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sábado, 5 de diciembre de 2009

ONAGER

El modelo estándar de máquina para lanzar piedras en el ejército romano era el llamado onager. La primera referencia a su uso aparece casualmente en la obra de Filon cuando se refiere a los aparatos necesarios para la defensa de una ciudad.


Tras 300 años de vacío en las fuentes, volveremos a encontrar referencias en la obra de Apolodoro de Damasco, ingeniero de Trajano. De nuevo desaparecerá de las fuentes hasta la aparición en escena de Amiano Marcelino y Vegecio en el siglo IV d. C. Después continuará en uso durante la Edad Media con el nombre de mangonel, hasta ser reemplazado en el siglo XII por el trebuchet, mucho más poderoso.


Amiano Marcelino es el principal historiador de referencia para comprender su funcionamiento, pues nos ha dejado la más detallada descripción de esta máquina. Se trata de una información muy corta y poco técnica pero de gran interés. Completan la documentación sobre este ingenio la obra de Apolodoro de Damasco y el Anónimo Bizantino. Estas dos obras aportan una nueva visión de la pieza a la que se le añade en su parte frontal un ariete con el fin de además de disparar poder batir las murallas.


Este sistema no parece muy lógico pues sería imposible llevar a cabo las dos operaciones sin un alto coste humano. Además, los movimientos operativos de los ingenios son muy diferentes y necesitarían una sincronización adecuada. Resultaba mucho más práctico el empleo del ariete y del onager de forma separada.

En la obra de Amiano sólo aparecen los elementos básicos del ingenio por lo que gran parte de la máquina se basa en meras suposiciones:


"En cuanto al escorpión, al que ahora llaman onagro, tiene esta forma: se labran dos palos de madera de encina o de acebo, ser curvan ligeramente hasta que parezca que forman jorobas y se les une como si formaran una sierra, perforándolos abiertamente en ambos lados. Luego, a través de los agujeros, se pasan unas cuerdas fuertes que mantengan la máquina sujeta e impidan que se desmonte".


Desde la mitad de este artefacto, se levanta oblicuamente un palo de madera, que se eleva como el timón de una carroza y se ata con gran fuerza con las cuerdas, de manera que pueda subirse y bajarse. En su parte más elevada se unen dos ganchos de hierro de los que cuelga una honda de estopa o también ganchos de hierro. Delante de esta madera se extiende un banco enorme, con tela, relleno de pajas pequeñas, que se anuda con fuertes ataduras, y está colocado sobre montones de hierba o de ladrillos, y así, cuando una máquina enorme de este tipo golpea un muro de piedra, lo destroza debido a la violencia del choque y no tanto por el peso.


Así pues, cuando estalla el combate, se coloca una piedra redonda sobre la honda, cuatro jóvenes a cada lado de la máquina tienden hacia atrás la barra a la que se le han atado las cuerdas y la extienden tanto hacia atrás que casi llega a tocar el suelo. Entonces, un encargado que permanece subido encima, de un fuerte golpe, abre violentamente el cerrojo que mantenía tensas las cuerdas de la máquina, de manera que la barra queda libre por esta violenta sacudida, golpea sobre la superficie mullida de la tela y lanza la piedra, que abatirá todo lo que se encuentre a su paso.


Esta máquina se llama tormentum, porque su mecanismo se desencadena a partir de la tensión (torqueo), y escorpión porque tiene una especie de aguijón levantado, e incluso actualmente se la denomina también onagro, porque cuando estos animales salvajes son perseguidos por los cazadores, dan coces y lanzan tan lejos hacia atrás las piedras, que llegan a atravesar el pecho de los que les siguen, o bien les rompen los huesos y les hacen reventar la cabeza." (AMIANO MARCELINO, Historia, 23, 4, 4).


De esta descripción se desprende que la máquina estaba compuesta por un resorte horizontal de torsión que se tensaba y un brazo de palanca vertical provisto de un dispositivo lanzador. Su funcionamiento era muy semejante al de una especie de honda de grandes dimensiones. Los cinco principales componentes del onager eran:
- Una base sólida de madera.
- Un brazo con una honda en el extremo para lanzar.
- Un resorte de torsión de gran alcance (madeja).
- Una cuerda y un mecanismo de torno para bajar el brazo hacia abajo
- Una barra transversal pesada con relleno para detener el movimiento del brazo cuando fuera lanzado.


El onager no era tan exacto como lo podían ser las máquinas bélicas del tipo ballista, ya que no poseía una base separada ni tampoco una junta universal que facilitara los movimientos. El principal inconveniente era que los proyectiles describían un ángulo más alto de tiro y, por tanto, era muy difícil precisar a la hora de disparar.


Es muy difícil saber cuál sería el tamaño y el peso de la máquina aunque debía ser significativamente mayor que las maquinas para lanzar piedras de dos brazos. Su peso, en función del tipo de máquina, se encontraría entre las 2 y las 6 toneladas. A causa de su elevado peso resultaba muy difícil corregir las trayectorias para apuntar a nuevos blancos, lo que la convertía en una máquina bastante estática.


Vegecio señala que los onagros se transportaban montados en carros, listos para entrar en acción en muy poco tiempo. Pero, a pesar de esta información no hay ninguna evidencia de que esto fuera así y parece que el autor confunde esta máquina con la carroballista que sí iba montada sobre un carro. Además, si tenemos en cuenta el enorme retroceso que producía esta máquina al lanzar los proyectiles, nunca podría estar montada sobre un carro de madera pues lo destrozaría al efectuar el primer disparo.

Este retroceso provocaba que la máquina tuviera que ser colocada sobre plataformas de lanzamiento con montones de césped o de ladrillos para que amortiguaran los golpes, ya que si se colocaba sobre estructuras de piedra se corría el riesgo de que las destruyera. Una de estas plataformas preparadas para ubicar un onager fue encontrada en Bremennium (Alto Rochester), un fuerte ubicado en el norte del muro de Adriano.

Mientras que en una ballista de dos brazos dos artilleros eran capaces de apuntar a un objetivo, el equipo necesario para poner en marcha esta máquina requeriría de un número mayor. El número de artilleros para hacerla funcionar sería de cinco a seis hombres aunque Vegecio sugiere que al menos harían falta once y Amiano apunta la presencia de ocho para dotar de efectividad esta máquina. Harían falta cuatro para poner el brazo desde una posición vertical hasta una horizontal, un artillero y un comandante para dar las órdenes, además de los que transportaban la munición.


"Hay también en cada cohorte otra máquina, llamada onager, que puesta sobre un carro la tiran dos bueyes. Sirve para la defensa de los atrincheramientos del campo, arrojando saetas y piedras contra los enemigos, si vienen a atacarlos" (FLAVIO VEGECIO RENATO, Epitoma Rei Militaris, Libro III, Capítulo XXV).


"El onager sirve para arrojar piedras muy grandes, según la magnitud de la máquina y la fuerza de sus nervios o cuerdas, y en general, cuanto mayor fuere, mayores piedras arroja, y con tal violencia que cada una parece un rayo. No se conocen hasta ahora máquinas de mayor impulso que estas dos… bastará añadir que los onagros no sólo sirven para matar a los hombres y caballos que alcanzan sus tiros, sino también para quebrantar las máquinas del enemigo." (FLAVIO VEGECIO RENATO, Epitoma Rei Militaris, Libro IV, Capítulo XXII).
La principal ventaja de esta máquina era su simpleza a la hora de construirla, ya que su construcción no requería de ninguna habilidad técnica. Al disponer de un solo resorte no era necesario, como sucedía en la ballista ajustar los dos resortes para que poseyeran la misma torsión. La capacidad de esta máquina aumentaba si tenemos en cuenta que podía disparar proyectiles de muy diversa forma y tamaño, no necesitando de piedras redondas para su correcto funcionamiento.


