miércoles, 30 de junio de 2010

CALENDARIO ROMANO ANTIGUO.

En Roma, en tiempos de Rómulo el año constaba de 10 meses, cuatro de 31 días y seis de 30, en total 304 días.

El año comenzaba el 1 de marzo. Los meses eran: martius (31 días), aprilis (30), maius (31), junius (30), quintilis (31), sextilis (30), september (30), october (31), november (30) y december (30). Los cuatro primeros meses están dedicados a Marte, Apolo (Aperta), Júpiter (Maius) y Juno, respectivamente. Los demás se denominan según el ordinal correspondiente.

Este calendario era demasiado corto, por lo que se usó sólo hasta que Numa Pompilo (716-673 a.C.) añadió los meses de januarius, dedicado a Jano, al comienzo del año, y februarius, dedicado a Plutón (Februus) dios del infierno, al final del año. Además redujo el número de días de los meses para sumar un total de 355 días, con lo que adaptaba el calendario al ciclo lunar.

Los meses quedarían así: januarius (29 días), februarius (28), martius (31), aprilis (29), maius (31), junius (29), quintilis (31), sextilis (29), september (29), october (31), november (29) y december (29). No existen meses con un número de días par porque se consideraban de mal agüero, excepto febrero, y por esa misma razón el año tiene 355 días, en lugar de los 354 de ciclo lunar. En febrero se celebraban las februales; unas fiestas de purificación y paciguamiento de los muertos en los que se realizaban diversos sacrificios.

Como este año era demasiado corto cada dos años se añadía un mes de 22 ó 23 días (mercedinus, o mercedonius). Este mes se intercalaba entre el 23 y el 24 de febrero, y los cuatro días que quedaban de febrero se consideraban incluidos en mercedinus. Sin embargo, este cómputo era demasiado largo, ya que daba un total de 366 días y cuarto. Para evitar este desfase en el año 450 a.C. se acordó que cada ocho años se intercalara tres veces el mercedinus: la octoetérida. La octoetérida se fundamenta en los cálculos que realizó Cleostrato de Tenedos en el año 500 a.C. La intercalación, y el cómputo de los años, estaba en manos de los sacerdotes, quienes obraban, según sus intereses. Las reglas de cálculo del calendario fueron secretas hasta que Cneo Flavio las robó en el 304 a.C. El sistema era demasiado complicado y arbitrario, incluso para sus contemporáneos. En tiempos de Julio César había un desfase de tres meses entre el año civil y el astronómico, por lo que se hacía imprescindible una reforma.

La manera de contar los días era muy peculiar. El mes tenía tres fechas señaladas: las calendas, las nonas y los idus. Los días se denominaban dependiendo de los días que faltasen hasta la próxima fecha señalada. Las calendas eran el primer día del mes, las nonas eran el día 5 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 7), y los idus eran el día 13 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 15). Esta división procede del ciclo lunar. Teóricamente las calendas corresponden al novilunio, las nonas al cuarto creciente y los idus al plenilunio. El día anterior también se llamaba vísperas, y el anterior a las vísperas antevísperas. De esta manera el 20 de octubre era el decimotercer día antes de las calendas de noviembre. No existían semanas propiamente dichas aunque se celebraba un mercado cada ocho días, y los días entre mercados se designaban: A, B, C, D, E, F, G y H, que se sucedían correlativamente comenzando a contar con A desde el 1 de enero.

Los romanos contaban los años, en los documentos oficiales, según la serie de cónsules y emperadores (era de los Cónsules, 509 a.C.), pero la era Romana se contaba desde la creación de Roma: ab urbe condita. Fue Terencio Varrón quien estableció, definitivamente, que la fundación de Roma había tenido lugar en el año 753 a.C. No obstante hubo intentos anteriores como el de Fabio Pictor, que la estableció en el 747 a.C.; Polibio, 750 a.C.; Marco Porcio Catón, 751 a.C.; y Verrio Flaco, 752 a.C.; datos que se deben tener en cuenta a la hora de datar hechos. Tito Livio se adhiere a la fecha de Catón, aunque en ocasiones usa la de Fabio Pictor. Cicerón usa el cómputo de Varrón, que al final es el usado por Plinio, y el empleado por los historiadores modernos. Esta era comenzaba el 21 de abril, aunque normalmente se reduce al 1 de enero.

Fuente: www.club.telepolis.com

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