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viernes, 5 de febrero de 2010

REBELIÓN JUDÍA CONTRA ROMA

PRIMER PERIODO:


Campaña de Galilea en el año 67 d.C.:
El territorio de Galilea fue el primero en ser atacado por las tropas del general Vespasiano quien intentó poner sitio a la ciudad de Jotapata (21?/Artemisión (Abril-Mayo)/67).
Tras la pequeña derrota romana, cercó a la ciudad de Jotapata, con el fin de vencer a sus habitantes por sed y hambre. Mientras el general se ocupaba del cercado de dicha ciudad, envió a su hijo Tito(116) a la ciudad de Sefforis. Finalmente Jotapata fue tomada cuando los romanos, mediante el empleo de máquinas de guerra, lograron penetrar en dicha ciudad y tomarla en su poder el día 1 de Pamero (junio-julio) del año 66-67 d.C.
- No todas las ciudades de Galilea se plegaron a la Rebelíon-Guerra. La ciudad de Sefforis se rindió pacíficamente a las tropas de Tito, a principios de junio del año 67. Después, el hijo del general regresó junto a su padre, dejando soldados romanos en dicha ciudad.
Los judíos de la ciudad fortificada de lograron resistir hasta junio-julio. Jotapata fue destruida y sus fortificaciones fueron arrasadas; los defensores sobrevivientes fueron reducidas a la esclavitud.
Referencias:
1.Operaciones Militares Romanas:
-->marcha de Guessio Galo;
-->Campañas año 67;
-->Campaña ano 68;
-->Campaña año 69;
-->Campaña año 70;
--> Campañas después del 70.
2) Defensas Judías:
Distritos Militares zelotes;
Población Samaritana;
Población Judía;
· Gentiles atacados en el 66;
· Judíos atacados por gentiles;
Fortalezas Asmoneas o Herodianas usadas por los zelotes.
Flavio Josefo, que había logrado huir de Jotapata con algunos rebeldes, se refugiaron en las cuevas cercanas. Todos ellos plantearon el suicidio y decidieron darse muerte unos a otros, eligiendo el turno en suerte. Josefo no se suicidó, sino que se entregó a los romanos y pasó a formar parte de su séquito. Josefo, fue bien tratado por sus captores porque le predijo a Vespasiano que:
"(...) un vaticinio antiguo (...) anunciaba que por ese entonces un hombre de su país llegaría a ser dueño del universo. [según Josefo] (...) el oráculo se refería a Vespasiano, el cual estando en Judea fue declarado Emperador."
- Después de la toma de Jotapata, Vespasiano y sus legionarios se dirigieron a la ciudad de Cesárea de Filipo, donde fueron recibidos por el rey Herodes Agrippa II, quien les proporcionó su ayuda y colaboración durante toda la Rebelión-Guerra porque era partidario de los romanos. Estando Vespasiano en Cesárea, envió a su hijo Tito a tomar la ciudad de Tiberíades; dicha ciudad se rindió y abrió sus puertas a los soldados romanos; los zelotes huyeron antes de la llegada de Tito.
- Luego Tito tomó por asalto la ciudad de Traquea hacia el mes de Gorpieo/ (Agosto-Septiembre)/67, destruyéndola por completo; nuevamente los judíos sobrevivientes fueron sometidos a la esclavitud.
- Hacia comienzos de otoño del año 67, la campaña de Galilea llegaba a su fin. Antes de que se aproximase la necesidad de detener la guerra para invernar, los romanos lograron tomar las dos últimas ciudades importantes de esta región: Gamala y Giscala.
- Primeramente los romanos atacaron la ciudad de Gamala, tomándola el 23 de Hiperberefeo (Septiembre-Octubre) del año 67. Luego Vespasiano desalojó a los judíos que ocupaban el Monte Iturbio. Y finalmente Tito puso cerco a la ciudad de Giscala; los ocupantes de la misma, dándose cuenta que no podían defenderla, decidieron capitular. Esa noche los zelotes al mando de Juan de Giscala, huyeron de la ciudad en dirección a Jerusalem.
La ciudad de Giscala se rindió a principios del mes de noviembre del año 67; con lo cual la campaña de Galilea llegaba a su fin.
- SEGUNDO PERÍODO:
Campaña de Judea y Samaria, 68-69
a) Guerra Civil en Jerusalem: año 67-68.
- Con la llegada de Juan de Giscala a Jerusalem, se desató una guerra civil entre el partido de los saduceos-asmoneos y el de los zelotes-sicarios, porque los zelotes culparon de la perdida de Galilea a los primeros. Dicha guerra que entre se extendió por toda la Ciudad Santa, permitió a los zelotes hacerse con todo el poder político, quienes convocaron al pueblo y decidieron elegir a un nuevo Sumo Sacerdote:
"los zelotes convocaron a una de las tribus pontificias, la denominada Eniaquim; y eligieron por sorteo al sumo pontífice. La casualidad señaló a un hombre, célebre por su iniquidad, de nombre Fanias, hijo de Samuel, del poblado de Afta, el cual no solamente no era descendiente de una tribu pontificia, sino que por su rusticidad ignoraba por completo en qué consistía ser pontífice. Sacándolo del campo de mala gana, (...) lo vistieron con las sagradas vestiduras y le enseñaron lo más apropiado para el cargo." .
- La guerra terminó cuando los zelotes lograron vencer a las fuerzas del partido saduceo-amoneo, las cuales habían sido acusadas de traicionar la causa judía y de intentar colaborar con los romanos. F.Josefo relata que los dirigentes saduceos fueron juzgados por los zelotes-sicarios y condenados a muerte.
- A principios del año 68, Juan de Giscala quedó como único jefe del gobierno de la ciudad, que se encontraba destruida por la guerra fratricida entre ambos partidos. Por lo tanto los zelotes se convirtieron en la única fuerza política y gubernativa de Jerusalem, poniendo fin al enfrentamiento entre zelotes y saduceos .
b) Campaña de Vespasiano en Judea: año 68.
Aprovechando los enfrentamientos judíos en Jerusalem y la falta de una resistencia conjunta contra los romanos, Vespasiano dirigió la campaña del año 68 con el objetivo de sitiar la capital judía. Tomó y pacificó el territorio de Perea y la ciudad de Gadara (4 de Distro del año 68); la cual pactó su rendición, por lo tanto esta ciudad y sus habitantes fueron respetados. De ahí en adelante Vespasiano y sus legionarios fueron capturando, paso a paso, todas las ciudades de Judea y Samaria restantes como Antipatris, Lidia, Yamnia, Emaús y Siquem entre mayo y junio del año 68.
- Después se dirigió contra la ciudad de Jericó, una de las más fuertes, cuyo comandante era José, hijo de Simón; sus habitantes de, ante el avance romano, decidieron huir de la misma, por lo cual Vespasiano ocupó una ciudad desierta. También durante le campaña de Judea, las tropas de Vespasiano destruyeron la Comunidad de Qumran, los esenios que sobrevivieron se unieron a los zelotes en la lucha contra los romanos.
- Cuando Vespasiano se disponía a tomar la ciudad de Jerusalem, llegó a Judea la noticia de la muerte del emperador Nerón, ocurrida el 9 de Junio del año 68. Por esta causa, la campaña y la guerra se vieron suspendidas, el general se retiró a invernar a Cesárea Marítima.
c) La sucesión imperial.
El año de los "Tres Emperadores" 68-69.
En Roma, el Senado y el pueblo debía solucionar la cuestión de la sucesión imperial. Poco tiempo antes de la muerte del emperador Nerón, fue nombrado emperador Galba (Abril/68-15 /Enero/69), quien fue reconocido como tal por el Senado Romano. A principios de Enero del 69, Gala moría; y la guardia pretoriana nombró emperador a M.Salvio Otón, quien no fue reconocido por las legiones del Rhin.
- [El ejercito del Rhin, marchó sobre Italia desencadenándose la guerra civil por el trono inmaterial. Con la llegada de éste al valle de Po, las tropas fieles a M.S.Otón, el Senado y la guardia pretoriana se prepararon para defender Roma. Ambos ejércitos romanos se enfrentaron en Bedriáco (Abril/70) y el emperador Otón fue derrotado e inmediatamente se suicido. Las legiones del Rhin proclamaron a Vitelio como nuevo emperador, quien no fue reconocido por las legiones de Oriente. El gobernador de Siria, Murciano y las legiones nombraron a su vez a Vespasiano. Cuando el general aceptó, se quedó todavía en Judea y envió a Murciano con parte del ejercito a Roma para derrotar a Vitelio. Las legiones de Vitelio presentaron batalla a Murciano en Cremona (Octubre/69), pero fueron derrotadas] (125). Siendo Murciano dueño de la situación en la ciudad de Roma, Vespasiano dejó Palestina y se dirigió hacia dicha ciudad, encomendando a su hijo Tito la dirección de la Guerra Judía.
- TERCER PERÍODO:
Sitio y Caída de Jerusalem, 70 d.C.
- Situación del partido gobernante en Jerusalem en el año 70 .
Hacia finales del año 68, un tal Simón bar-Giora, aprovechando la retirada de Vespasiano y la suspensión de la guerra por el problema de la sucesión imperial "(...) reunió un grupo de seguidores y comenzó a presionar por la Galilea inferior, robando y devastando todo el territorio; [Simón se apoderó de un gran botín. Poco después se dirigió a Jerusalem, donde el pueblo no complacido por el gobierno tiránico de Juan de Giscala, le abrió las puertas de la ciudad." .
Con la entrada de Simón bar-Giora en la ciudad, estalló nuevemente la guerra civil en Jerusalem. A partir de ese momento la situación política dentro de la capital se hacía más difícil puesto que los judíos peleaban entre sí debido a que el grupo dirigente del partido de los zelotes-sicarios se hallaba dividido y encabezado por los tres personajes que mencionaremos a continuación:
Juan de Giscala=>que se distinguía por su radicalismo, y que venia actuando y gobernando tiránicamente en la ciudad desde la caída de Galilea en poder de los romanos; dominaba el montículo del Templo;
Eleazar ben Simón=> un zelote moderado, que se oponía política y gubernativamente a Juan y a Simón, controlaba el acceso al Templo;
Simón bar-Giora=> que había entrado en la ciudad a fines del 69, y aunque planteaba la misma política de Juan no se unió a él sino que ocupó la Ciudad Alta y gran parte de la Baja.
Cuando llegó la fiesta de Pascuas del año 70, la gente que se había reunido en el Templo para purificarse y ofrecer holocaustos y sacrificios fue atacada por los partidarios de Juan, quienes con sus dagas asesinaron a Eleazar . Por lo tanto, a partir de esta Pascuas el partido de los zelotes-sicarios se dividió en dos, encabezado por Juan y Simón quienes se repartieron las tareas de defensa, porque Tito había llegado y sitiado la ciudad.
Sitio y Toma de la Ciudad de Jerusalem, año 70.
- Para poder entender la forma y todo el proceso del sitio de la ciudad de Jerusalem, creemos conveniente dar una descripción geográfica de misma:
"Jerusalem está situada sobre dos montículos: uno, un poco más alto, al oeste, y otro, más bajo, al este. Entre los dos había un profundo barranco, llamado Tiropeón. En el montículo occidental estaba la ciudad alta, y en el oriental la baja. Esta última era llamada también 'Acra', (...). Al norte del Acra estaba el emplazamiento del Templo, ampliado enormemente por Herodes el Grande. Cerca del área del Templo, en el lado norte se encontraba la fortaleza Antonia. El Templo estaba rodeado en sus cuatro costados, por una fuerte muralla y así constituía (...) un pequeño fuerte. La ciudad alta y la baja estaban rodeadas por una muralla común, que partiendo del lienzo occidental de la muralla del Templo, seguía en dirección oeste dando vuelta en un amplio semicírculo alrededor de ambas partes de la ciudad y terminaba en la esquina noroeste del Templo. Además, la ciudad alta debía estar separada de la baja por otra muralla [la segunda, de norte a sur, a lo largo del Tiropeón, puesto que Tito, ya una vez en posesión de la ciudad baja, aun tuvo que dirigir sus arietes contra la muralla de la ciudad alta. Tanto al oeste como al sur y al este, la muralla exterior [la primera se alzaba sobre enormes precipicios; solamente en la parte norte estaba sobre un terreno más o menos nivelado; había una segunda muralla, curvada hacia el norte, que encerraba una segunda muralla, y formando una tercera curva más hacia el norte todavía, había una tercera muralla que Agrippa I había comenzado y que se completó durante la revuelta, cuando lo exigieron las circunstancias. Este tercer cerco contenía la llamada Ciudad Nueva o suburbio de Bezera.".
Debido a que el único acceso posible a la ciudad fortificada de Jerusalem era el lado Norte, Tito colocó las máquinas de asedio en ese lugar, comenzando a golpear la tercera muralla mirando desde afuera. Ante los golpes del ariete Juan y Simón se prepararon para enfrentar a los romanos; ambos ordenaron y dispusieron sus fuerzas de combate por toda la ciudad:
[Simón tenía a sus ordenes una multitud guerrera y sediciosa de diez mil hombres; y ocupaba la Ciudad Alta, la gran muralla hasta el Cedrón, y parte de la muralla antigua desde la piscina de Siloé hasta el Palacio de Monabazes. Juan disponía de seis mil hombres armados y dominaba la Torre Antonia, el Templo y los lugares cercanos.
- Tito, después de golpear con los arietes la tercera muralla por espacio de varios días, logró tomarla el día 7 de Artemisión (Abril-Mayo) del año 70. Después comenzaron a golpear la segunda; y la conquista de la tercera muralla le permitió ocupar Valle del Cedrón y ponerse fuera del alcance de los proyectiles judíos de los suburbios de Bezata. Terminados los terraplenes, Tito emprendió el ataque de la Torre Antonia (día 27/Artemisión/70), pero los zelotes prepararon esta estrategia:
" (...) Juan socavó el suelo desde la Torre Antonia hasta los terraplenes y sostuvo con vigas cruzadas las obras de los romanos, que de este modo quedan al aire. Luego hizo llenar el espacio con maderas, cubiertas de betún y fez, a las que finalmente prendió fuego. Cuando las vigas se consumieron, la zanja cedió en muchos puntos y los terraplenes se desplomaron (...)".
"Esta catástrofe repentina llenó de terror los romanos (...). El accidente sobrevino cuando ya se creían victoriosos. Les pareció inútil luchar contra el fuego, (...) los terraplenes quedaron destruidos.".
- En consecuencia el primer intento romano para tomar la Torre Antonia fue un fracaso. Días después, Simón prendió fuego a las máquinas de guerra que Tito había colocado para atacar la Ciudad Alta, y logró destruirlas. Debido a estos dos reveses, Tito decidió tomar la ciudad de Jerusalem por hambre; por lo tanto construyó a su alrededor un muro de circunvalación para evitar que los habitantes tuvieran la posibilidad de recibir ayuda desde el exterior. Al mismo tiempo que se construía el muro, los soldados construyeron nuevas plataformas para poder tomar la Torre Antonia. Juan preparó otro ataque para destruirla pero esta vez fracasó. Al día siguiente los romanos comenzaron el segundo intento para tomar la fortaleza. La noche del 5 de Pamero (Junio-Julio) del 70, los soldados lograron eliminar a los centinelas judíos; finalmente Tito entró en la Torre Antonia y la redujo a cenizas .
- Sin que la Torre Antonia se interpusiera ya, Tito comenzó el asedio del Templo de Jerusalem que estaba defendido por los zelotes y los sacerdotes comandados por Juan. El general romano construyó nuevas plataformas para alcanzar los muros exteriores. El día 9 de Lous (Julio-Agosto), Mitus prendió fuego a las puertas de acceso al Templo, el incendio se propagó hacia el interior del recinto, el cual comenzó a quemarse. Según Josefo, Tito trató de evitar la propagación del incendio, pero éste se propagó y todo el Templo fue quemado. Los vasos, el candelabro de siete brazos (menorah) y todos los objetos sagrados para los judíos fueron robados o destruidos por los romanos. Juan de Giscala, con sus zelotes, al ver que el recinto sagrado estaba perdido, lograron escapar hacia la Ciudad Alta y unirse a Simón Bar-Giora. La destrucción completa del Templo de Jerusalem (con excepción del Moro Occidental, llamado actualmente "Muro de los Lamentos") posibilitó el acceso a la Ciudad Alta, último reducto de los defensores de la ciudad de Jerusalem.
Para tomar la Ciudad Alta, Tito debió nuevamente construir plataformas de acceso y terraplenes, y alcanzar la primera muralla, construida entre el 20 de Lous y el 7 de Gorpieo (Agosto-Septiembre). Una vez que las máquinas y los terra­plenes estuvieron listos, los arietes comenzaron a golpear. Los sitiados no resistieron por mucho tiempo, la Ciudad Alta fue ocupada con facilidad, se izaron los estandartes romanos sobre ella y se proclamó la victoria el día 8 de Gorpieo del año 70. La ciudad de Jerusalem fue arrasada y destruida; solamente quedaron en pié las torres del Palacio de Herodes el Grande (lpicus, Fasael, y Mariamme); una parte de las murallas y el muro Occidental del Templo.
- Concluimos que el sitio y la toma de Jerusalem fue ardua y difícil. Tito se vio obligado a construir para cada sector de la ciudad maquinas de asedio, plataformas y terraplenes para poder destruir las fortificaciones y refugios de los judíos, como el caso de la Torre Antonia, el Templo o la Ciudad Alta. Después de casi seis meses (desde la Pascua hasta septiembre del 70) la ciudad fue conquistada por las legiones romanas comandadas por Tito; sus habitantes, los zelotes-sicarios y sus jefes murieron en el furor de la batalla o por el hambre.
D) CUARTO PERÍODO:
Toma de las Últimas Fortalezas.
Capturada y destruida la Ciudad Santa de Jerusalem, no todo el territorio palestino había sido sometido a las fuerzas romanas. Los zelotes-sicarios resistían todavía en las fortalezas de Herodium, Maqueronte y Masada.
- El gobernador romano de Palestina, Lucilio Basso, dirigió el asedio contra la Herodium, la cual fue sometida sin dificultad. Después marchó hacia el otro lado del Mar Muerto y se colocó en posición de tomar la fortaleza de Maqueronte. (Cf. supra, Mapa de la Guerra Judía). El gobernador brindó a los ocupantes la posibilidad de rendirse, pero no fue aceptada. Por lo tanto, después de una corta campaña, Judea quedaba sometida al poder de los romanos. Poco tiempo después L.Basso moría. En su lugar fue designado Flavio Silva como comandante de la X legión, el cual se encaminó hacia el sur para asediar la fortaleza de Masada, ubicada a orillas del Mar Muerto, donde se habían refugiado los esenios y los últimos zelotes al mando de Eleazar ben Jair.
- F.Silva, para poder tomar Masada, necesitó construir un terraplén de asalto, para colocar en la cima las máquinas de asedio. Esta rampa fue construida de esta forma:
"(...) el general romano (...) encontró tan solo un lugar donde le fuera posible edificar la rampa que tenía proyectada, ya que (...) hasta la cumbre de la colina por la parte oeste (...) había una distancia de trescientos codos [148 mts] por debajo de la parte más elevada de Masada. Por lo tanto (...) ordenó a sus soldados (...) que trajeran tierra, se levantó la rampa que era sólida, de doscientos codos [91 mts] de altura, sin embargo, no se consideró esta rampa lo suficientemente alta para el uso de las máquinas de guerra que debían instalarse ahí, se elevó sobre esta rampa otra alta y grande, hecha de piedras unidas, que median cincuenta codos [22,50 mts] tanto de alto como de anchura.'' .
- Cuando los romanos terminaron de edificar el terraplén de asalto con todas las rampas necesarias [abrieron una brecha en la muralla de las casamatas. Este pequeño agujero fue obra del ariete, manejado por los romanos , desde el interior de la torre de asedio] (136). Pero los golpes del ariete fueron soportados por otro muro que los zelotes habían construido, por lo tanto, los romanos le prendieron fuego:
"(...) al principio del incendio, el viento norte, que empezó a soplar (...) resultó ser terrible para los romanos, pues al dirigir las llamas hacia abajo, las echo sobre ellos y se encontraron casi sin esperanza de avanzar, temiendo que sus máquinas se quemaran; pero de repente el viento cambió (..,) y lanzó el fuego contra las murallas que se hallaban ya ardiendo. Así que los romanos (...) volvieron a su campamento con alegría y decidieron atacar a sus enemigos, [los zelotes] al día siguiente, (...).".
- Durante esa misma noche, según F.Josefo nos relata, el jefe de los zelotes, Eleazar, pronunció a los habitantes de Masada este discurso (del cual transcribimos los párrafos más sobresalientes):
'Valientes compañeros: hace tiempo determinamos no servir ni a los romanos ni a nadie, sino únicamente a Dios, pues este es el único, verdadero y justo señor de los hombres; (...) Venida esta circunstancia no nos deshonremos (...) [porque] sufriríamos la servidumbre acompañada de penas intolerables, si cayésemos vivos en poder de los romanos. Fuimos los primeros en apartarnos de ellos; ahora somos los últimos en hacerles la guerra. (...)".
"De nada nos ha aprovechado una fortaleza inexpugnable por naturaleza, ni la abundancia de alimento y armas (...) Que mueran (...) nuestras mujeres sin que sean injuriadas, que mueran nuestros hijos sin ser sometidos a servidumbre. Pero antes incendiemos la fortaleza y sus riquezas (...). Dejemos únicamente los alimentos. Servirán de testimonio de que no hemos sido reducidos por la necesidad, sino que desde el principio preferimos (...) la muerte a la servidumbre. "
'Muramos sin llegar a ser esclavos de nuestros enemigos; apartémonos de esta vida (...). Es una necesidad que Dios nos impone; todo lo contrario es lo que quieren los romanos (...). Apresurémosno a dejarles en lugar del goce que ellos esperan disfrutar al capturarnos, un sentimiento de admiración por nuestro valor.".
- Al día siguiente cuando los romanos y Flavio Silva penetraron en la fortaleza de Mazada, hallaron a todos los defensores muertos, según Yigael Yadin, [los romanos encontraron 970 cadáveres].
- Con la toma de Masada, terminó la Rebelión-Guerra contra la Dominación Romana. Finalmente todo el territorio de Palestina fue pacificado. Judea se convirtió en propiedad privada del emperador Vespasiano como provincia imperial y pasó a ser gobernada por medio do un Legado del orden senatorial con absoluta independencia de la Provincia Imperial de Siria. El Legado residía en Cesárea Marítima, y tenía a su cargo la X Legión, residente en la ciudad de Jerusalem y algunas tropas auxiliares.