Posteriormente, en el chasis de esta máquina se dispuso transversalmente un fuerte haz de cuerdas en cuyo centro estaba insertado el extremo de una gigantesca cuchara de madera. Inicialmente la cuchara se encontraba fija en posición horizontal. El haz de cuerdas de torsión se podía tensar con ayuda de dos tornos situados a ambos lados. Si se soltaba después la fijación de la cuchara, ésta se elevaba como una palanca hasta que, al alcanzar la posición vertical, topaba con la viga horizontal, lanzando entonces hacia delante el proyectil que contenía.



lunes, 21 de septiembre de 2009

CALIGAE




Las caligae son el calzado clásico del ejército romano. Son unas sandalias deconstrucción muy sólida, diseñadas para aguantar la dureza de las incesantes marchas que realizaban las legiones, así como ofrecer suficiente agarre de los pies sobre el terreno, cosa importante en combate.
La suela se compone de varias capas de cuero grueso, una de las cuales se extiende para formar las tiras que envuelven el pie, y son atadas por medio de una cinta de cuero, como los zapatos modernos. Dicha suela está claveteada con gran cantidad de tachuelas metálicas, que son las que le dan el agarre mencionado antes. Las tachuelas solían delimitar los contornos de las partes del pie que actúan en el caminar, de forma que podríamos decir que las caligae son un claro precedente de las modernas zapatillas deportivas ergonómicas
Sin embargo también producían terribles resbalones si se caminaba sobre mármol o piedra pulida. Flavio Josefo menciona el caso de un centurión que en la toma de una fortaleza, al llegar a la cima de la muralla pegó tal resbalón que cayó al foso y se mató.
Es relativamente fácil hacer un par de caligae. Lo primero que se necesita es un patrón para poder dibujar la forma en la pieza de cuero. Podeis utilizar este patrón. Por supuesto no está a tamaño, tendreis que ampliarlo hasta la medida de vuestro pie e imprimirlo por partes si trabajais con una impresora Din-A4. También necesitareis la parte central del patrón, la que delimita la planta del pie propiamente dicho.
Usareis cuero de suela de 2/2,5 mm. de grosor. Cortareis dos piezas de suela y una de la caligae para cada pie (no olvideis darle la vuelta al patrón para hacer el pie izquierdo). Es conveniente que antes de cortar el cuero os hagais una maqueta de cartulina y la ajusteis a vuestro pie. Recordad que las tiras deben encontrarse en el centro del pie y montarse sobre la opuesta, debe sobrar tira. Una vez puestos a cortar el cuero, una cosa que facilita bastante el trabajo es hacer agujeros en los ángulos cerrados, así el corte acaba en el agujero y evitais pasaros de largo.
El cuero se puede cortar con un cutter cualquiera. Como política general no debeis hacer las suelas demasiado grandes, pero es mejor que las tiras sean largas y los cortes interiores cortos, así podreis ajustarlos al final.
Un truco que puede serviros es coger un calcetín viejo, poneroslo, rodearlo completamente con cinta aislante y finalmente cortarlo por el frente, desde los dedos de los pies hasta el tobillo. Así tendreis la medida exacta de vuestro pie.
El montaje de la caligae se hace como un bocadillo, se pone el trozo con las tiras entre los dos trozos con forma de suela, se encolan y se dejan secar a ser posible prensados bajo varios libros gruesos.
Después se clavan las tachuelas, yo utilizo unas llamadas "Tachuela celosía" de la marca "ehs", de 10 mm. de largo. Se necesitan entre 50 y 100 tachuelas por caligae. Se clavan de manera que atraviesen todas las capas de cuero y sobresalgan unos milímetros por la otra parte, y finalmente se doblan las puntas sobre sí mismas con un martillo de manera que se penetren en la capa superior de cuero.
Después solo queda coser la parte del talón, a ser posible con hilo de cáñamo y darle una buena capa de grasa a toda la caligae.
Al parecer en climas fríos se solían usar una especie de calcetines muy burdos, dos piezas de lana gruesa cosidas con la forma aproximada del pie. También es aceptable usar una piel de conejo o similar.
La forma de atar la caligae consiste simplemente en pasar la cinta de cuero por los cortes interiores de las tiras, haciendo la típica forma de zig-zag con la que atamos los zapatos actuales. Y acabar con un nudo a nuestra elección.

miércoles, 26 de agosto de 2009

PILUM



La javalina o pilum consiste en una larga cabeza de hierro con una punta pequeña, y un fuste de madera. En el tipo más común, la parte posterior de la cabeza de hierro se aplana formando una lengüeta, que se remacha en la parte superior del fuste de madera, más ancho que el resto del fuste. El segundo tipo la parte posterior forma un cilindro que rodea la madera y un tercer tipo, menos conocido, tiene un extremo aguzado para clavarlo en la madera del fuste. En el siglo I d.C. los frescos o mosaicos donde aparecen javalinas las muestran a veces con un peso esférico, presumiblemente de plomo, detrás de la unión de la madera con la punta metálica. Al parecer la javalina fue aligerándose a través de los siglos y este peso le proporcionaba más poder de penetración.
Las puntas de pila miden entre 35 y 75 cms. de largo con puntas piramidales o en forma de flecha de unos 5 cm. de largo. El cuello mide de unos 6 mm. de diámetro cerca de la punta hasta unos 9 o 10 mm. cerca de la unión con la madera. La lengüeta mide unos 3 cms. de ancho y tiene forma aproximadamente rectangular. En el momento de forjarla es necesario doblar la parte final de la barra de hierro unos 15 cm. sobre sí misma para poder posteriormente aplanarla y conseguir la necesaria anchura sin perder demasiado grosor. No hay constancia de que las puntas fuesen especialmente endurecidas, simplemente penetraban debido a su diseño.
El fuste de madera estaba hecho de fresno, medía de 1,2 a 1,5 mts. de largo de forma que el total del pilum serían unos 1,7 a 2,1 mts. La mayor parte del largo del fuste, o la totalidad en los pila del segundo tipo, era de sección redonda, de unos 2 a 3 cms. de diámetro. En su parte superior
está el bloque de sujección de la lengüeta de la punta metálica, de 13 a 20
cms. de largo y que se estrecha hacia la parte
superior. Tiene un corte a lo largo para recibir la lengüeta de la punta y queda cerrado por arriba con una pieza metálica que rodea la madera y está fijada con dos cuñas.
La lengüeta queda fijada por dos o tres remaches, en el caso del pilum del segundo tipo basta con un pequeño clavo.Todas las partes metálicas han de mantener el color negro de forja. La parte
inferior del fuste acaba en un aguzamiento recubierto de metal, para poder clavarlo en el suelo.Esto se puede hacer con un triángulo de plancha de metal al que se le puede dar forma con el martillo y unir al fuste con un clavo.
Los remaches se pueden hacer con clavos normales, calentándolos y dándoles unas pasados de lima para que parezcan de forja, poniendo trozos de metal que actúen como arandelas y achaflanando el otro extremo como cualquier remache. Trozos de plancha de metal se pueden cortar para usar como arandelas, pero si se usan arandelas redondas se debe quitar el galvanizado y ennegrecerlas.


El pilum era lanzado desde unos 30 mts. en plena carga de la legión. La pequeña punta podía penetrar un escudo y herir al hombre que lo sujetaba, así como también podía penetrar ciertos tipos de armadura. Si se clavaba en un escudo, aunque no lo penetrase, el peso del pilum entorpecía el uso del escudo hasta el punto de inutilizarlo.
Por último estaba diseñado para que el cuello de metal, al ser muy delgado, se doblase por el impacto y imposibilitase el reuso por parte del enemigo del pilum. Al final de la batalla se podían recoger las javalinas usadas y enderezarlas en la fragua.
Durante al república, cada legionario cargaba con dos pila, uno ligero y otro pesado.En época imperial podemos ver ilustraciones de legionarios con un pilum o con dos, aunque al parecer eran iguales, había desaparecido la distinción entre ligeros y pesados.


























lunes, 24 de agosto de 2009

LORICA SEGMENTATA

INTRODUCCION:

Una de las más emblematicas, e irónicamente a la vez menos conocida, de las armaduras Romanas es la Lorica Segmentata. Utilizada por los legionarios Romanos desde finales del siglo I ac hasta mediados del siglo III ac, fue símbolo de la prosperidad del Imperio. Algo evidentemente notable al ver que su utilización no fue abandonada por falta de efectividad, sino por la decadencia de la economía Romana. De diseño modular y resistente, dicha armadura fue tan avanzada a su época que podemos rastrear su evolución incluso miles de años después. La armadura Italiana Anima, del siglo XVI, es su sucesora espiritual. Sin embargo, y sorprendentemente, hoy en día el programa NATICK -el centro de estudios que implementa las últimas tecnologías de combate en los soldados Estadounidenses- se encuentra estudiando diseños futuros de armaduras corporales de estructura modular que, salvando las diferencias tecnológicas y de ingeniería, tienen una cierta inspiracion en la lorica segmentata Romana.




Dibujo de un legionario romano vistiendo una lorica segmentata junto a una reconstrucción actual de ésta. La protección y resguardo que ofrecia ésta armadura era mucho más superior alque cualquier cota de mallas puediera ofrecer.




ORIGENES:


Como mencionamos en la introducción, se tiene muy poca información sobre ésta armadura. Nuestras mayores fuentes son las esculturas y grabados, principalmente los de la Columna de Trajano, que nos permiten observar legiones de combatientes Romanos vistiendo ésta llamativa pieza de equipo. Sin embargo tan limitado es nuestro conocimiento que incluso desconocemos como los Romanos mismos la llamaban. La designación Lorica Segmentata nace, según creemos, en el siglo XVI y significa "armadura seccionada" haciendo referencia a sus características estructurales. Gracias a un meticuloso trabajo arqueológico hoy sabemos que sus inicios, al menos lo máximo que pudimos rastrear, datan aproximadamente del año 20 ac.



