una batalla abierta. Estas excavaciones y los hallazgos efectuados han contribuido decisivamente a la comprensión de lo que pasó en la emboscada.


En el lugar de la emboscada se ha construido un museo que alberga buena parte de los descubrimientos hechos en las excavaciones, así como representaciones de la batalla y dioramas.


Consecuencias:

Cabe decir que la batalla fue realmente importante, pero menos de lo que tradicionalmente se ha venido en considerar: así, es cierto que el Imperio romano marcó su límite en Germania, y los emperadores romanos aceptaron que el coste de someter a esas regiones era demasiado alto para lo que podían ofrecer, pero también lo es que no tuvo mayores consecuencias. Los romanos quedaron en posesión de una estrecha franja de terreno, como cabeza de puente, entre los ríos Rin y Danubio —los llamados Campos Decumanos— que fue fortalecida mediante un sistema de empalizadas y torres de vigilancia, alternados con auténticos campamentos legionarios, lo que se denominó limes, desde donde examinaban con atención los acontecimientos transrenanos y, de vez en cuando, hacían incursiones en terreno germano.


El prestigio militar de Roma no se vio en realidad muy mermado, ya que lo recuperó en gran medida gracias a las expediciones y victorias de Julio César Germánico, pero la masacre sí constituyó un hecho luctuoso de gran magnitud, y en su momento incluso de alarma, hasta tal punto que los números de las legiones derrotadas (XVII, XVIII y XIX) jamás fueron vueltos a utilizar en toda la historia militar del Imperio romano.


Mito del nacionalismo alemán:



En el contexto del surgimiento nacionalista alemán de la segunda mitad del siglo XIX, los propagandistas convirtieron a Arminio y a Varo en símbolos de una eterna oposición entre los «nobles salvajes» germánicos y sus enemigos latinos, evocando la rivalidad entre el Imperio Alemán y Francia afirmada tras la Guerra Franco-prusiana en 1870. En 1875 se construyó en Grotenburg una estatua de Arminio de 17 m, obra de E. von Bandel, sobre un pedestal de 30 m, conocida popularmente por el nombre de Hermann (versión alemana de Armin o Arminio).


jueves, 3 de septiembre de 2009

LOS PUEBLOS GERMANOS Y LA CAIDA DEL IMPERIO.

Los pueblos germanos (o bárbaros) son un grupo de pueblos que conquistaron la mayor parte del oeste y del centro de Europa en el siglo V después de Cristo, contribuyendo al fin del Imperio romano de Occidente. Hacia el siglo II antes de Cristo los pueblos germanos ya habían ocupado el norte de Germania (fundamentalmente, la actual Alemania) y el sur de Escandinavia, desde donde procedían.

Los pueblos germánicos (o bárbaros) venían acosando las fronteras del Imperio romano desde el siglo I. Eran pueblos nómadas o seminómadas con una sociedad estratificada: nobles, libres, libertos y esclavos. El rey se elegía entre un miembro de las familias nobles. Los hombres libres juraban fidelidad personal al jefe, y esta era la base de su poder.

Movimiento de los pueblos germanos

Se les conoce como bárbaros por derivación del término “bárbaro” que significa “extranjero” y además porque sus costumbres eran distintas a las

de los pueblos cristianos, fe que no conocían.
Casi todo lo que se sabe sobre los pueblos germanos procede de los relatos históricos escritos por dos autores romanos: “Comentarios” (51 a.C.) de Julio César, y “Germania” (98 d.C.) de Publio Cornelio Tácito.

El primer encuentro entre los pueblos germanos y sus vecinos romanos fue en el siglo II a.C., cuando los cimbrios y los teutones invadieron la Galia, siendo derrotados en la actual Provenza. Sin embargo, para entonces la mayor parte de Germania estaba ocupada por tribus germanas, como los suevos, queruscos y otras.

Cuando los romanos a su vez intentaron conquistar la zona oriental del río Rin, a principios del siglo I d.C., el jefe querusco Arminio (Hermann) les derrotó. Hacia mitad del siglo II d.C., la presión de los germanos sobre las fronteras romanas se intensificó.