domingo, 29 de noviembre de 2009

domingo, 18 de octubre de 2009

LA BATALLA DE FARSALIA, PARTE III

Las fuentes de que nos serviremos en esta ocasión son, principalmente, César, Plutarco, Apiano, Dión Cassio y Lucano, las restantes fuentes de consulta, ya apenas sin interés, son: Floro, Veleyo, Polieno, Valerio M., Suetonio, Orosio, Estrabón y Frontino.La fuente principal para tratar los acontecimientos desde el lado Césarista es sin duda la obra de César, para el lado pompeyano son más fiables, como complementarias, los trabajos de Apiano y, sobre todo, Plutarco, que se notan que han bebido de versiones provenientes del lado pompeyano y por ello mas fiables que las apreciaciones del propio César durante la batalla, en cuanto a D. Cassio, aporta puntos de vista muy originales y su testimonio, pese a no ser muy bueno para la batalla (pues como veremos no da prácticamente ningún dato), si que es interesante y clarificador para el resto de la campaña.-Los dos autores, Apiano y Plutarco, están completamente de acuerdo en la versión cesarista para sus propias disposiciones, como mucho son complementarias a ella, pero sin embargo para el lado pompeyano divergen, y no utilizan sus escritos, siendo así que algunos hechos se presentan de distinto modo, mas razonable, si se puede decir.

En el trabajo que vierto a continuación expondré mi propia versión de los hechos, apoyado en los clásicos a los que mencionare en cada momento para dar justa fe de mis apreciaciones y permitir así al profano deducir la veracidad, o no, de mis razonamientos.

Satrapa1.


Prolegómenos:

Entre los dias 4 y 5 de Agosto del año 48 a.C. César detuvo su ejercito en los campos de Farsalia. Más obligado que nunca a moverse con precaución, se había establecido en la llanura, cerca del río Eunipeo. allí permanecería hasta agotar las provisiones del territorio, unos cinco días. Hasta entonces trataría de ofrecer batalla a sus rivales, quienes se habían situado, tras él, en las colinas que dominaban la región, bien fortificados, a salvo de cualquier estratagema de su enemigo y amenazando sin descanso a sus forrajeadores gracias al dominio del campo, cosa que le proporcionaba su aplastante superioridad de caballería.

A nadie se le escapa que la situación en que se había colocado, y le habían colocado, dejaba a César muy pocas salidas. Tras agotar los alimentos, poco podía hacer el romano salvo seguir marchando siguiendo la senda de los campos en donde podía aprovisionarse que en este caso llevaría a dirigirse hacia el sur, hacia Beocia, pues el Epiro y Aetolia se encontraban ya exhaustas, y Pompeyo le cerraba toda salida hacia el norte de Tesalia o Macedonia. Además, en Ática, disponía de un ejercito de cobertura de 15 cohortes que podría sumar a sus fuerzas. Este era por tanto su plan inmediato (12) cuando se apercibió de que el ejercito pompeyano, que solía ofrecer batalla sólo en la colina en donde acampaba, en una inmejorable posición defensiva, había bajado en esta ocasión hasta el valle, justo bajo la ladera.