Reconstrucción de una lórica segmentaria.


VARIANTES:


Gracias a los limitados, pero a la vez contundentes, hallazgos arqueológicos reconocemos 4 tipos de lorica segmentata. Estos tipos son denominados en base al lugar donde se descubrió la primer pieza, ya que al igual que con la armadura, realmente no sabemos la denominación Romana para cada variante. Dichas variantes no son en realidad cambios estructurales muy significativos. Sino que constan, principalmente, en cambios internos de la armadura y diferentes puntos de ajuste para sus partes.

Kalkriese


Se cree que ésta fue una de las primeras variantes en ser utilizadas y se calcula su utilización desde el 20 ac hasta el 50 dc aproximadamente. El hallazgo de ésta lorica fue realizó donde se encontraba emplazado el campamento legionarios de Carnuntum en Kalkriese (Alemania). Es muy posible que muchos legionarios del general Varo la vistieran.


Corbridge


En 1964 un hallazgo arqueológico de monumental importancia tuvo lugar en la región del Noreste de Inglaterra denominada Corbridge. Dentro de una caja de madera 12 secciones -6 hombros y 6 torsos- de diferentes armaduras segmentadas fueron localizadas en un relativo muy buen estado de conservación. Este hallazgo fue sin duda alguna tan significativo que permitió armar a Russell Robinson, gracias al trabajo de reconstrucción de los fragmentos llevado a cabo por el arqueólogo Charles Daniels, la primer réplica totalmente funcional de una lorica segmentata. Anteriomente a dicho momento solo se conocía vagamente su exterior por las esculturas, pero realmente no se conocía mucho de su armado y ensamblado.Hasta el día de hoy la lorica segmentada del tipo Corbrige es de la que más detalles tenemos. Se calcula su utilización desde el 40 dc hasta el 120 dc aproximadamente.



Reconstruccion de una lorica Segmentata de tipo Corbridge.


Newstead


Se calcula su utilización entre los años 120 dc al 250 dc aproximadamente. Fue encontrada por vez primera en Newstead y posteriormente gracias nuevos hallazgos realizados en Carlisle, se pudo establecer que la diferencia más importante, que fue notada un tiempo después de su descubrimiento, son las bisagras de mayor tamaño con respecto a los otros tipos. Esto, en teoría, le podría llegar a otorgar una movilidad más amplia. Junto a estos cambios también se pudo establecer que el sistema de ajuste entre las secciones superiores e inferiores dejó de ser por hebillas y se pasó a utilizar ganchos.


Alba Iulia


De la escultura Alba Iulia se deduce un cuarto tipo de lorica segmentata. Poco se sabe de éste, pero las significantes variaciones de la lorica segmentata presente en la obra llevan a creer que ésta fue otra variante más de la armadura.


ESTRUCTURA Y CARACTERISTICAS TECNICAS.


La ventaja de la lorica segmentada era su fácil desmonte. Desajustando los sujetadores internos era fácil apilar la armadura en cuatro secciones y empacarla para su transporte. De hecho se cree que éstas eran desensambladas durante la marcha de las legiones para facilitar su traslado. Su estructura principal consta de cuatro secciones: Una parte superior compuesta de dos secciones que cubrían los hombros y una parte inferior, también compuesta por dos secciones, que cubría el torso. Estas secciones, a su vez, estaban armadas, o compuestas, por bandas de hierro dobladas de tal manera que ofrecían una protección muy superior a cualquier cota de mallas. Las bandas metálicas que conformaban las diferentes secciones estaban sujetadas entre si mismas por un sistema de hebillas y tiras de cuero, algo que la convertía en una pieza extremadamente modular. Las bandas de las secciones que protegían los hombros eran situadas en posición vertical mientras que las del torso eran ubicadas horizontalmente. El cerramiento de la armadura, con respecto al cuerpo del legionario, se daba en un sistema de pliegues ubicados verticalmente uno en la parte delantera y trasera de la armadura. Los toques finales del ajuste se daban con una serie de broches, ganchos y hebillas de latón que variaban dependiendo del tipo de lorica.Más allá de que visualmente puedan resultar aparatosas, las reconstrucciones de los reenactores -personas que se dedican fielmente a reconstruir equipos y representar eventos históricos con un gran nivel de detalle- demuestran que en realidad la lorica segmentata es una armadura mucho más flexible y cómoda de lo que parece visualmente.



Esquema infográfico de la variante A del tipo Corbridge.


Articulo original editado por imperivm.org.

domingo, 23 de agosto de 2009

LA GLADIUS.

INTRODUCCION.

La Gladius no sólo fue la espada legionaria, también fue una espada legendaria. Recuentos históricos nos hablan del terror que los demás pueblos sentían en el campo de batalla ante ésta formidable arma. Sin embargo los Romanos no eran ajenos a este pavor, ellos mismos lo habían sufrido en el pasado al encontrársela por vez primera durante la Guerra Púnica -siglo III AC-. Cuando estas mortales espadas eran empuñadas por los Celtíberos, quienes causaron tantas bajas y heridas que los generales Romanos no lo dudaron y decidieron adoptarlas inmediatamente. Un ejemplo de su efectividad lo obtenemos de los épicos recuentos de Livio los cuales nos dan una imagen descriptiva y detallada del terror que los Macedonios sufrían al ver las heridas infligidas a sus camaradas por los Romanos. Pero qué era lo que hacía mortal a la gladius. Ni más ni menos el que ésta era ideal para las legiones Romanas. La gladius era una espada para ser utilizada en equipo, por una tropa disciplinada y obediente, cuyo ataque rápido y mortal daba una ventaja sin igual. La gladius no fue tan solo un mera arma sino que también fue el reflejo de una época, la época dorada de Roma. Como hemos dicho era una pieza de armamento que debía de ser utilizada por una tropa obediente, de lo contrario su efectividad, si bien útil, se reducía en gran medida. Esto hace que no nos sorprenda el que fuera reemplazada por la spatha cuando el caos sumió a Roma y las legiones ya no eran lo que alguna vez fueron, disciplinadas y entrenadas como en los tiempos de gloria Imperial.En este artículo veremos no solo las características técnicas. Sino que también analizaremos las diferentes ventajas tácticas que la gladius le ofrecía a las legiones. Muchas veces estas ventajas eran críticas para lograr la victoria. También observaremos un análisis estratégico sobre su utilidad y uso.

ORIGENES:

Actualmente se consideran cuatro tipos, o variantes, base de gladius. La gladius Hispaniensis -la más antigua y heredera directa de las portadas por los Celtíberos-; la gladius Mainz -Maguncia- sucesora de la primera; la gladius Fulham y la gladius Pompeii. Los nombres, o si así lo prefieren denominaciones, de cada variante de la espada, por cuestiones obvias, no son idénticos a los utilizados por los Romanos en su tiempo, salvo el de Hispaniensis. Cada tipo de gladius fue nombrado en base al lugar geográfico donde ha sido hallada, arqueológicamente, la primer pieza de dicha variante. En la actualidad nos encontramos con que hay un gran debate y confusión sobre el nivel de parentesco entre la Mainz y la Hispaniensis. Durante muchas décadas algunos estudiosos llegaron a creer que ambas eran la misma espada, solo que con simples variaciones en la hoja. Sin embargo actualmente esta idea ha sido abandonada y se ha optado por concluir que la Mainz, sucesora de la Hispaniensis, es en realidad una espada puramente Romana. Si bien claramente fuertemente basada en la Hispaniensis, sus elementos y forma son claramente propios de Roma y sus necesidades. No hay una confusión así con las variantes Fulham y Pompeii. Ya que sabemos, con seguridad, que son variaciones de la Mainz que se fueron dando con el tiempo, y sobretodo con los cambios estratégicos en la manera de hacer la guerra. Si bien tenemos algunas con puntas más cortas y diferente moldeado de hoja, otras con hoja acinturada y variaciones en la empuñadura. Es indudable que al fin todas son correspondientes al mismo tipo de espada.Pero veamos dónde y cuándo es que los Romanos la descubrieron por vez primera. Esto ocurrió en el siglo 3 AC, en pleno calor de la Guerra Púnica, cuando las tropas de mercenarios de la Hispania, comandados por Aníbal, lograron hacer tales estragos en las filas Romanas que varios legionarios se negaban a continuar luchando. Esta espada presentaba un tipo de combate totalmente diferente al visto hasta el momento. Era ideal para formaciones compactas y cerradas de ataque frontal -algo que a los Romanos les agradaba en exceso-. Su utilización no sólo era eficiente en el ataque de penetración y perforación, ataque para el que esta espada fue creada, sino que también era una excelente espada de corte cuyo doble filo daba una ventaja sin igual. Estas y otras razones fueron más que suficientes para que los ejércitos de la Urbe las adoptaran sin dudarlo.