El emperador Marco Aurelio Antonino libró con éxito una guerra contra tribus como los marcomanos, los cuados y los yázigas (o yádiz). Para entonces, los ejércitos romanos habían comenzado a usar mercenarios germanos.

Germanos, al acecho de Roma

El contacto con los romanos hizo que estos pueblos comenzasen a comerciar y a civilizarse, y en el siglo II terminaron por confederase para luchar contra los romanos. Sin embargo, mientras el poder de Roma fue sólido, no supusieron más que una molestia. Pero a mediados del siglo III la situación política en Roma era caótica; incluso llegó a haber cuatro emperadores simultáneamente.

Durante el siglo III, más emigraciones causaron una crisis dentro del Imperio, cuando los godos, alamanes y francos penetraron en las fronteras germanas. El movimiento se detuvo algún tiempo, en el siglo III, durante los reinados de los emperadores Diocleciano y Constantino I, el Grande, pero se reanudó cuando los hunos, no germanos, que partieron de Asia central en el siglo IV, comenzaron a presionar a los pueblos germanos. En el siglo V, estos últimos ocuparon todo el Imperio romano de Occidente. Durante los siglos siguientes, las tribus germanas se convirtieron al cristianismo y sentaron las bases de la Europa medieval.

Los pueblos germánicos, francos y alamanes, hicieron incursiones destruyendo los campamentos y las ciudades romanas hasta el norte de África. Debido a estas incursiones se amurallaron las ciudades, lo que contribuyó a que decayese la calidad de vida en ellas. Sin embargo, estas no pasaron de ser unas incursiones de rapiña, más que invasiones, ya que no pudieron asentarse en el territorio. Más importancia tuvo la infiltración pacífica.

Otros pueblos germanos que merecen ser mencionados son los anglosajones, que se establecieron en los siglos V y VI d.C. en Britania; los vándalos, que llegaron a dominar parte del norte de África hasta mediados del siglo VI d.C.; o los lombardos, que conquistaron el territorio septentrional de la península Itálica durante la segunda mitad del mismo siglo.

Las lenguas germánicas aún se hablan en Alemania, Austria, Suiza, Escandinavia, los Países Bajos, Bélgica, Sudáfrica, y en los países de habla inglesa.

Muchos germanos se establecieron como colonos en el territorio del Imperio, en las ciudades como siervos y en el ejército como soldados, llegando a ser la guardia personal del emperador, que con el tiempo estuvo en sus manos. Esto romanizó muchos las costumbres de los pueblos bárbaros, que llegaron a adoptar el latín como lengua, la religión romana y la moneda. Pero, también, entre los romanos se empezaron a introducir costumbres bárbaras, como la fidelidad al jefe.

En el año 313 el cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio y los pueblos germánicos comienzan a cristianizarse. En el 330 Roma tiene una nueva capital: Constantinopla. La crisis dentro del Imperio es absoluta.

Alarico

Entre las causas que se han invocado para el comienzo de la invasión germánica (no suficientemente explicadas) están: el empeoramiento del clima en el norte, la explosión demográfica de los pueblos bárbaros, el nomadismo de estos, y la presión de los pueblos asiáticos, hunos sobre todo (que llegaron a invadir el Imperio). Entre las causas de su triunfo están: la superioridad militar, el establecimiento anterior de población germánica y la crisis de las instituciones políticas romanas.

Las grandes invasiones comenzaron en el 401, con la irrupción de los vándalos. Luego llegaron los visigodos, en el 403, los suevos, en el 406, los burgundos, en el 409, y en el 410 los visigodos de Alarico saquean Roma.

Durante el siglo IV después de Cristo va a quedar autorizado el establecimiento de grupos germanos en los confines del Imperio en calidad de federados o aliados de Roma, defendiendo las fronteras del Imperio, frente a la presión de otras tribus. Entre estos pueblos destacan los visigodos establecidos en la zona oriental del Imperio, que inician a fines del siglo IV d.C. incursiones de pillaje por la península de los Balcanes, para iniciar su marcha hacia la península italiana donde se enfrentarán al general romano Estilicón. En el año 410 los visigodos guiados por su rey Alarico toman y saquean la ciudad de Roma, capital del Imperio.