Tribuno romano


¿Deseaba Pompeyo la batalla?, posiblemente no. Como ya había declarado tras su éxito en Dirrachium el ejercito de Cesar podría ser destruido sin combate. ¿Entonces, que le empujo o inclino a ello?. Sigamos a Floro, quien lo resume de esta manera: "Sus soldados le censuraban la inactividad, sus aliados (tracios, galatas etc.) el retraso, y sus generales, envueltos en rencillas...". Plutarco es mas duro, añadiendo además que se conspiraba directamente contra él siendo entonces víctima el propio general de los comentarios burlescos de generales como Domicio o Afranio, un par más entre esa especie de senado en el exilio que se había formado junto a su propio cuartel general. Lucano es de los que afirma que no tenia la menor intención de combatir, pero lo cierto es que tampoco se presentaban, a priori, las cosas tan negras. En verdad que la superioridad en caballería podía ser, como afirmaba Labieno, el artífice de una casi incruenta victoria. Lo cierto es que Pompeyo, si realmente no de deseaba luchar, no supo imponer su voluntad en un mando fragmentado por todo tipo de querellas personales, tanto entre los propios republicanos como entre algunos de estos y César, pues no era influencia baladí ese amplio numero de personajes que, capturados con las armas en la mano por César y luego perdonados por él, habían vuelto luego a militar bajo las banderas de Pompeyo y los republicanos, y por ello, imbuidos de una mezcla de temor y profundo odio deseaban acabar a la primera ocasión con la vida del que consideraban su mortal enemigo. Incluso, sólo la gran influencia de esta pléyade de personajes impedía que el conflicto, como deseaban la mayor parte de los soldados, pudiese concluir, de haber existido esa posibilidad, mediante un acuerdo político entre los dos grandes protagonistas.

César, al ser informado de que Pompeyo le ofrecía la ocasión de llegar a las manos, formo inmediatamente al ejercito en su campamento y tal cual, en formación, salió del mismo a través de la empalizada (desmantelandola y cubriendo el foso para facilitar su transito con los escombros de la misma). Era tal la premura y el entusiasmo de César que con tal de no deshacer sus líneas prefirió destruir sus defensas. Sabia que se jugaba la partida final, que importaba pues no dejar tras de si un refugio seguro para la retirada (1).

Lucano escenifica la sorpresa y desazón que sufre Pompeyo cuando advierte que César avanza contra su ejército. quizás en el fondo esperaba que, aunque se había decidido a ofrecerle batalla, su enemigo no se arriesgaría a aceptarla. O quizás, la sorpresa vino de ver como Cesar avanzaba decidido al ataque. ¿Si sus acompañantes le habían asegurado que el ejercito de este estaba prácticamente batido como era posible que avanzase contra sus posiciones de una manera tan decidida? .
Los ejércitos enfrentados

Pompeyo

LLegados a este punto, el ejercito "republicano" se encuentra formado por dos grandes facciones que si bien no están enfrentadas, si que conducen a una serie de desencuentros que en nada favorecen el desarrollo de las operaciones. Pompeyo lucha, circunstancialmente, a favor de la República contra César, sin embargo no se le escapa al principal adalid de la misma, Catón, que una vez eliminado el rebelde, Pompeyo tendrá que ser, a su vez, anulado (6). Pompeyo es consciente de esta amenaza y por ello lo ha dejado atrás, encomendándole el puesto de Dirrachium con 15 cohortes, lo quiere tener bien lejos para cuando César sea aplastado. De hecho la encrucijada política en la que se encuentra ya ha venido a reconocerla Pompeyo mismo al afirmar que, gane quien gane, le esperan grandes males a la República.

Esta situación, esta coalición de facciones e intereses que dirige Pompeyo, condiciona en parte la cohesión en el mando de las fuerzas republicanas. Pompeyo no ha querido, o podido, prescindir de la presencia en su ejercito de toda una cohorte de políticos y prohombres que se declaran republicanos, personajes que que no dudan, dada precisamente su condición, en formar parte del ejercito comprometiendo la autoridad de Pompeyo (5). Además, y dado su numero e influencia, se configuran como un auténtico senado en el exilio, a fin de restar toda legitimidad al reconstituido por César en Roma. Todo ello no crea el ambiente más favorable para que las operaciones bélicas puedan ser llevadas con la debida fluidez por Pompeyo, quien, como veremos, no podrá imponer su visión estratégica en la campaña.

El ejercito republicano esta dividido así en dos grandes agrupaciones. Por un lado las fuerzas de Pompeyo, con sus legiones, generales y políticos afines, por otro lado los republicanos más recalcitrantes, que se apoyan en las legiones conducidas, principalmente (4), por Escipión Y finalmente quizás un tercer grupo, la de los personajes como Labieno, que han abandonado a César por unas u otras causas, y cuya única esperanza es la de aplastar totalmente al personaje (3), y que no desean de ninguna manera, como se ha visto ya, que se pueda dar algún tipo de salida política al "rebelde".

Se ha hablado mucho acerca del numero y composición del ejercito pompeyano. Por mi parte, y partiendo de las cifras iniciales básicas, recordemos que 11 legiones más auxiliares al comienzo de la campaña (entre Pompeyo, Catón y Escipión), pienso que configurarían un total, en bruto, de 50/55.000 legionarios. A esta cifra deberíamos restarles las bajas en campaña, unas 15 cohortes mínimo si hacemos caso de los escritos de César, además de las fuerzas dejadas con Cáton en Dirrachium, otras 15 cohortes, y otras guarniciones menores, sin contar con heridos y enfermos (de los que por ejemplo su rival, César, ha dejado un buen numero en Oricus) y que, tras Farsalia, caerán en manos del legado de César, Sila (15). Así pues, podemos restar a ese numero inicial, tirando a la baja, unos 20.000 hombres, lo que nos daría una cifra que rondaría los 30/35.000 soldados que se encuadrarían en las 9 legiones que se sabe participaron en la batalla.

Los auxiliares, de a pie, eran numerosos, quizás 15 o 20.000 hombres, lo suficientemente abundantes como para que algún autor llegue a decir que lo eran más que los propios ciudadanos romanos alineados en las legiones y que hizo que, si seguimos a Lucano, los de mejor calidad fueran distribuidos entre las legiones para reforzarlas. También parece que llegaron voluntarios, antiguos soldados de Pompeyo, en numero de 2.000, que fueron repartidos entre las diferentes unidades. La caballería bien puede establecerse en los 7.000 hombres usualmente aceptados, la gran mayoría de ellos tracios y orientales, romanos quizás 1.000 o 1.500, no se sabe.

De las naciones que se alineaban con Pompeyo: Desde Asia venían con Escipión jinetes de Capadocia, Ponto (600), Armenia (200 arqueros a caballo) y galatas. De Grecia: atenienses, beocios, peloponesios, macedonios y tracios.
POMPEYO
DESPLIEGUE DE BATALLA.
Pompeyo realizo el despliegue clásico dispuesto en tres líneas, al igual que César, con un espacio suficiente entre ellas para maniobrar, e intercalándo en los flancos (8) las unidades griegas mas fiables (A), pues necesitaba reforzar sus también desgastadas unidades. El resto de la masa de aliados la reunió y coloco detrás de su despliegue. Inútiles para una batalla entre infantería pesada, prefirió apartarlas para evitar que pudiesen ser más un problema que una ayuda (C), confiandoles tan sólo la tarea de atacar el campamento y la retaguardia de Cesar una vez que la batalla hubiese comenzado (10). La infantería ligera con armas arrojadizas fue repartida, también como era usual, entre todo el frente, concentrando los más en su flanco izquierdo, prestas a acompañar a la caballería en su ataque.

La Caballería, verdadera clave de la batalla, fue desplegada finalmente (se dudaba) en el lado izquierdo al detectar que en ese flanco se situaba, frente a ellos, la X Legión de César. Pompeyo sabia que César siempre se colocaba junto a esa Legión, por lo que, como tenían pensado cargar contra el flanco en donde él se situase, concentraron contra esta el grueso de los jinetes (K), exceptuando un contingente de caballería del Ponto que fue situado en el lado derecho (E).