ETIMOLOGIA:

Si bien la palabra gladius nos trae a la mente a los gladiadores, esta espada no tiene nada que ver con estos combatientes. En el combate los gladiadores utilizaban unas largas dagas de unos 30 centímetros. Gladius, en Latin, significa ni mas ni menos que espada. Mucha gente suele confundir conceptos e interpretar gladius como gladiador. Pero gladiador significa simplemente "espadachín". También suele existir confusión con los gladíolos, cuya flor asemeja pequeñas espadas. Gladíolo -gladiolus- significa, aproximadamente, "espadita" y obtiene este nombre por la peculiar forma de sus hojas puntiagudas. La gladius se convirtió en una espada tan popular y extendida por el Imperio que cuando fue reemplazada la palabra "espada" -gladius- ya se había convertido en su nombre propio. Por lo que su heredera, la spatha, daría el nombre genérico a las espadas. Pero la gladius, como una reina entre las espadas, conservaría su nombre para si misma.
Reliquia histórica. Esta gladius se conserva en el museo Speyer y a pesar de los miles de años que han pasado por su hoja y empuñadura aún mantiene la elegancia y porte de una digna espada Romana.

CARACTERISTICAS:

En el campo de batallaComo hemos mencionado la gladius es una espada excelente para formaciones compactas. Su cruce de hoja romboide le daba una estabilidad óptima para ser alineada con el codo y el hombro en un ángulo de 90 grados, correr el largo escudo -Scutum-, y provocar una herida perforante en el abdomen del enemigo, que en la gran mayoría de los casos si no mataba instantáneamente lo hacía posteriormente. Su tamaño, de unos 60 centímetros, la hacía ideal para esta tarea. En si la ventaja táctica de no estaba, enteramente, en la destreza personal del combatiente. Sino en la disciplina de la fila de hombres. Cuyo ataque primario consistía en protegerse de forma mutua con sus escudos y, corriendo éstos ligeramente para crear una diminuta abertura, apuñalar a sus contrincantes. Dicha estrategia los hacía no sólo mortales sino que también les otorgaba una defensa superior. Tal estrategia se puede ver claramente durante la Guerra de las Galias. Las legiones de César, atacando de forma compacta y escalonada, podían sincronizar las filas para rotar, durante el mismo combate, a los hombres agotados y heridos de las primeras lineas por hombres frescos de las traseras. Esto ponía en serios problemas a los desorganizados Galos que debían enfrentarse constantemente contra hombres frescos y de espíritu renovado. Sin embargo decir que la gladius era útil sólo en combate cerrado sería una injusticia para con tan formidable pieza bélica. Esta no sólo era útil en el ataque de perforación. Por ejemplo si ocurría un flanqueo por parte del enemigo y la estructura compacta de la cohorte se veía comprometida, la gladius servía perfectamente como una espada de lucha y corte, dándole así al legionario la oportunidad de seguir combatiendo, eficientemente, en caso de que las cosas no resultaran como el General o Centurión lo desearan.

LA HOJA:

La hoja de la gladius era su principal y más importante ventaja. Su diseño variaba dependiendo del tipo de gladius pero mantenía una línea general. Veamos sus características principales:

De unos 60 centímetros de largo
Hecha de hierro tratado por carbunización -como la galvanización actual pero con carbón-
Hoja de doble filo, de cruce de hoja romboide. Esto la hacía un poco más pesada pero le daba la estabilidad necesaria para un ataque alineado con el codo
Diseñada para perforar. Pero Además era eficiente en combate cortante
Recta y ancha, pero esto variaba dependiendo del tipo. Algunas gladius tenían su hoja acinturada
Punta en V alargada, esta era su principal característica de perforación. El largo de la punta le otorgaba menor superficie de contacto y por ende menor roce. Ideal para traspasar una cota de mallas o un escudo de madera
.

LA EMPUÑADURA:

Era regla que, a diferencia de las espadas largas medievales, se hiciera aparte de la hoja. Esta generalmente podía ser de madera aunque versiones más distinguidas, para rangos más altos, la tenían de hueso o marfil. Las que se hacían con madera generalmente eran tratadas con distintos aceites para evitar que la madera se pudriera y además darle una mejor textura y resistencia. El pomo, es decir la pelota que aparece al final de la empuñadura de la espada, era esférico -salvo en algunas Pompeii que era un círculo chato- cuya función era la de evitar que la espada se zafara de la mano del legionario.Al guarda-mano, o sea figura romboide que esta entre la empuñadura y la hoja, y que protege la mano del soldado, generalmente se le colocaba una pieza de latón. De esta manera si se entraba en un combate de espada contra espada intenso y se sufría un golpe recto en el guarda-mano propio, la espada enemiga no atravesaría la madera infligiendo un daño terrible en la mano del legionario que la empuñaba. Más allá de que en algunas películas se muestren las empuñaduras de las gladius talladas y decoradas esto era extremadamente raro. Y el hecho de que la gran mayoría fueran de madera, lamentablemente, hizo que sólo una extremadamente pequeña cantidad de empuñaduras lleguen a nuestros días. Un detalle que se hace reconocible instantáneamente en las gladius es que el mango de la empuñadura estaba formado por medios círculos pegados unos con otros. Esto no era meramente decorativo sino que le otorgaba un agarre y comodidad sin igual, además de limitar o eliminar la posibilidad de que corriera la mano por el mango tras un golpe fuerte.



TIPOS DE GLADIUS Y SUS DIFERENCIAS:

Aquí veremos algunas observaciones sobre cuales eran las diferencias entre los diferentes tipos de gladius. Para esto nos valeremos de dos excelentes gráficos que nos detallarán en gran medida en que variaba cada uno. Las espadas están acomodadas de la siguiente manera de izquierda a derecha: Mainz, Fulham y dos Pompeii.
A primera vista vemos que la Mainz presentaba un leve acinturamiento en la hoja -es decir que los filos eran paralelos y curvados y no paralelos y rectos-. Esto marca su parentesco más cercano con la Hispaniensis que como apreciaremos en el siguiente gráfico presentaba una cintura considerable. Vemos que la Fulham tiene una hoja menos ancha y un poco más corta, pero su punta es considerablemente más larga. también notamos una disminución en el pomo de la Fulham, si bien esto es relativo ya que el pomo incluso variaba de espada a espada. Al ver las siguientes dos espadas -que son dos Pompeii- vemos como ya se comienza a abandonar la punta en V extremadamente alargada, se mantiene el ancho de hoja de la Fulham, pero se aumenta su largo y justamente con este aumento de longitud y disminución del largo de la punta esto nos indica que ya era una espada más de combate por corte, si bien su utilización seguía siendo primordialmente para dar muerte por penetración.
En el siguiente gráfico podemos ver una comparativa notable de las hojas de los diferentes tipos de gladius.
Articulo original registrado por imperivm.org.

SCUTA-LOS ESCUDOS ROMANOS.

INTRODUCCION.

Dados ciertos factores presentes en los escudos Romanos, como principalmente el de estar hechos con materiales orgánicos, se ha convertido en una tarea altamente compleja el tener un entendimiento completo de éstos. Aún hoy en día son más las dudas que las certezas; no obstante gracias al trabajo de varios arqueólogos e historiadores es que podemos tener un paneo general de ésta vital herramienta para la defensa en el campo de batalla. Nuestras mayores fuentes son los monumentos y grabados. De ellos tomamos las primeras referencias y suposiciones no solo sobre su forma y tamaño, sino que también de su estructura y composición. Sin embargo un conocimiento mucho más amplio fue posible gracias a significantes hallazgos arqueológicos. En éste artículo daremos las características generales del scutum Romano. Sus tipos, formas y períodos; para luego mencionar los descubrimientos arqueológicos de importancia.

SCUTUM DE INFANTERIA

Período pre-Republicano

En los tiempos pre-republicanos, remontándonos al tiempo en que Roma era gobernada por los reyes Etruscos, se utilizaba un escudo redondo denominado parma -según Tito Livio éste escudo fue utilizado hasta el siglo V ac, de lo cual hablaremos en unos instantes-. Sin embargo también tenemos evidencia de la utilización de un escudo rectangular, como según comenta Diodoro en sus escritos. No obstante una de las evidencias más esclarecedoras es la que nos llega de Situla de Certosa, lugar en el que se encontró una pieza de bronce -fechada aproximadamente como de 500 ac- donde se pueden ver tallados guerreros con escudos redondos, ovalados e incluso unos semejantes a los utilizados por los hoplitas. Esto indica que lo más posible es que su uso fuera mezclado y no existiera una exclusividad. Otra teoría es que cada diferente Centuria utilizara un escudo diferente.Era muy común, así mismo, en estos tiempos donde el mismo combatiente debía de proveerse de su propio armamento, que los más pudientes utilizaran escudos completamente de bronce similares a los utilizados por los ciudadanos griegos de elevada condición económica. Estos escudos completamente de bronce eran un claro símbolo de status por lo que generalmente los encontramos portados por los héroes mitológicos en infinidad de relatos. Como escribe Ovidio en su Metamorfosis:

Que él, aun así, de la horrenda Medusa la figura había contempladoen el bronce repercutido del escudo que su izquierda llevaba,y mientras un grave sueño a sus culebras y a ella misma ocupaba


Situla de Certosa. Reliquia arqueológica que trajo mucha luz al tema. Su significancia es notable ya que vemos en la estela superior los escudos parma redondos utilizados por los lanceros, muy similares a los hoplitas griegos, mientras que en las estelas secundarias vemos que la infantería -caracterizada por la utilización de espadas y formaciones más compactas- utilizaban los sctuta rectangulares. Estos escudos rectangulares venían de mucha utilidad en las formaciones compactas que adoptaban los soldados que luchaban con espada, ya que permitía crear prácticamente una pared de escudos y proteger la fila al máximo.