Otros pueblos como los vándalos, junto a los suevos, cuados y alanos cruzan en este momento la frontera del Rhin, atraviesan la Galia y llegan a Hispania en el 409 d.C., donde se establecen como federados. Posteriormente cruzan el estrecho de Gibraltar y fundan en África el reino vándalo. Entre estos pueblos bárbaros que invadieron el Imperio, figurarían también los ostrogodos, que estaban inicialmente asentados junto al mar Negro. Después de ser destruido su reino por la acción de los hunos, que procedían de Asia, los ostrogodos se dedicaran a saquear el área de los Balcanes, para pasar finalmente a la península italiana, donde se establecerán definitivamente.

En determinadas ocasiones la alianza de estos pueblos bárbaros con el ejército romano frenaría a pueblos excepcionalmente belicosos como los hunos de Atila, que fueron derrotados en el año 451 d.C. en las Galias, en la batalla de los Campos Cataláunicos.

Aunque la presión de los pueblos bárbaros sobre las fronteras del Imperio, así como las sucesivas invasiones de estos pueblos son un factor histórico importante, tampoco podemos olvidar otras causas que influyeron en el final del Imperio romano de Occidente como la decadencia de la vida urbana, el aumento de la burocracia estatal, la crisis económica, la debilidad de los sucesivos emperadores, o la creciente presencia de elementos germanos en el ejército. Si bien podemos considerar que el Imperio romano de Occidente finaliza en el 476 d.C., en la zona oriental del Imperio el poder de Bizancio perdurará hasta el año 1453 con la toma de Constantinopla por los turcos.

Atila invade Italia en el 452 d. C.

Sin embargo, subsistieron algunas instituciones como la Iglesia y el papado que fue el vínculo de continuidad, y legitimidad, entre el Imperio y los nuevos reinos. Pero el Estado había desaparecido ante los vínculos de fidelidad personal que estructuraban la sociedad germánica.
A pesar de la aparente rapidez con que se suceden los hechos, el proceso de desmoronamiento del Imperio romano no fue cosa de un día, ni siquiera de una generación.

Los germanos constituían un pueblo de raza blanca, de ojos azules y cabellos rubios, que sobresalían por su alta estatura y su físico robusto. No vivían agrupados en ciudades, sino en chozas que se encontraban dispersas por el campo aunque distribuidas según las tribus a que pertenecían. Sus actividades principales eran el pastoreo y la agricultura. Elegían sus jefes entre los guerreros más valientes y los obedecían ciegamente. Muchos germanos militaron en las legiones romanas.

En el aspecto social, cultivaban el amor a la familia y guardaban cierta consideración a las mujeres; no tenían leyes escritas y se basaban en la tradición y las costumbres. El padre ejercía un poder absoluto sobre la familia.

Las cuestiones conflictivas eran sometidas al fallo de los jefes en los casos de menor importancia, pero cuando se trataba de asuntos de mayor interés eran considerados por la asamblea de la tribu.

Los germanos teman arraigados los sentimientos de libertad, justicia y dignidad personal. Creían en Odín o Wotan, padre de los dioses, de carácter guerrero, que vivía en el paraíso o Walhala, acompañado por dioses menores, como Freijo, esposa de Odín, señora del amor y de la muerte, y Donar, hijo de ambos, dios del trueno y la tempestad. El Walhala era un lugar de eternas delicias al que iban aquéllos que en vida habían tenido un buen comportamiento y los que morían en el curso de la guerra, conducidos por las valkirias, diosas también guerreras.

Odín o Wotan

DESARROLLO HISTORICO:

Cuando los hunos atravesaron los montes Urales y empujaron con su presencia a los pueblos radicados en la zona adyacente, provocaron un desbande general de todos los pueblos situados entre los ríos Rhin y Danubio.

A partir del siglo I comenzaron a cruzar las fronteras del Imperio Romano, en busca de tierras y botín. No perseguían con ello la destrucción del imperio, ya que consideraban al Estado romano como una admirable organización política, en la que pretendían obtener un lugar. Antes de su caída, el imperio fue incorporando numerosos grupos de germanos como soldados o como colonos. Ellos se comprometían a defender las fronteras, a cultivar las tierras y a reconocer la autoridad del emperador.