Las legiones fueron distribuidas de la siguiente manera; el centro para las fuerzas de Escipión, seis legiones de Siria, la izquierda para las dos legiones que habían combatido con César (las más fiables), al mando del antiguo general del mismo, Domicio. A la derecha Lentulo con la Legión Cilicia y las fuerzas traídas desde Hispania por Afranio. Asi pues, de fuerzas más o menos regulares 9 legiones.

La ubicación de Pompeyo en el despliegue varió, para cuando César se apercibió de ella se encontraba junto a Domicio, pero luego posiblemente cambio de posición con frecuencia. Lucano lo localiza en la retaguardia dominando el campo, Plutarco en su derecha y Cesar en su izquierda...



César:

El ejercito que César alineaba en Farsalia eran los restos, bastante desgastados, de las fuerzas de la campaña precedente, tropas que habían sufrido los suyo y no se encontraban precisamente en su mejor momento. Meses atrás, sus legiones habían sufrido un serio desgaste en combate tanto en Dirrachium como en los frentes de Macedonia y Tesalia, en donde también tuvo César algunos reveses por medio de sus lugartenientes. Tal eran sus perdidas que él mismo da la cifra de 22.000 legionarios para las 9 legiones de que dispone, es decir, unos 2.200 legionarios por unidad. A raíz de esta debilidad, hizo todo lo que estuvo en su mano para reclutar todos los auxiliares posibles, y tanto es así que reclutaba a la fuerza a todo hombre con el que se topaba en su camino por Tesalia. En cuanto a los aliados más o menos voluntarios, se alinean junto a él como infantería ligera los etolios, los dolopes y los acarnanios (Apiano). Por mi parte, puedo aceptar esa cifra como mínima, pero indefectiblemente hemos de elevarla pues de lo contrario no nos saldrían las cuentas que nos ofrece el propio César (7). Consideremos pues que dispone de unos 26.000 romanos a los que sumariamos unos, por dar alguna cifra, 5.000 auxiliares y 1.000 jinetes.

Un problema a la vez que una ventaja, según las circunstancias, era la edad media de los legionarios de César, parece ser que relativamente alta como correspondería a su fama de recios veteranos. Esto suponía para César, como él mismo reconoce, el que sus hombres fuesen notoriamente inferiores a sus contrarios en todo tipo de trabajo físico, léase marchas o contramarchas, maniobras de fortificación etc. pero las desventajas se tornaban en lo contrario al llegar al combate, en donde la reconocida eficacia y veteranía de sus huestes obligaban a sus contrarios a volcar sobre el fuerzas mucho más numerosas para contrarrestar al menos con la cantidad la falta de experiencia de sus propias unidades.

Prolegómenos:

Lucano señala como Pompeyo dispuso a sus fuerzas en un férreo, ahora más que nunca, orden cerrado. A lo largo de toda la línea de batalla alineo a las unidades de vanguardia en un frente continuo, hombre con hombre, escudo con escudo, desde un flanco al otro, y tan cerrado que "casi" les impedía el uso de las espadas. Sin duda Pompeyo, aunque injustificadamente, no se fiaba de sus soldados y trata de presentar ante César un muro inamovible de escudos y gladius.

El plan de batalla deduzco que era muy simple. Presentar a César un frente totalmente cerrado, sin fisuras, en el que seria muy dificil hacer daño, mientras en el ala izquierda la caballería actuaba a sus anchas y deshacía la cohesión de todo el flanco enemigo. Al fin y al cabo era lo que le habían prometido tanto Labieno como sus oficiales, que antes de que pudiese César apercibirse, le habrían golpeado y destrozado con sus jinetes. Como veremos, al ser anulada esta amenaza, Pompeyo se quedo tan impresionado, decepcionado, y engañado que, literalmente, mando a paseo a todo su ejercito y su más que numerosa corte de senadores y generales.

Táctica de César en Farsalia :

El despliegue de César se vio condicionado tanto por su inferioridad numérica como por su también inferioridad de caballería. El primer condicionante, la falta de tropas, le impidió desplegar en toda la extensión de la llanura a sus fuerzas (Lucano). Al fin y al cabo si tenia que ser él el atacante necesitaba contar con una potencia de choque minimamente concentrada, cosa que no podría conseguir si se veía obligado a debilitar todo su frente al tratar de cubrir también el sector por donde atacaría la caballería enemiga. El segundo condicionante le obligo a desarrollar una táctica especifica que le permitiese tener alguna oportunidad ante la marea de jinetes que esperaba caerían sobre él. Pensó, y llevo adelante, en reunir una serie de soldados a los que emboscar y lanzar por sorpresa sobre la, supondría, confiada caballería enemiga. César sabia que en este punto radicaba, al menos, su única oportunidad. Si lograba detener o retrasar el avance de los jinetes enemigos el dispondría de tiempo para romper el frente de su enemigo.

Al final César, como veremos, no consiguió romper la resistencia del frente enemigo mediante el asalto frontal, y sólo hasta después de que, sorprendentemente, los jinetes de Labieno no fueran dispersados no se logro, mediante el flanqueo, derrotar y poner en fuga al ejercito de su rival.
LA BATALLA, 9 de agosto del año 48 a.C.

Los dos ejércitos, formados, se mantuvieron largo tiempo observándose. Dión Cassio comenta como los soldados romanos de ambos bandos se mantenían en silencio, en cierto modo abatidos, un enfrentamiento como este no era del agrado de ninguno. Fue César el que primero dio la orden de ataque, Pompeyo inmediatamente después. Sin embargo, el desánimo seguía cundiendo entre las filas de los dos ejércitos. Este impasse fue sólo roto por el inicio del combate, inicio que vino de mano de los auxiliares, quienes, al margen del sentimiento que embargaba a las tropas romanas, comenzaron el mutuo intercambio de proyectiles. Es en este contexto en el quizás que se enmarca el ataque de Crastino, el centurión de cesariano quien, al frente de 200 hombres, sale de su formación rompiendo con la dinámica que se había impuesto atacando inopinadamente la línea de batalla de su enemigo.

Cesar critica la disposición que Pompeyo hace adoptar a sus hombres, la de detener su avance y esperar en formación el ataque de sus soldados. Esta decisión de Pompeyo, la de permanecer quieto, fue interpretada por Cesar, sin concesiones, como un error (1), probablemente porque, como sospecho, sus escritos provienen de sus observaciones e impresiones durante la misma campaña, sin que haya podido, o querido, revisar más adelante con mas calma y perspectiva lo acontecido por aquellos días, cosa de lo que, como vemos para este caso, es ampliamente abordado por la triada que tenemos de historiadores posteriores: Dión Cassio, Apiano, Lucano, e incluso Plutarco.

Cesar trata aquí injustamente de cargar sobre su rival un yerro que no es tal. Pompeyo, y sigo ahora a Apiano, había desplegado a sus cohortes mezclando los diferentes tipos de unidades, auxiliares, veteranos, reclutas.., deseaba con ello que las tropas mas aguerridas apoyasen a las menos preparadas tratando así de dar cierta cohesión a la línea de batalla. Cuando da comienzo el lance, y ambos bandos inician el avance, a converger, Pompeyo es advertido (Plutarco) de que las tropas menos preparadas (auxiliares y aliados), no se consiguen mantener el orden durante el avance (17). Para nada desea el general republicano llegar a las manos con los cesaristas sin presentarles un frente de batalla correctamente cerrado y cohesionado, así que, después de meditarlo, da la orden de detención. Si las unidades no pueden permanecer cohesionadas durante el avance, tendrá que esperar el ataque adoptando una posición estática, la única que le permitirá mantener sus líneas correctamente dispuestas.

Es difícil establecer un orden claro, una secuencia, sobre las distintas fases de la batalla. Si seguimos a Lucano, fue la caballería pompeyana, la de Labieno, la que comenzó el ataque en el extremo de la formación. Apoyada por la infantería ligera golpearon y rechazaron a la mucho menos numerosa caballería cesariana que cubría el flanco derecho de César. Aquí debemos seguir ya los escritos de César quien relata como, rechazada por los lanzadores de proyectiles del enemigo, su caballería retrocedió sobre la X Legión. Evidentemente el movimiento estaba ya previsto por su general, sus 1.000 jinetes no podrían sostenerse contra los cerca de 6.500 que se les venían encima. Lo cierto es que como era previsible arrastraron tras de si a los atacantes.
LAS COHORTES EMBOSCADAS

Los datos que tenemos acerca de la posición del contingente que situó César emboscado son pocos, aunque permiten llegar a algún tipo de conclusiones:

-Según César las cohortes fueron emboscadas preparadas para embestir a su señal.
-Según Apiano fueron emboscadas, efectivamente, y dice más, que lo fueron detrás de la X legión.
-Plutarco tan sólo comenta que las cohortes, llegado el momento, acudieron al combate, esto poco nos dice salvo que quizás, se encontraban todavía algo alejadas del lugar en donde la caballería enemiga realizaba sus evoluciones, salieron pues de su lugar, se desplegarían y avanzarían a la carrera contra sus enemigos. La lógica de este argumento es que César efectivamente las oculto, pero luego, al avanzar las líneas las unidades quedaron un poco retrasadas, por ello, al salir de su encondite y desplegarse tuvieron que avanzar una cierta distancia, o bien que sencillamente estaban ocultos detrás las ultimas líneas romanas.
-Lucano es el que más datos aporta, los sitúa detrás de la X Legión y en posición oblicua..