En la República

El escudo Republicano, y posiblemente los escudos anteriores a la era Republicana, eran de forma oval un tanto curvada. Si bien no tenemos mucha evidencia tangible -salvo los restos encontrados en el-Harit, Egipto- sí tenemos considerable evidencia en grabados y monumentos de su forma y tamaño. Como por ejemplo el monumento a Aemilius Paullus.




En éste relieve de la era Republicana podemos ver claramente el uso de escudos ovales en las legiones.













Reconstrucción de un escudo Republicano. Vemos que el umbo era más diminuto que el Imperial

Sin embargo, gracias a un extensivo trabajo arqueológico se pudieron esclarecer varios de los puntos conflictivos en los relatos ofrecidos por los historiadores clásicos Tito Livio y Polibio de Megalópolis. Para empezar no toda la legión utilizaba el mismo tipo de escudo, sino que dependía de la clase. Tras el saqueo galo de Roma en el 390 AC se realizaron grandes cambios en el ejército para adaptarlo a los "nuevos" enemigos. Uno de ellos fue dividir al ejército en una estructura organizacional de manípulos independientes unos de otros. Con esta nueva organización la falange quedaba en desuso, y por ende se compactaba la distancia entre los legionarios, por lo que un nuevo tipo de escudo, uno que permitiera cubrir gran parte del cuerpo y formar una pared de escudos contra la cual chocaría el enemigo, es adoptado. Los velites, soldados jabalineros que cumplían un rol de escaramuceros antes de comenzar la batalla real, comúnmente utilizaban un parma redondo o un escudo ovalado; los hastati, unidades evolucionadas de los antiguos lanceros de la falange a soldados de infantería pesada, cambiaron su escudo redondo por un escudo semi rectangular, muy posiblemente una transición entre el escudo ovalado y el scutum rectangular tan común en el Imperio, el cual les era muy útil en el nuevo tipo de combate. Polibio nos da un relato descriptivo de los distintos tipos de escudos republicanos.

Por lo que se refiere a los vélites están armados de espada, flecha y broquel, especie de escudo, fuerte por su estructura y bastante capaz para la defensa.[...]Los de más edad, llamados hastatos, portan armadura completa. Ésta, entre los romanos, se compone primero de un escudo, cuya convexa superficie tiene dos pies y medio de ancho y cuatro de largo, o cuando más, el mayor excede un palmo. Está hecho de dos tablas encoladas, y cubiertas por fuera primero con lienzo y después con piel de becerro. Tiene toda la circunferencia guarnecida de alto abajo de un cerco de hierro, para defenderse de los tajos de las espadas y para que no se pudra fijado en tierra. Está asimismo el convexo cubierto de hierro, para liberar los golpes mortales de piedras picas y todo tiro violento.

En el Imperio

La forma rectangular del scutum aparentemente, y si bien fue utilizada con anterioridad, se "estandariza" a mediados del siglo primero. Su tamaño no solo varía entre los diferentes períodos, también lo hace entre las diferentes legiones y cuerpos. Podemos establecer un tamaño "estándar" que va desde el hombro del legionario hasta la parte superior de su rodilla. Este tamaño, o medida, es eficiente y muy bien adaptado al modo de combate de la legión Romana, otorgando no solo una cobertura formidable sino que además resulta ideal para cubrir parte del cuerpo del compañero de fila en una formación cerrada -de la que los Romanos eran muy partidarios-. Una particularidad del scutum, al menos del Augustal, son los bordes curvados a los costados que, de cierta manera, "envolvían" al legionario protegiendo no solo su frente sino que también cubría un tercio de sus flancos. Esta configuración: scutum rectangular y encorvado a los lados. Es denominada Augusta o Augustana, ya que fue introducida en la era de Augusto. Y es sin duda alguna la más reconocida hoy en día. Entre otras características podemos observar que durante un período considerable de tiempo, ya bien entrada la era del Imperio, se hizo "norma" que los 4 bordes del escudo fueran elípticos y no rectos. Es imposible saberlo a ciencia cierta, pero la experiencia en combate de las personas que hoy en día representan combates de civilizaciones antiguas con gran precisión, los llamados reenactores, sugiere que ésta configuración, con los 4 bordes de terminación elíptica, evita herir accidentalmente al compañero de fila durante un movimiento brusco del scutum hacia el costado para clavar la gladius en un enemigo que viene de frente. No obstante la versión más realista se basa en que los bordes elípticos, o suaves, eran mejores para no dañar el forro de cuero que se le aplicaba al escudo. Uno de los detalles más significativos y representativos es el umbo -centro, "ombligo"- del scutum. Este presenta una especie de "joroba" de hierro o latón cuya función principal era la de suministrar al legionario con una superficie voluminosa y contundente para poder abatir al contrincante que viniera de frente como si se le pegara con una masa.






Excelente reconstrucción de un Scutum de infantería rectangular. Esta es la imagen de escudo Romano que más ha calado en la memoria de la gente. Sin embargo como podemos ver en éste artículo son muchos los tipos y estilos de escudos que utilizaban tanto los legionarios como las diferentes tropas del ejército Romano.








Reconstrucción de un scutum rectangular.



Siglo IV

Otro gran cambio en la forma del escudo lo vemos en el siglo IV, ya con la decadencia del Imperio era extremadamente difícil reunir los medios, tanto económicos como profesionales, para construir armamento complejo. Razones por las que armaduras como la lorica segmentata y el scutum rectangular curvado -augustal- fueron reemplazados por armamento más simple. Es así que comenzamos a ver escudos redondeados, de forma mucho más simple -como el que podemos la imagen a continuación-.No obstante, también debemos considerar como una de las principales razones por la cual se abandonó el escudo rectangular el que a estas alturas la disciplina de los soldados, que en su mayoría eran mercenarios, era inexistente. La gran ventaja del escudo rectangular era la posibilidad de formar una pared contra el enemigo, ventaja que se perdía totalmente si los hombres no se mantenían en formación.


FUERZAS AUXILIARES.

Por otra parte tenemos los escudos utilizados por las fuerzas auxiliares. Estos eran, en su gran mayoría, una elipse alargada de dimensión considerablemente menores a los escudos de las legiones. Una particularidad de las fuerzas auxiliares era que éstas funcionaban como una infantería ligera, de movimiento rápido y más que nada de soporte. Por lo que el escudo de éstas debía adaptarse a sus estrategias.





Representación de los reenactores de un combate Romano. En ésta excelente representación vemos la distinción entre los escudos de los auxiliares (línea de frente) y los escudos de la legión (línea trasera)





ESCUDOS DE ENTRENAMIENTO.

Curiosamente el entrenamiento, por cuestiones de seguridad y economicas, se llevaba a cabo, mayoritariamente, utilizando espadas de madera. Como es logico imaginar un escudo tan duro y resistente como el scutum de combate dañaria estas espadas de entrenamiento con gran facilidad, por lo que los legionarios utilizaban escudos fabricados de mimbre. Estos escudos de entrenamiento tenian dimensiones similares a las de los escudos utilizados en la batalla. No solo para evitar tener que cambiar las espadas de entrenamiento tan frecuentemente es que se fabricaban de este material suave y flexible. En el estilo de lucha del legionario Romano, el ataque utilizando el mismo escudo como masa para herir al enemigo era uno de los estilos mas usados. Razon por la que el escudo de practica debia ser lo suficientemente resistente para ofrecer un buen nivel de entrenamiento, pero a la vez lo suficientemente suave como para no herir al camarada de entrenamiento.Evidencia arqueológica indica que los escudos de mimbre también fueron utilizados en el combate en la era pre-republicana, aunque esto pudo haber sido muy raro.





Reenactor portando la reconstrucción de un scutum de entrenamiento.







CABALLERIA.

Por una cuestión de comodidad y versatilidad el escudo de caballería era mucho más reducido en tamaño que el escudo de infantería. Su forma variaba muy frecuentemente, como es la norma en los escudos romanos. Si bien muchas su forma típica era la de una elipse alargada, es en su forma oval que mejor lo reconocemos.