Pero en el siglo V este avance pacífico se convirtió en incontrolable para los romanos. Esta irrupción violenta se debió, entre otras cosas, al ataque de un pueblo de Europa oriental, los hunos, que empujó a los germanos hacia el Oeste. Las invasiones germanos al Imperio Romano fueron entonces emigraciones en masa para huir de un terrible enemigo, pero esta vez saquearon las zonas recorridas y respetaron solamente la autoridad de sus jefes; contribuyeron, quizá sin quererlo, al derrumbe de la organización imperial.

Los invasores más importantes se asentaron en el antiguo territorio romano y formaron diversos reinos. Los principales pueblos germanos que se asentaron en el imperio fueron: los ostrogodos, los visigodos y los francos.

Como ya dijimos, este movimiento de pueblos fue en parte debido a la irrupción de los hunos en Europa oriental, pueblo nómada y muy poderoso que venia desplazándose desde Asia central y presionaba a los demás para subyugarse o huir. La primera gran migración se produjo en 376 cuando los visigodos solicitaron asilo en el Imperio Romano de Oriente. El emperador oriental se los concedió a condición que defendiera la frontera del Danubio.

Pero la paz no duró, estalló una hambruna y los romanos se negaron a ayudar a los visigodos, estos se rebelaron y comenzaron a saquear para obtener algo que comer. El emperador envió un ejercito para aplastar la sublevación, pero los visigodos derrotaron a los romanos en la batalla de Adrianópolis en 378, algo insólito para la época. El emperador Valente murió en la batalla y el trono del imperio unificado fue tomado por Teodosio.

Este negoció con los visigodos y los aceptó como federados al imperio, asentándose en los Balcanes. A la muerte de Teodosio en 395 el imperio se dividió entre sus hijos Arcadio en el este y Honorio en el oeste. Esta situación fue aprovechada por los visigodos que una vez más se sublevaron al mando de su rey Alarico, y conquistaron Grecia.

El emperador les dio el derecho a establecerse en Epiro con la esperanza de que la cercanía con Italia desviara la atención de los visigodos a occidente. Adicionalmente la ciudad de Constantinopla era considerada inexpugnable (los visigodos ya habían fallado en tomarla) por lo que los pueblos germánicos consideraron más factible dirigirse a occidente.

Alanos, el 406 en la península Ibérica

En 401 los visigodos se dirigieron a Italia y sitiaron Milán, la capital de occidente, entonces el gobierno se trasladó a Ravena, ciudad costera rodeada de pantanos más fácil de defender.
Estilicón el máximo general romano de occidente logró derrotar a los visigodos, también a los ostrogodos, pero para tener las tropas suficientes se debilitó la defensa de las galias. Esto le abrió la puerta a las incursiones de vándalos, suevos y alanos, que en 406 atravesaron el Rhin, saquearon las Galias, cruzaron los Pirineos y se establecieron en la península Ibérica.

Estilicón murió y esto alentó nuevamente a los visigodos a atacar y en 408 nuevamente entraron en Italia, en 410 luego de aislar a Roma, lograron entrar en la ciudad y saquearla, lo que provocó consternación en todo el mundo. Alarico se dirigió luego al sur de Italia en un intento por pasar a África, pero murió y lo sucedió Ataulfo quien invadió el sur de Galia y parte de la península Ibérica.

Los romanos finalmente pactaron con los pueblos germánicos, quedando estos en posesión de la península Ibérica y parte de las Galias a cambio de una tenue sumisión al emperador en carácter de federados. Hubo un periodo de paz a consecuencia de estos pactos pero a la muerte de Honorio se reanudaron las luchas este vez por la sucesión. En 439 los vándalos cruzaron al África y fundaron un reino independiente.

Vándalos saquean Roma en 455

Desde allí crearon una flota que asoló el mediterráneo, incursionando varias veces contra Italia.
Mientras todo esto pasaba los hunos fueron apoderándose del centro de Europa, mientras absorbían a muchos de los pueblos que allí vivían integrándolos como federados. Al principio las relaciones con Roma fueron buenas, los romanos pagaban un tributo a cambio de la paz y ayuda militar para combatir a los germanos. Pero el nuevo rey de los hunos, Atila, no estaba interesado en la paz y decidió invadir.