A tenor de los datos antes expuestos los estudiosos se dividen a la hora de interpretarlos , ver diagramas adjuntos.





Para mi la más probable es la versión 1, por varias razones:


A): por que es la que más se adapta al concepto de emboscada, detrás de las líneas es, en principio, mas fácil realizar los movimientos precisos para ocultar a tal numero de hombres.


B): por que responde bien a la idea de defensa del flanco, que es lo que, en principio, desea César. Si observamos, por ejemplo, la disposición del frente de batalla de Alejandro en la batalla de Gaugamela, adopta una posición en ángulo para defender el flanco de su formación, pues como es sabido el primer impulso de la caballería es perseguir a los jinetes enemigos en retirada, pero el segundo es girar y atacar inmediatamente el extremo del flanco de la formación rival, por ello Alejandro cubre sus flancos de esa manera, para hacer que la caballería atacante tenga que hacer una maniobra más dilatada. César, al ocultar en esa misma disposición sus unidades acertó en la idea de que la caballería de Labieno, torpemente mandada por este aprendiz de Asdrúbal, realizaría inmediatamente un ataque de flanco contra la X legión, de hecho Apiano menciona que comenzaron ya a flanquear esa unidad justo en el momento en que se lanzaron al ataque los legionarios ocultos.


C): Esta posición es la que mejor concuerda con las pocas pistas que nos han quedado de los hechos, léase: Apiano, que menciona la posición de las cohortes, detrás de la décima legión, y sobre todo Lucano, quien la sitúa en oblicuo, detrás de las enseñas. Lo razona el poeta señalando que César no quería estirar su ala, forzándose así a debilitar toda su línea de batalla, por lo que empleo la estratagema de emboscar a ese grupo de cohortes aunque eso les pudiera exponer a ser rebasados.


D):César en sus comentarios afirma que su caballería, al darle el la orden de repliegue, se dividió en dos columnas y paso por entre sus unidades a cobijo de la retaguardia. Evidentemente si las tropas romanas estaban ocultas tras la X legión (Plutarco) también lo estarían para sus jinetes que venían ahora de frente. Así pues, estos retrocederían ahora ordenadamente hacia las posiciones ocupadas por la X legión, las únicas cercanas dispuestos en formaciones, como aclara César, y por entre las cuales las columnas de caballería en retirada se replegarían atrayendo hacia ellos, además, a parte de la caballería enemiga. Siguiendo a Lucano, sabemos que César dudaba que las cohortes de la X situadas en ese flanco pudiesen resistir la arremetida de la caballería de Labieno, y que por eso dispuso detrás de esta a las cohortes emboscadas. Parece claro que esperaba que el empuje enemigo se dirigiría a destrozar su flanco, más que a rebasarlo al estilo Cannas, una excepción a la regla.

-Cuando adopto la idea de tropas emboscadas (ya que esta es la denominación aceptada), no tengo por menos que pensar en Aníbal, para el cartaginés, emboscar tropas es realmente ocultarlas, bien en oquedades del terreno, tras una densa vegetación o entre los cañizales de las riberas de los ríos, se entiende pues que con un evidente desorden impelido por las circunstancias, por ello cuando se explica que la caballería romana se retiro por entre los huecos de sus unidades entiendo que se replego sobre las cohortes de la X legión, la que formaba en el flanco romano y la única que, en la dirección en la que venían, podían observar.-


G). Cuando la caballería de Labieno debe retroceder, no olvidemos que es una macro formación de unos 6000 jinetes, no lo hace hacia la infantería ligera y, por extensión, en dirección al campamento, lo hace hacia las colinas. En cualquier batalla (los ejemplos antes utilizados valen) el grueso de los jinetes, cuando son repelidos, giran 180º y huyen. Por que digo esto?, porque por deducción nos indica que se encontraban ya en fase de rotación cuando fueron repelidos por los legionarios de César. Sólo el despliegue de la versión 1 encajaría en esta lógica.


F). Finalmente, según Apiano, el plan de Pompeyo era concentrar el ataque de la caballería contra la X legión, en donde sabían que además siempre se situaba César, por ello el avance de la caballería de Labieno se haría en dirección al flanco, no a la retaguardia.

La batalla entre las tropas de a pie fue intensa y muy dura. Toda la llanura estaba repleta de soldados de toda condición. En primera línea, y evolucionando cuando les era posible, los lanzadores de proyectiles, junto a ellos, y cuando se llegaba al cuerpo a cuerpo la infantería pesada. Podemos llegar a deducir por los escritos que el combate se desarrollo principalmente en el flanco izquierdo y en el centro (del lado Pompeyano). Fue en esos sectores en donde César dirigió personalmente el ataque.


El momento álgido de la batalla quizás se dio al comienzo del choque. César debió maniobrar con su infantería haciendo avanzar el centro y, posteriormente, una vez que desapareció la amenaza de la caballería de Labieno, la izquierda de su dispositivo. Al margen de lo que sucedía en el extremo izquierdo en donde los jinetes pompeyanos eran dispersados con éxito por los hombres de César (sin duda ni el propio César podía esperar que sus tropas se impusiesen tan claramente en aquel sector), todo el empuje fue dirigido a tratar de romper el frente de batalla de Pompeyo. Todos los autores concuerdan en señalar que la infantería pompeyana resistió el choque con los veteranos de César consiguiendo, pese al esfuerzo personal del propio César, clavarles sobre el terreno (16). Era el momento, desaprovechado por Pompeyo, a juicio de Plutarco, de hacer valer su superioridad numérica y ordenar avanzar su flanco derecho, las legiones de Lentulo (13) que se mantenían inactivas. Es quizás este error, esta falta de arrojo táctico, el que condeno al ejercito pompeyano pues, si bien resistían perfectamente y es posible que con ventaja en todo el ancho del campo de batalla, al no tomar la iniciativa esta cayo de lleno en el regazo de César, sus fuerzas, una vez dispersada la caballería pompeyana, corrieron a lo largo del campo de batalla aplastando a la infantería ligera y comenzando a atacar de flanco a las fuerzas de Domicio Ahenobarbo.


¿Y que ocurrió con Pompeyo?. Según los escritos, tras apercibirse de la aplastante derrota de la caballería de Labieno, algo que realmente nadie podía haber esperado dada la superioridad numérica de que disfrutaba y la teórica competencia de sus mandos, quedo tan ofuscado y decepcionado, (recordemos que fue el propio Labieno uno de los que con más arrogancia insistió en presentar batalla) que sencillamente se hundió. Quizás se dio cuenta que se había dejado arrastrar por aquellos incompetentes y turbulentos generales y políticos a una batalla que no tendría porque que haberse llevado a cabo. Soy partidario de pensar que si se marcho entonces del campo de batalla fue por pura rabia, por no ver la cara de todos aquellos que durante días se habían reído de su supuesta pusilanimidad y que ahora serian, sin duda, los que más se sentirían aterrados ante la visión de aquellas unidades, en las que habían puesto todas sus esperanzas, huyendo del campo en una incontrolable fuga.


LLegados a este punto, las fuerzas irregulares que Pompeyo había situado en la retaguardia en la esperanza de que al menos podrían lanzarse, a través del hueco abierto por los jinetes de Labieno, contra el campamento y retaguardia de César, y que hasta entonces habían optado inopinadamente por esperar acontecimientos, abandonaron sus posiciones y huyeron en dirección al campamento. Parte de estas fuerzas serán las que luego defiendan las empalizadas contra el ultimo ataque de César.


Lucano señala, con evidentes señales de admiración, la frenética actividad de César entre sus líneas. En lo más duro e incierto de la batalla, el centro, lugar en donde Pompeyo alinea a lo mejor de las tropas (11), Cesar se emplea a fondo: recorre las filas presionando, empujando a los suyos, golpeando a los timoratos o rezagados, y ayudando con sus propias manos a los heridos, comandando la difícil lucha y sosteniendo así un empuje que se vio realmente comprometido por la tenaz resistencia de su enemigo. Sólo la eficaz actuación de su flanco derecho, que acabo flanqueando el ángulo de la línea de batalla pompeyana, permitió finalmente salir victorioso al centro de su dispositivo. Allí, en el flanco, cayo con las armas en la mano el pompeyano Domicio Ahenobarbo, su comandante(2).