Relieve que representa a un jinete del ejército Romano. De fondo podemos ver su escudo elíptico









Reconstrucción de un scutum de la turma (caballería Pretoriana por los escorpiones)




Polibio los describe de la siguiente manera:


Tenían a más un broquel de cuero de buey, parecido a aquellas tortas ovaladas que sirven de oblación en los sacrificios. Esta era una especie de arma que no servía para reparar los golpes por no tener firmeza, y si se llegaba a ablandar y humedecer con las lluvias, la que antes era poco útil, ahora venía a ser de ningún provecho.


ESTRUCCTURA Y CONSTRUCCION.

Estructura general y esqueleto

El scutum rectangular consta de varias capas de madera liviana pero a la vez resistente. Estas eran pegadas y sujetadas por un armazón de madera o latón sobre la cercanía de sus bordes internos. Formando un esqueleto que mantenía unidas las distintas partes de la estructura. Un soporte estructural adicional era otorgado gracias al forro de cuero, que daba una excelente unión a los materiales. De todas maneras es importante considerar que no todos los escudos estaban forrados en cuero ya que esto incrementaba considerablemente el costo del escudo.

Curvatura y doblamiento:

En los escudos Augustales la curvatura se obtenía mediante un tratamiento de presión en la madera. Realmente no se sabe a ciencia cierta que método se utilizaba, aunque es muy posible que, sea cual sea el método, éste variara a lo largo de las épocas. No obstante es muy probable que se utilizara una prensa, en el período tardío; mientras que en períodos más tempranos -como por ejemplo el siglo I- se doblara utilizando cuerdas y ganchos para luego sumergirlo durante varias semanas en un tanque de agua.

Bordes metálicos:


Es muy difícil saber cuál era el porcentaje de escudos con bordes metálicos. La evidencia arqueológica ha confirmado la existencia de éstos bordes que, en el combate, se convertian en un arma mortal. De hecho son éstos mismos bordes, que sobrevivieron al paso de los años, los que realmente nos permiten tener un entendimiento de las diferentes formas de los varios tipos de escudos que se utilizaron a lo largo de las épocas. Por otro lado tenemos los relieves y monumentos, como la Columna de Trajano por ejemplo, en los cuales, y en gran medida, podemos ver que los escudos presentaban un borde. Uno de los materiales preferidos para realizar los bordes, cuando el presupuesto lo permitia, era el bronce.
Ya que está directamente relacionada a esta parte del artículo volvemos a repetir la anterior cita de Polibio sobre la estructura de los escudos.


Ésta, entre los romanos, se compone primero de un escudo, cuya convexa superficie tiene dos pies y medio de ancho y cuatro de largo, o cuando más, el mayor excede un palmo. Está hecho de dos tablas encoladas, y cubiertas por fuera primero con lienzo y después con piel de becerro. Tiene toda la circunferencia guarnecida de alto abajo de un cerco de hierro, para defenderse de los tajos de las espadas y para que no se pudra fijado en tierra. Está asimismo el convexo cubierto de hierro, para liberar los golpes mortales de piedras picas y todo tiro violento.


Ubicación del umbo


Quizás uno de los mayores hallazgos arqueológicos fue el haber encontrado al Dura-Europas. Este escudo ceremonial, encontrado casi intacto, permitió aclarar varios detalles de la forma y estructura de los escudos romanos. Dentro de estos detalles vemos que para colocar el umbo se cortaban dos semicírculos en el centro del escudo.





Esta imagen pertenece al Dura Europas. Este escudo, una reliquia sin duda alguna, permitió obtener un conocimiento muy amplio de la estructura del scutum romano. Podemos ver los dos semicírculos donde era encajado el umbo del escudo.








Decoraciones


Las representaciones de los diferentes scuta (plural de scutum) y las reconstrucciones actuales presentan, casi unánimemente, elaboradas decoraciones y pinturas majestuosas en sus caras. Sin embargo es muy difícil que esto ocurriera, al menos tan difundido, en los escudos originales. Obviamente los oficiales superiores y legionarios de elite tendrían sus propias distinciones. Pero es muy difícil que el cuerpo raso contara con piezas tan decoradas. Sin embargo sabemos que muchos Generales y Emperadores mandaban a decorar los escudos de sus tropas para lograr así una imagen más impactante.Entre las partes del scutum Romano mas decoradas y mas cuidadas encontramos al umbo. Si bien la gran mayoria de los umbos no eran mas que una joroba de hierro o latón, tambien habia umbos, pertenecientes a oficiales o legionarios destacados, que presentaban magnificas decoraciones.



DURA EUROPAS.

El Dura-Europas es un escudo que más que una pieza de armamento parece una obra de arte. Muy posiblemente utilizado durante el siglo III, su elaborada decoración nos da a entender que lo más probable es que éste particular scutum fuera un instrumento ceremonial. Podemos afirmar ésta teoría al ver las representaciones simbólicas y religiosas pintadas en su cara. Como por ejemplo los símbolos solares en las esquinas del cuadrado que rodea al umbo -no confundir con esvásticas, tengamos en cuenta que éste símbolo es milenario y fue utilizado como amuleto de buena suerte y creatividad siglos antes de que los Nazis lo adoptaran como suyo-.

EN EL CAMPO DE BATALLA.

Un legionario de elite era el legionario que convertía su escudo en un arma tan letal como su espada misma. El escudo no solo servía para desestabilizar al enemigo con un duro golpe del umbo, sino que también incluso era útil para matarlo o neutralizarlo rompiéndole alguno de sus miembros con los macizos bordes con los que contaba. Así mismo el considerable tamaño y la forma de éste le permitía al legionario cubrir la mayor parte de su cuerpo mientras cargaba con su pilum para arrojarla hacia el enemigo.Es en el área grupal que el escudo se convertía en una herramienta imprescindible. Dentro de las tácticas más famosas está el testudo -tortuga en Latín-. Esta estrategia consistía en ubicar los escudos de manera cerrada repeliendo todo tipo de misiles y objetos contundentes arrojados hacia la cohorte o grupo de legionarios. Otro factor de importancia se da al observar el funcionamiento de las filas cerradas de legionarios. los escudos rectangulares les permitían no solo cubrirse a si mismos, sino también proteger a los camaradas de armas ubicados a los costados. Manteniendo Así una cobertura óptima de la fila ante todo tipo de ataques.


Articulo original registrado por imperivm.org.




viernes, 21 de agosto de 2009

ARMAS ROMANAS CAP. 1/10


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LA FALCATA IBÉRICA.

Harto conocido es el aprecio en que se tuvo a los guerreros de Iberia en el siglo V a. C. Su excepcional capacidad de adaptación a cualquier tipo de lucha les valió su reputación. Nuestros combatientes eran bravos guerreros a caballo y valientes soldados a pie y por ello fueron apreciados en todo el Mediterráneo, distinguiéndose por su astucia y rapidez en la pelea. Por tales motivos, sirvieron como mercenarios para luchar en Himera (480 a. C.), en Grecia (415 a. C.) y en los ejércitos de Aníbal y los romanos mucho antes de que éstos conquistaran la Península Española.
Guerreros ibéricos que "estaban acostumbrados a trepar por los montes y a saltar entre las rocas armados con sus armas ligeras". Entre estas armas ligeras se encontraba la falcata. Este arma ha sido encontrado algunas veces en ajuares funerarios doblada de tal forma que hace imposible su utilización.


Parece ser que uno de los rituales de enterramiento consistía en inutilizar la espada que había acompañado al guerrero durante su vida y que, a partir de ese momento, le acompañaría en su postrer viaje. Aunque consideremos la falcata como la primera espada española importante por sus características de peso y medida, que hacían de ella el arma ideal para la forma de pelear de aquellos sus usuarios íberos, y por conocerse en ella los primeros adornos de incrustación en armas, no debemos dejar de mencionar otras espadas que convivieron con ella en nuestro suelo, en algunas de las cuales también se pueden apreciar adornos damasquinados con plata y cobre.
Con todo esto, ya ha nacido uno de los oficios artesanos más importantes: el de forjador; y el hombre que lo ejerce va adquiriendo una creciente importancia entre sus semejantes, pues ha conseguido influir en la transformación de materias naturales que maneja y domina a través del fuego, creando herramientas utilísimas y armas mortíferas. Durante milenios, el oficio de herrero estuvo rodeado de gran veneración por el resto de los hombres, admirando en él su poder de manipulación del mineral extraído de las entrañas de la tierra. Hay que recordar también que el primer hierro llegado a algunos pueblos fue el caído del cielo por medio de meteoritos.
Esto provocaría en el hombre tal temor y respeto que rayaría en la adoración de todo lo relacionado con este metal. El oficio de forjador o herrero, uno de los más primitivos, ya está creado, organizado y rodeado de ciertos misterios que son causantes de no pocos respetos. Y esta antigua ocupación en el hombre de manejar los metales, está destinada a ser una de las labores más apasionantes de nuestra vida por lo variadísimo de sus facetas.