Con objeto de proteger su flanco para una posterior invasión de Italia, primero invadió la Galia, toma varias ciudades romanas, ante esto los romanos reforzaron Orleans, con la esperanza de detener allí el ataque, pero Atila tomó la ciudad. Ante esto, Aecio, máximo general romano, debió acudir a una alianza con los visigodos y otros pueblos germánicos para poder enfrentar a los hunos. La batalla definitiva tuvo lugar en la galia, en Campos Catalaunicos, en 451, los hunos fueron derrotados, pero solo por un tiempo.

En 452 nuevamente incursionaron, pero esta vez directamente en Italia, arrasando zonas del valle del Po, Aecio no contaba con suficientes fuerzas para enfrentar a los hunos a campo abierto, por lo tanto su acción fue la de demorar sus movimientos y hostigar a los hunos, que además fueron victimas de una epidemia.

Finalmente el papa los convenció de retirarse. En 453 Atila murió y la coalición formada por él se disolvió y se desataron luchas entre los pueblos que conformaban la misma. Los hunos desaparecieron como potencia y se asimilaron a otros pueblos. En 455 los vándalos volvieron a la carga y lograron saquear Roma y otras zonas de Italia. Lo que quedaba del Imperio romano de occidente siguió desangrándose en una serie de luchas sucesorias hasta que en 476 el último emperador, Rómulo Augústulo, fue depuesto por Odoacro al mando de los Herulos federados y se proclamó rey de Italia.

El Imperio romano de Oriente sobrevivió muchos años más pero en la parte occidental se formaron numerosos reinos germánicos con los Vándalos en el norte de África, Visigodos y Suevos en la península ibérica, los Francos en el norte de la Galia (luego conquistando el sur que estaba en manos de los visigodos). El reino burgundio abarcó las zonas del sureste de la Galia, y parte de las regiones alpinas, cayendo luego ante los francos.

Italia como mencionamos quedo en manos de Odoacro pero unos años después los ostrogodos se la arrebataron con la ayuda de los bizantinos. La actual Inglaterra fue abandonada por los romanos y luego fue ocupada por tribus germánicas provenientes del norte de Alemania y Dinamarca, los anglos, los sajones y los jutos. Muchos de estos reinos germánicos adoptaron el cristianismo y mucho de la cultura romana también.

EL NACIMIENTO DE LA CIVILIZACION EUROPEA:

Los germanos o bárbaros eran grupos de tribus que se dedicaban a la caza, el pastoreo y la agricultura, esta última basada en la propiedad comunal de la tierra.
Eran aficionados a la guerra y amantes de la libertad; sabían hilar la lana y hacer telas para vestir; también usaban el algodón, el cual compraban a otros pueblos. Comían carne, frutos silvestres, leche y cerveza. Su sólida organización familiar reconocía como autoridad principal al padre.

Abdicación de Rómulo Augústulo, ante Odoacro (476

El köening, era el rey o jefe guerrero, autoridad máxima, cargo no hereditario, sino elegido en la asamblea de guerreros, la cual ejercía funciones legislativas.

Practicaban una religión politeísta con divinidades que simbolizaban fuerzas de la naturaleza y con las que se sentían vinculados, como el sol o la luna, pero su dios más importante era Odín.
Sus prácticas religiosas no requerían de una clase sacerdotal, ni de templos; simplemente eran conducidas por el padre. Adjudicaban facultades adivinatorias a algunos hombres y mujeres que eran consultados cuando se consideraba necesario.

Fueron bautizados como bárbaros por los romanos, la palabra bárbaros quiere decir extranjeros: “el que no habla latín”.

CONSECUENCIAS DE LA FUSION DE LOS PUEBLOS BARBAROS Y ROMANOS:

Algunos pueblos bárbaros se convirtieron al cristianismo, incluso un obispo godo tradujo la Biblia al germano, para lo cual modificó el primitivo alfabeto de los bárbaros y creó uno nuevo, el gótico.

El antiguo Derecho Romano, unido a algunas leyes bárbaras, sirvió como punto de apoyo a la legislación de los nuevos estados que se fueron conformando.