César trata de escenificar como gracias a la puntual utilización de sus reservas el frente enemigo cede y se da a la fuga. Realmente es sólo el ataque de flanco el que termina por destrozar las legiones de Domicio, y en definitiva lo que provoca la derrota de toda la línea pompeyana. Tampoco es la victoria que trata de hacernos creer. Sólo las legiones pompeyanas implicadas en el flanco antes descrito son las que sufren ingentes bajas siendo aplastadas o capturadas, la mayor parte del centro y el flanco izquierdo logra retirarse con orden y reagruparse algunos kilómetros mas atrás. César ha hecho lo imposible para lanzar ahora su flanco derecho sobre el atrincheramiento del campamento de Pompeyo. Este, totalmente abatido, ha decidido poner tierra por medio abandonando cualquier posibilidad de resistencia.

Asalto al campamento pompeyano.


Finalmente y en un ultimo esfuerzo, César conseguirá reagrupar a el numero de tropas suficientes como para asaltar seguidamente el campamento de Pompeyo. Temía, con razón, que los pompeyanos pudiesen llegar a reagruparse y rehacerse de la derrota. El asalto de la empalizada, ataque encabezado por el propio César a fin de enardecer a sus agotados legionarios, encontró una cierta resistencia en los tracios y otros irregulares que se encontraban en aquellos momentos refugiados en la fortificación. Los romanos que también se encontraban en ella, al margen de las cohortes de guarnición, estaban agotados, desarmados (14), y con pocas ganas de continuar la lucha, pues, además, ya debía haber corrido la voz de que los soldados romanos serian perdonados inmediatamente al deponer las armas. Los tracios y demás bárbaros no eran rivales para unos asaltantes como aquellos, por lo que pronto fueron superados y puestos en fuga. Tomada la empalizada, la fortificación cayo en manos de los cansados soldados de César que ponían así fin a largos meses de penalidades al poder disfrutar ahora de todo lo que aquel gigantesco campamento ponía a su disposición. Sin embargo, gran numero de soldados de Pompeyo (un mínimo de 4 legiones) consiguieron retroceder, en su huida, hasta una colina en la que pronto fueron rodeadas por su infatigable enemigo. Bloqueados por la construcción de una empalizada, y así aislados y desabastecidos, no tardaron en dar la partida por perdida y entregarse sin condiciones.


Grecia, y con ella todo el Oriente, se habían perdido para la causa republicana. Pero Pompeyo todavía tiene ingentes fuerzas, domina el mar, África y, pronto, Hispania. La guerra no ha terminado ni de lejos, tan sólo ha sido una batalla, quedan todavía muchos combates, asedios y matanzas antes de que se pueda poner fin al lucha..


NOTAS:

(1) Lucano, en La Farsalia, es el único que comenta estos hechos. Quizás, al salir con celeridad para la batalla, o bien no quería dar tiempo a Pompeyo arrepentirse de su decisión, o bien temía un rápido avance del mismo.


(2) Lucano escenifica el encuentro de César con un Domicio moribundo.


(3) Cesar, tras la batalla (tanto esta como las demás) no se ensaña con sus enemigos, sólo vuelca su rabia con los personajes que, perdonados anteriormente por él, han vuelto a tomar las armas. Tras Farsalia un grupo de estos será capturado y ejecutado sin piedad.


(4) Por ejemplo Catón, había acudido en tiempos a Dirrachium con un mínimo de 10 cohortes, ejercito que fue, posiblemente, el que luego el propio Pompeyo le confío.


(5) Según cuenta Lucano: "Ninguna figura más delicada que la de Pompeyo; siempre enrojecía ante un circulo de oyentes, sobre todo en las asambleas".


(6) Es conocida su afirmación de que si ganase César Catón debería de morir, y de ganar Pompeyo, desterrarse.


(7) Según sus datos son un mínimo de 40.000 legionarios los que desembarcan en Grecia. En el momento de Farsalia las unidades conocidas, al margen de las de que dispone él mismo, son de unas, mas o menos, 10 cohortes en Apollonia y unas 15 en Beocia. Esto, en numero, vendrían a ser (aplicando la media de tropas romanas en las legiones de César en Farsalia) unos 6.000 hombres. Si a estos les sumamos los 22.000 de Farsalia, faltan, finalmente, un mínimo de 12.000 legionarios... Donde están??, unos 5.000 posiblemente muertos, heridos pocos, pues están en Apollonia y ya han sido evaluados, por tanto la cifra todavía restante de 5/7.000 hombres bien podría ser colocada en Farsalia.


(8) SegúnApiano en general por todas sus unidades, aunque luego también remarca que el centro pompeyano se encontraba ocupado exclusivamente por romanos.


(9) Son los representantes de aquello que Séneca llamo República de bandidos..


(10) Como veremos fueron incapaces de hacer nada provechoso. En cuanto vieron como se desarrollaba la batalla retrocedieron sobre el campamento, de hecho a algunos de ellos los encontraremos defendiendo el mismo cuando César lanza su ultimo ataque.


(11) En este punto se alineaban unidades exclusivamente romanas.


(12) Si seguimos los propios escritos de César, este se veía obligado a exponer a sus hombres sus planes. Sin duda la moral no era excesivamente elevada, la perspectiva de verse ninguneados por el enemigo y ser empujados hasta el ultimo rincón de Grecia en busca de algo de alimento no resultaba excesivamente gloriosa. César trato de elevar la moral hablando de los refuerzos que podrían sumárseles en Ática, las 15 cohortes, así como, llegado el caso, las dos legiones que se acercaban a través de la costa iliria ( por mar el camino estaba totalmente cortado).


(13) Sus legiones no intervendrían finalmente en el combate pudiéndose replegar más o menos ordenadamente hasta la retaguardia..


(14) Habían huido del campo de batalla, por lo que se habían desecho de la mayor parte de las pesadas y molestas armaduras o escudos. Las 7 cohortes que habían sido dispuestas para defender el campamento tampoco tendrían muchas ganas de sostener una batalla que, ante el arrollador impulso de los cesarianos, no presagiaba tener buen final. Además ya se sabia que todo el que depusiese sus armas seria perdonado, para que, pues, luchar hasta el fin. Sólo los bárbaros combatieron con denuedo, pues ellos si que serian aniquilados sin piedad de ser derrotados.


(15) Según César tras la batalla se contaron unas 15.000 bajas y 24.000 prisioneros, y eso contando con las tropas que ocupaban los diferentes puntos fuertes en la costa o en el interior y que se entregaron luego al paso de Sila. Aunque si seguimos a Asinio Pólion, que participo del lado de César en la batalla, sólo se recogieron 7.000 cuerpos de soldados de Pompeyo del campo de batalla.


(16) Lucano lo escenifica comentando que en aquel sector "la fortuna de César sufrió un parón".


(17) Lucano varia un poco; si que dice que los aliados se mantenían a duras penas en la formación, pero que decidió detener el avance cuando advirtió que la caballería de Labieno parecía ser detenida o rechazada.

Este articulo está realizado por " Satrapa1" y lo dedica a D.Jorge Eduardo Moises Oliver 8 ( Mexico D.C.). Mi opinión personal sobre el mismo, es excelente

martes, 13 de octubre de 2009

La campaña de Dirrachium, Farsalia, II parte.