GLADIUS, La espada romana más mortífera



La espada romana, el famoso "Gladius Hispaniensis", se inspira como su nombre indica en la espada corta hispana. En diversos momentos historicos fueron apareciendo diferentes modelos que se han catalogado por el nombre del lugar donde se encontraron los restos.
El tipo "MAINZ" más antiguo, tenía una hoja de 50 a 55 cm. de largo por 6,25 a 7,5 cm. de ancho. Mantenía aún la forma de cintura de avispa, es decir, un estrechamiento hacia la mitad de la hoja, y tenía una punta larga. Una variante denominada "FULHAM" tenía también una punta larga pero solo medía 5 cm. de ancho y los lados eran rectos, aunque se ensanchaban ligeramente cerca de la empuñadura. El tipo "POMPEII", más reciente, tenía los lados paralelos y una punta corta, un ancho de 5 cm. y 45 a 55 cm. de largo.

Las hojas eran de dos filos con una sección romboidal o lenticular, sin acanaladuras ni adornos. Algunas estában compuestas por una parte central de acero bajo en carbóno con filos de acero rico en carbono, otras tenían un alma de acero bajo en carbono rodeada de un exterior de acero rico en carbono y otra más estaban compuestas totalmente de acero bajo en carbono. El vástago era un extensión de la hoja, que se proyectaba a través de la empuñadura. La punta estaba remachada sobre una arandela o un clavo decorativo.
Durante mucho tiempo se creyó que la espada tipo "MAINZ" era lo que los romanos llamaban "GLADIUS HISPANIENSIS", ya que era la copia de una espada española procedente de la época de las guerras Púnicas. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el tipo "MAINZ" no fue usado en época tan temprana y que aparentemente no tiene una conexión directa con la espada española, y su parecido no es tan grande como se suponía. Un número creciente de hallazgos demuestran que el gladius hispaniensis medía de 60 a 68 cm. de largo sin incluir la empuñadura, y de 4 a 5,5 cm. de ancho. Algunas hojas se estrechan ligeramente en el centro mientras que otras tienen los lados paralelos. Las puntas varían de 10 a 25 cm. de largo y tienen los lomos redondeados. Desafortunadamente ninguna empuñadura ha sobrevivido, lo que indicaría que probablemente estaban hechas de madera. En el volumen 8 del "Journal of Roman Military Equipment Studies" se puede encontrar toda la información sobre el tema.
Las espadas se llevaban en el lado derecho, colgando altas de un tahalí de cuero de 1,25 a 2,5 cm. de ancho. Los broches de tahalí que se pueden ver en algunas reconstrucciones modernas son en realidad adornos para harneses de caballos. La vaina tenía cuatro anillos para colgar, en la parte trasera el tahalí se dividía en dos y se cosía a ambos anillos, mientras que en la delantera solo se usa el anillo superior, tanto cosido como por medio de una hebilla. El tahalí podía estar teñido
Una forma más antigua de portar la espada, más común quizás en las de tipo "MAINZ", es colgarla del cinturón, aunque no sabemos con exactitus como se hacía. Implicaría el uso de cortas correas de cuero unidas a los anillos, ya sea formando un lazo o entrecruzándose. Al principio el gladus hispaniense tenía solo dos anillos en la parte trasera de la vaina. Se han hallado restos con pequeñas hebillas unidas a los anillos, lo que sugiere el uso de correas que lo unían al cinturón. Probablemente el uso de cuatro anillos se impuso a finales del siglo I antes de Cristo.
Si se usan dos cinturones, uno de ellos es siempre para la espada y el otro para el puñal, el tahalí solo se puede usar con un cinturón. Sin embargo se puede usar un solo cinturón para llevar espada y puñal, sin tahalí.

miércoles, 19 de agosto de 2009

ARMAMENTO Y EQUIPAMIENTO ROMANO (CASCOS)

En el ejército romano, durante la Monarquía y primeros tiempos de la República, el estado no facilitaba armamento a los soldados; así pues cada soldado llevaba las armas que podía o quería, pues se las tenía que costear él mismo; sus armas eran de bronce y hierro y no eran, por tanto, uniformes. Eso sí, los pudientes ser armaban con una lanza, una espada larga, un casco, una coraza, una especia de botas de metal y un clipeus –escudo redondo-.



Posteriormente, todavía en la República, el estado, que construyó talleres públicos de armas, dotó a soldados y oficiales con el sagum –casaca abierta que se abrochaba con corchetes-, caligae –el calzado semejante a botas de cuero con aberturas- y cassis –casco-. En su cinturón, en ocasiones profusamente decorado con placas metálicas, llevaban una daga y la espada -gladius-.


CINGULUS
SAGUM

CALIGAE ROMANA

CORAZA DE CORCHETES



CASCOS DE LAS LEGIONES ROMANAS.




H. Russell Robinson fue la primera persona que usando toda la información disponible sobre hallazgos arqueológicos de todas las épocas del periodo Romano clasificó en varias familias todas las diferentes formas de cascos que se habían ido encontrando. Estableció cuatro grandes familias de cascos para infantería. Dentro de cada familia estableció una división por medio de letras para las desviaciones de la norma, tanto en forma como en tipo de construcción.También clasificó aproximadamente treinta tipos de carrilleras (la pieza que protege la mejilla) usadas indistintamente en estos y otros tipos de cascos romanos.Su libro "The Armour of Imperial Rome" explica con todo tipo de detalles esta clasificación, incluyendo una enorme cantidad de fotos y gráficos, pero desgraciadamente está agotado y la única manera de encontrarlo es pagando auténticas fortunas en las librerías especializadas.




CASCOS MONTEFORTINO











La familia de cascos más antigua es llamada "Montefortino" debido al primer lugar donde fue hallado un casco de este modelo. Este fue el modelo de casco de los ejércitos consulares de la república, desde el siglo 4 a.C. hasta el siglo 1 d.C. Tenía forma de domo y estaban construídos de bronce. Tenían una pequeña extensión en la parte trasera como protección del cuello. En la parte superior tenían un soporte para el penacho de plumas de forma cónica y una decoración festoneada en los primeros modelos. Los modelos van del C al F. Suelen tener unos pequeños tubos a los lados para usar como soporte de unas plumas.












CASCOS COOLUS.





La segunda familia es la llamada "Coolus", que cubre el periodo desde el siglo 3 a.C. hasta como mínimo el año 79 d.C. Están inspirados en los cascos Galos del distrito de Coolus en el Marne. Tienen una forma semiesférica, están hechos de bronce y tienen un refuerzo en la parte frontal, a lo largo del mismo. También tienen una protección de cuello algo mayor que la del Montefortino y una punta cónica en la parte superior como soporte para la cresta.
Los modelos van del C al I. También pueden tener tubos portaplumas a los lados.


CASCOS GÁLICO-IMPERIALES.







La tercera familia de cascos son los llamados Gálico-Imperial, también basado en el tipo de cascos usados por los galos. Están más decorados que los tipos anteriores con "cejas" grabadas en relieve en el acero, protección en el frontal y protección de cuello más grande y con escalones en relieve. Probablemente lo empezaron a construir herreros galos y mantuvieron su influencia desde el siglo I hasta el II de nuestra era. Estaban construídos basicamente de hierro, con las protecciones para las orejas y decoraciones en latón, incluyendo pequeños rosetones decorativos en el casco y las carrilleras. Tenían un gancho destinado a fijar la cresta y a veces también una pieza rectangular en la parte superior con el mismo fin.El modelo A puede ser de hierro o latón, el tipo I es siempre de latón, todos los demás son siempre de hierro. El modelo A no tiene decoraciones de latón. Los tipos E y I tienen protecciones de orejas de latón mientras que el D las tiene de hierro y los A y C carecen de ellas. Como en todas las piezas de armadura romana, las partes de latón pueden ser plateadas o estañadas.El modelo más usado por los reconstruccionistas es el G, del que solo se ha encontrado una pieza, por lo que se duda de que fuese tan popular en su época.Se cree que el modelo A empezó a usarse durante el mandato de Augusto.





CASCOS ITÁLICO-IMPERIALES.







La última gran familia de cascos es la llamada "Itálica-Imperial", muy parecidos en su forma a los de la familia Gálica pero dada la simplicidad de su técnica de construcción y la casi desparición de todo elemento decorativo, H. Russell Robinson supone que fueron construídos por herreros itálicos, probablemente inspirados en los cascos greco-etruscos o italianos usados en la época republicana. Fueron usados desde el final del siglo I hasta principios del siglo III de nuestra era. Varios modelos utilizan un sistema de fijación de la cresta basado en una pieza plana en la cimera del casco, con un orificio en forma de "T" en el cual se debe introducir y luego girar dicha cresta. Se dice que los primeros modelos conocidos provienen de Herculanum, por lo que podrían haber pertenecido a la Cohorte Urbana (especie de policía) o a los pretorianos.Carecen de los relieves en forma de ceja de los modelos Gálicos. El refuerzo frontal suele ser más delgado y a veces está doblado 90º para darle más consistencia. El tipo D tiene protecciones para las orejas en latón pero los modelos B y C no.