Les permitieron establecerse en algunos territorios; otras veces los tomaban por la fuerza, y así, poco a poco, el territorio del Imperio Romano de Occidente se fragmentó en pequeños reinos independientes que conservaron parte de la administración romana y posteriormente, en el transcurso de casi quince siglos, dieron origen a territorios parecidos a los países europeos actuales.

VOCABLOS GERMANOS:

En el siglo V d. C. llegan los vándalos a la península Ibérica, un grupo germano que se establece en Andalucía (en efecto, Andalucía significa «tierra de los vándalos»). Los vándalos también invadieron Hungría, Alemania y Francia.


Otros grupos germanos que se establecieron en España fueron los alanes (Alans), suevos (Swabians, en Galicia) y los visigodos («los godos prudentes»), originalmente de Escandinavia. Los visigodos se establecieron en Cataluña (palabra que significa «tierra de los godos») en el año 412. Introdujeron leyes (leyes visigodas) y dieron al español unas trescientas palabras de sabor marcial como ganar (gain), ganso (goose), bandera (flag), bando, botín (booty), brida (bridle), burgo (town), dardo (dart), esgrimir (fence), espiar, espuela (spur), estribo (stirrup), guerra, guía, hacha, barón, varón (male), blanco, falda, gris, guante, rico, ropa, sopa, toalla y orgullo (pride).

Algunos nombres germanos son:

Adalberto (de noble estirpe)
Alberto (que brilla por su nobleza)
Álvaro (atento)
Armando (nombre guerrero)
Arturo (oso noble)
Bárbara (extranjera)
Bernardo (audaz como un oso)
Berta (distinguida)
Dagoberto (brillante como el día)
Dante (dios del trueno)
Edgardo (el que se defiende con la lanza)
Edith (dueña de casa)
Edmundo (protector de la riqueza)
Elvira (amable)
Enrique (dueño de fincas)
Ernesto (grave, honrado, serio)
Federico (reino de paz)
Fernando (bravo en la paz)
Francisco (libre)
Frida (paz)
Gerardo (fuerte como la lanza)
Germán (guerrero)
Gilbardo (audaz)
Gilberto (el que lleva la piel de cabra)
Godofredo (la paz del Señor)
Gonzalo (el genio de la guerra)
Guillermina (protectora)
Gustavo (bastón de mando)
Heriberto (el del ejército distinguido)
Hilda (heroína que lucha)
Hildeberto (brillo en la batalla)
Ildefonso (batallador)
Isabel (la poderosa)
Leonardo (león valeroso)
Leopoldo (valiente entre el pueblo)
Luis (variante de Ludovico, el guerrero famoso)
Matilde (la que lucha con fuerza)
Medardo (audaz en el poder)
Norberto (resplandor del norte)
Odón (enriquecido)
Óscar (lanza de Dios)
Ramiro (poderoso en la guerra)
Raymundo (protector y consejero)
Ricardo (el más fuerte)
Roberto (el que tiene fama)
Rodrigo (caudillo famoso)
Rogelio (famoso por la lanza)
Rosendo (su excelencia)

miércoles, 2 de septiembre de 2009

ESTANDARTES ROMANOS

El ejército Romano utilizaba una serie de insignias en su ejército que tenían un fuerte carga simbólica, su valor estaba por encima de la vida de los Soldados, son las siguientes:


TIPOS PRINCIPALES DE ESTANDARTES:
El águila (Aquila):
Era el estandarte de toda la legión en su conjunto, desplazando al lobo, al toro, al jabalí y al caballo, muestras de animales totémicos pertenecientes a una sociedad campesina. Su origen se remonta a cuando las legiones se transformaron en unidades permanentes. En tiempos de César eran de oro y plata y en el imperio de oro. El Aquila nunca se movía de dentro del campamento, a menos que la legión lo abandonara y era custodiado por la primera cohorte. Para los romanos era extremadamente gravisimo y vergonzoso que el enemigo capturara el águila. No era casualidad que el águila fuese la enseña más representativa del ejército romano. El águila, estaba vinculada desde época muy arcaica a IVPPITER OPTIMO MAXIMO, Dios celeste y soberano, protector del pueblo y del ejército romanos. Ese carácter de animal simbólico, representativo del Dios, le daba ese matiz “sanctum” (santo, sagrado). El llevar el águila, símbolo del Dios, era un honor especial e implicaba una responsabilidad extrema ante su pérdida. El portaestandarte recibía el grado de “aquiliferi” y estaba encargado no sólo de marchar con el estandarte del águila imperial legionaria durantes las largas caminatas, los combates o los desfiles, sino de engalanarlo y perfumarlo los días de fiesta religiosa y castrense. La pérdida del águila en combate suponía el más severo castigo ya que no sólo era una deshonra militar, sino una impiedad religiosa, por eso los “aquiliferi” debían tener características especiales. Los “aquiliferi” eran legionarios especialmente curtidos, con ciudadanía romana y con bravura y valentía contrastadas. La importancia religiosa del águila legionaria está atestiguada, por ejemplo, en el templo consagrado a MARS VLTOR que Augusto hizo construir en Roma para depositar los estandartes recuperados en Hispania (“signa militaria complura per alio duces amissa devictis hostibus reciperavi ex Hispania”.) y en las luchas contra los Partos. Dionisio de Halicarnaso insiste en el carácter sagrado de los “signa”. Los “GENIUS SIGNORUM”, o fuerza espiritual de las “águilas” son denominadas por Tácito como las auténticas divinidades de las legiones. Tertuliano, fanático cristiano, consideraba el culto a los estandartes del águila una blasfemia, precisamente por el carácter religioso de culto a IVPPITER que implicaba.



Reproducción Águila Legión X Fretensis), 3 últimas fotos.


· Vexillum;
Esa insignia le correspondía a las tropas que se encontraban en lugares lejanos luchando, por lo general más allá de los límites imperiales, además las unidades que se apartaban de la legión, por ordenes del legato o tribuno, ya sea para explorar, negociar o hacer algún otro servicio mediante la campaña, también portaban la Vexillum. Este estandarte era un largo bastón con una bandera que tenía un águila en el centro de esta. Hacia la época de Augusto se empezó a usar tan solo de color rojo, esto fue por primera vez con las legiones que ocuparon Cirenaica y Egipto al mando de Octavio en la guerra civil. El Vexillum marcaba la posición del general en el campo de batalla, pero también era la enseña de los destacamentos irregulares, en la cual se inscribia el numero de la legión o unidad que lo portaba, por lo que éstas reciben el nombre de "vexillationes". Se cuelgan de una barra cruzada al mástil de la enseña. Los portadores de esta enseña eran los “vexillarii”.Las unidades de caballería llevaban un vexilla. Los soldados eran nombrados vexillarius (vexillarii en plural).

(Reproducción Vexillum Legión X Fretensis)

Restos de un vexilium hallados en Egipto.

Signum:

Estandarte que pertenecía a las centurias, por esto es que era la insignia más usada en las legiones, dentro de cada una por lo menos debían de haber más de 40 Signum. Este estandarte estaba constituido por el águila y la insignia de la corona romana en la punta, bajo esta la inscripción de SPQR, solo durante la republica, luego fue remplazada por el nombre del soberano. En la inscripción también se encontraba escrito que numero de cohorte eran. Por último las insignias en forma de círculo, significaban el número de centuria que correspondía a la cohorte correspondiente. En los cuerpos auxiliares los "signa" incluyen imágenes de los emperadores, con lo que el segundo tipo de estandartes -las "imagines"- es privativo de las legiones. Los portadores de estas enseñas eran los “signiferes” e “imaginiferes” respectivamente.

(Reproducción Signum Legión X Fretensis).

Escena de la columna de Trajano. El Águila de la legión, llevada por un aquilifer, está en el centro. A su derecha e izquierda tres Signum dos de ellos rematados por una mano son transportados por los signiferes ataviados con una piel de lobo sobre su cabeza., Un vexillium, justo a la izquierda del Águila proclama probablemente los títulos de la unidad

· Draco:

Bien avanzado el imperio un nuevo estandarte llamado draco (de origen Dacio) fue adoptado por el ejército. El estandarte consistía en una cabeza de dragón con un cuerpo de tela que se ondeaba con el viento. Algunos estudios indican que el draco haría un inquietante sonido cuando el viento pasase a través de el. El soldado que lo portaba era llamado un draconarius (draconarii en plural). Tanto la infantería como la caballería tenían un draco como uno de sus estandartes.