OTROS TIPOS.

Russell Robinson clasifica en su libro varios tipos de cascos que no entran en las categorías anteriores como pertenecientes a las tropas auxiliares, dada su construcción de peor calidad y sin adornos. Los cascos con representaciones esculpidas de caras se suelen clasificar como cascos de caballería, se supone que eran usados en las demostraciones llamadas hippica gymnasia por la limitación visual que representaba su uso, algo muy peligroso en plena batalla. Peter Connolly dice en su libro "Greece and Rome at war": "Los hallazgos arqueológicos de cascos legionarios del siglo III d.C. son muy escasos. Cuando volvemos a encontrar restos de cascos, ya del siglo IV d.C., son de un tipo muy diferente y claramente procedentes de un desarrollo independiente de los tipos anteriores. El último modelo de casco legionario que mantiene la forma original es el llamado por Robinson "Itálico Imperial tipo H.". Connolly sigue explicando que los cascos encontrados en Hungría, del tipo "Intercissa" son unos cascos de hierro de construcción muy basta y pueden haber sido introducidos por tropas mercenarias en el siglo IV. Los cascos de caballería procedentes del siglo V parecen ser un claro precedente de los cascos "spangenhelm" usados durante la edad media. Se componen de cuatro piezas metálicas triangulares curvadas y unidas por medio de tiras de hierro y remaches, y fueron muy usados hasta el siglo X de nuestra era.




Casco tropas auxiliares




Casco centurión. Casco moderno. Casco de caballeria.

Tribuni de la guardia pretoriana





CASCOS DE FINALES DEL IMPERIO.


Como en cualquier otro ejército del mundo a través de la historia, aunque los cascos se construyesen en diferentes modelos según las épocas, los soldados serían dotados con el material disponible en el momento y lugar, independientemente de su modelo o antiguedad. Solo se descartarían los cascos deteriorados o dañados hasta el punto de resultar inútiles. Esto nos lleva a pensar que la imagen de una legión homogéneamente uniformada es errónea y la realidad sería más como en algunos frescos o mosaicos, en los que la disparidad de armaduras y casco se ha explicado hasta ahora como debida a diferencia de unidades o de rango de los soldados.Una posible explicación para las diferencias en los cascos de finales del Imperio son los grandes cambios en los métodos de producción impulsados por Diocleciano a finales del siglo III. Toda la producción de equipamiento militar fue concentrada en áreas especializadas de producción, casi fábricas, por todo el Imperio. En el siglo V aparecen citadas 44 de estas "fábricas" en los archivos imperiales. Cada una de ellasestaba especializada en uno o dos tipo de equipo. Es incluso posible que los trdicionales fabricantes de los cascos hubiesen sido cambiados por otros, menos diestros y más preocupados por cumplir con los plazos. También es posible que se hubiesen cambiado los procesos antiguos para conseguir optimizar la producción.






















FORRO DE LOS CASCOS


Tenemos poca información sobre la manera en que los romanos forraban sus cascos.Parece ser que usaban algún tipo de tejido de lana grueso o piezas de lino forradas, aunque también se han encontrado restos de cuero en algunos cascos. Se supone que el cuero era usado más para cubrir los bordes del metal que para forrar todo el interior del casco, ya que sería difícil evitar su deterioro debido a la cantidad de transpiración que debería soportar. No hay ninguna prueba de que el forro se sujetase por medio de remaches al metal, y tampoco sería necesario ya que los romanos disponían de adhesivos naturales que podrían haber usado para fijarlo. Se han encontrado restos de una substancia resinosa en algunos cascos, que se reblandecía al mojarla con agua caliente. Eso permitiría cambiar partes del forro que se hubiesen deteriorado por el uso. Otra forma de protección sería usar un gorro grueso o forrado debajo del casco.




CRESTAS Y PENACHOS.



Tenemos pinturas y mosaicos que muestran como eran los penachos de los cascos, tenemos descripciones literarias pero no nos ha llegado ningúna muestra entera o fragmentaria aparte de las piezas metálicas de sujección Al parecer eran mayoritariamente de color rojo, y no solían usarlos en batalla, aparte de los centuriones. También parece que dichos centuriones se la ponían de través, es decir en el sentido de oreja a oreja, mientras que los legionarios la usaban en sentido de la frente a la nuca. Al menos eso es lo que aparece en las lápidas de varios centuriones. En los cascos de tipo Imperial Gálico la cresta se puede hacer de madera, con una forma aproximadamente semicircular. Se realizan agujeros de 5 mm. de diámetro separados entre sí por 5 mm. Es suficiente con hacer tres columnas de agujeros, aproximadamente unos 100. La madera se pinta del mismo color del que se teñirá el pelo de caballo. Para asegurarla al casco se colocará una anilla en cada extremo, por medio de una tira de latón clavada a la madera. Esta anilla es la que se pasará por el gancho del casco o se atará a la anilla del mismo. En algunos relieves se puede ver que el taco de la cresta estaba decorado, posiblemente labrado, pero no en todos los casos y siempre en cascos de oficiales. No hay ninguna evidencia de que las crestas usasen varios colores a la vez o se hiciesen a franjas. Las madejas de pelo de caballo (crin) suelen medir unos 60 cm. de largo. Se puede empezar por cortarlas a 30 cm. que es el largo que utilizaremos para los penachos. Se puede teñir con cualquier colorante industrial del color que queramos conseguir. Mejor si no se ha de teñir a temperatura alta ya que el pelo podría rizarse y enmarañarse. Una vez seco se separa en tantos mechones como agujeros hayamos hecho en el taco de madera y se atan fuertemente por el centro. Se doblan y se introducen en los agujeros y se encolan usando cola de carpintero o similar. Una vez seca la cola, se puede peinar la cresta con un tenedor o peine de púas separadas. El pelo sobresaldrá del taco de madera unos 14 o 15 cms. por lo que tendrá la suficiente rigidez como para aguantarse por sí solo elegantemente. Es preferible guardar la cresta en posición horizontal o cabeza abajo, si se deja colocada en el casco o se guarda en sentido vertical, el pelo acaba perdiendo rigidez. Se pueden usar plumas en vez de crin, pero los agujeros tendrán que tener el diámetro del cañón de las plumas. Si el casco tiene tubos porta plumas en los lados, se pueden usar independientemente del tipo de cresta que se use. Las crestas para los cascos Imperiales Gálicos solían usar un soporte central además de los ganchos delantero y trasero. Este soporte se puede hacer en latón o hierro. Partiendo de una barra cuadrada de 6 mm. de lado y unos 15 cms. de largo. Se hace un corte a lo largo de un lado, de unos 5 cms. de largo. Se dobla cada uno de los lados del corte para conseguir una forma de "T". Y se vuelven a doblar hasta darle forma de "U"a la medida que permita introducir el taco de madera entre los brazos de dicha "U". Una vez realizado esto, se mide el largo de la barra hasta la distancia entre el tope del casco y el taco de madera de la cresta, una vez colocada. Se marca esta distancia y se dobla 90º el resto. Esta lengueta, una vez rebajada y ajustada será la parte que se introduce el la placa rectangular del tope del casco. Si se hace en latón se deberá templar antes de cada paso y enfriar completamente antes de trabajarlo. Se pueden doblar ligeramente las puntas de la "U" para que sujeten más firmemente la cresta. Los cascos Imperiales Itálicos solían tener una sujección, usualmente fundida, del tipo de "introducir y girar". El soporte, con forma de "T", se introducía en la ranura y se giraba un cuarto de vuelta. Algunos soporte tenían una punta entre los brazos, que se introducía en un agujero del taco de madera de la cresta y permitía prescindir de las sujecciones de los extremos. En algunas descripciones se habla de tacos relativamente cortos montados directamente en el casco. No parece ser un modelo muy usado pero es aceptable para los cascos itálicos. Los cascos Coolus suelen tener un corte atravesado por un agujero en la punta porta penachos. Se puede realizar un agujero en el taco de madera, fijar una placa de metal que pueda introducirse por el corte y asegurarla por medio de un pasador que penetre por el agujero, a través de la madera y la placa de metal. Es mejor utilizar una cresta no muy grande en este caso.
En otros cascos Coolus se usaba una cresta larga, sujetada a la punta por la parte delantera y por medio de una lengüeta a una plaquita metálica remachada al casco cerca de la protección del cuello por la parte trasera.Los cascos Montefortinos solían usar un solo mechón, de unos 60 cms. de largo, o una pluma, introducidas en el agujero vertical de la punta porta penacho.