Una vez reunidas las fuerzas de César y por supuesto consciente de la nueva situación en que se encontraba, decidió hacer uso de su recién ganada iniciativa estratégica, por un lado tenia a Pompeyo y su ejército poco dispuesto a presentar batalla, por otro, dos nuevos desafíos se presentan ante él, primero la falta de suministros, que le obligara a mantener permanentemente una pequeña fuerza armada a la busca de bastimentos para el grueso de sus fuerzas, segundo, se anuncia ya la llegada del ejército de Escipión, si bien relativamente no muy numeroso, dos legiones, cuenta con muchas tropas auxiliares y de un gran numero de jinetes aliados, desde caballería tracia hasta un grupo arqueros a caballo enviados por los sirios. Para hacer frente a estos desafíos César dividirá sus fuerzas: El primer contingente, con cinco cohortes de legionarios y algunos jinetes, al mando de Calvisio Sabino, marcharía hacia el sur, hacia Etolia, en busca de suministros, y con la misma función, sólo que mas reforzado por ir a una región mas habitada y expuesta como es Tesalia, Lucio Casio Longino con la XXVII legión (recién reclutada) y 200 jinetes. Y con la misión de ocupar parte de Macedonia que, parece ser, quería pasarse al bando de César y, llegado el caso, detener el avance de Escipión, Cneo Domicio Calvino con las legiones XI y XII y 500 caballos (1). Finalmente, César, con el grueso de sus fuerzas entrara en campaña contra Pompeyo, con la intención primera de entablar combate a la menor oportunidad, buscando en la táctica lo que mas difícil le resultara conseguir sólo con la estrategia. Pompeyo, acampado en Asparagio, esperaba impaciente el próximo paso de su rival, conocía las dificultades por las que este pasaba en cuanto al deficiente abastecimiento de su ejército, y esperaba, tal vez, que César se abandonaría a este imperativo antes que tentar un ataque contra sus fuerzas. César posiblemente había adivinado el parecer de su enemigo, pues cuando llega ante él, y advierte que Pompeyo no va a presentar la batalla que tanto anhela, cambia de plan y comienza a mover su ejército dejando ver a las claras que se ve obligado a marchar en busca de bastimentos, y cuando Pompeyo mas confiado y expectante esta, rompe con la marcha y gira repentinamente hacia el norte y forzando el paso pone rumbo a Dirrachium. César a optado por el plan mas arriesgado, por un lado cuenta con que la conquista de Dirrachium pondría en sus manos todo el material acumulado por Pompeyo durante el invierno, tanto armas como suministros, o como mínimo, conseguir cortar las comunicaciones entre la principal base de suministros pompeyana y su ejército (8), poniendo de esta forma en mala situación a Pompeyo, tanto estratégicamente como políticamente, pues los dos bandos, pero sobre todo Pompeyo, no puede permitirse ser derrotado estratégica o tácticamente por César. La otra cara de la moneda es que, ciertamente, Dirrachium era de muy difícil conquista, sobre todo si se veía apoyada desde el exterior por fuerzas considerables, como las de Pompeyo, y con el mar expedito para dar o recibir tropas o suministros, la situación además en que se encontraba la población, encuadrada en una agreste y pobre región del norte del Epiro, o sur de Iliria, según como se quiera ver, no permitían al asaltante, y mucho menos en la parca situación en que se encontraba el ejército de César, mantenerse sobre el terreno durante el tiempo imprescindible para llevar adelante con éxito tan difícil tarea. Sea como fuere, el ejército de César comenzó la carrera en dirección a Dirrachium, Pompeyo, cogido a traspiés por su rival, no acertó a imprimir a sus soldados la suficiente celeridad o bien César, al contrario, consiguió de sus hombres un supremo esfuerzo para llegar, como llego, primero a la llanura que se abre ante Dirrachium, Pompeyo, que ha visto como su rival ahora le ha cortado el paso, decide mantenerse en el lugar para evitar que César pueda volcar todas sus fuerzas e ingenio contra la importante base naval (16). Se fortifica entonces el ejército pompeyano en las alturas que, a pocos kilómetros de Dirrachium, se extienden siguiendo la línea costera, costa que además dispone de un buen fondeadero natural y que Pompeyo lo utilizara como puerto de entrada de los suministros que necesitara para esta nueva fase de la campaña.



Llegados a este punto, César debe decidir que plan llevar adelante, primero y como medida inaplazable mandaría los suficientes contingentes de tropas a los alrededores, y a las regiones cercanas, para hacerse con todo lo que pueda servir para alimentar a sus hombres, en cuanto a las acciones puramente militares, realmente difícil se presentaba la tarea, por un lado asaltar Dirrachium era poco menos que imposible, sólo gracias a una traición o golpe de mano se podría forzar sus murallas, así pues, la única opción viable, a corto plazo, es atacar a Pompeyo antes de que este se fortifique con solidez en las posiciones que ahora ocupa. En este punto César, como viene siendo habitual y más en esta campaña, oculta datos vitales para la comprensión de los acontecimientos, siguiendo a Dion Cassio (y a Apiano) leemos que la primera acción de César fue intentar forzar las fortificaciones de Pompeyo en las colinas, confiado en el mayor numero de sus fuerzas, efectivamente, Pompeyo se encuentra todavía muy disminuido de unidades por varias razones, la principal es que todavía tiene bastantes soldados embarcados o dispersos en guarniciones. César fracasa en sus asaltos y, por otra parte, Pompeyo no le ofrece batalla en campo abierto(2). Es ahora cuando decide variar de estrategia y pasar a construir el famoso muro de circunvalación pues, ya que no puede expugnar las
defensas de su enemigo, lo encerrara en una estrecha franja de terreno. La utilidad de esta maniobra estará por ver, pues Pompeyo no es un Vercingetorix ni sus tropas hordas de bárbaros, como veremos a continuación los planes de César se dan al traste, demasiada tarea para sus legiones, no supo calibrar la dificultad de la obra y, sobre todo, subestimó la capacidad de su adversario, el resultado casi supuso la total derrota de su ejército.




EL PLAN DE CÉSAR Y LAS CONTRAMEDIDAS DE POMPEYO.





La tarea que se proponía llevar adelante Julio César era ciertamente titánica, se trataba de mantener Dirrachium bajo un cierto control y al mismo tiempo construir una doble línea de fortificaciones que rodease las posiciones de Pompeyo con, es de suponer, la misión o bien de estrangular la capacidad de suministro de su ejército, o bien con el objetivo de obligar a su rival a evacuar humillantemente la posición que defiende, derrotando por tanto, con todas las de la ley, a las fuerzas pompeyanas:



César


Legiones IX, X, VIII, mas otras 5 sin identificar (una de ellas reducida a 5 cohortes).
En total 8 legiones: Un mínimo de 500 jinetes y 30.000 infantes.
César ha tenido que dividir sus fuerzas en muchos grupos, se sabe de sus guarniciones en Lissus y Oricus, y de los contingentes bajo Domicio, Casio Longino, Calvisio Sabino y Lucio Canuleyo. En este punto si que es realmente difícil acertar con la cifra de soldados bajo sus banderas. Esta faceta del artículo estará bajo revisión hasta que concluya la parte III de la narración, una vez que una todas las piezas del puzzle.




Pompeyo


Legiones I, III, IV, V, XXXVII mas otras 4 sin identificar.
En total 9 legiones: Unos 2.000? jinetes, +/-25.000 infantes. El numero de auxiliares es desconocido, quizás 5/10.000.
Sabemos que la mayor parte de su caballería, con Labieno, esta en Dirrachium y es igualmente previsible que parte de su infantería también. Cuenta con guarniciones en Acaya y en diversos puntos fuertes de la costa de Etolia y Acarnannia, amen de las consabidas tropas embarcadas, que poco a poco se irán uniendo a él o desembarcaran en la ciudad sitiada.

Pompeyo, en principio, se limito a fortificar su campamento, que poco a poco seria reforzados por mas unidades provenientes de la flota, y organizar la defensa de Dirrachium, a donde envió a Labieno para, con su caballería, acosar las lineas y la retaguardia del ejército de César. Y en cuanto César dejo claras sus intenciones, con la frenética construcción del muro de circunvalación(17), Pompeyo se dispuso a su vez a dificultar la tarea de su rival trazando, paralelo a las líneas que construía César, otra línea de fortificaciones, de esta forma César y Pompeyo emprendieron una carrera intentando, uno, encerrar contra el mar al otro, y el otro, alargar lo mas posible sus trincheras para no ser envuelto. Por el lado de Dirrachium, y dado que Pompeyo había mandado allí a la caballería con Labieno, se hostigaron con éxito las líneas de César hasta que este emprendió la fortificación de los dos accesos a la ciudad. Una vez anulada la caballería de Labieno, esta fue retirada, reembarcada y transportada a las posiciones en las colinas.



Para César Dirrachium se presentaba como un objetivo vital en si mismo, si llegado el caso no conseguía forzar a Pompeyo, la conquista de Dirrachium compensaría con creces esa decepción, por ello tampoco cejaría en la tarea de hacer caer en sus manos la importante base naval. Comienza así la larga batalla llamada de Dirrachium, una batalla en la que son continuos los golpes de mano de uno y otro contendiente, ataques nocturnos, asaltos mutuos a los distintos baluartes, una continuada guerra de desgaste en la que ambos bandos sufren por igual, con el aditivo, para César, del pésimo abastecimiento al que se ven abandonadas sus tropas, hecho este que César, siempre jugando al limite, lamentara mas adelante.
Como es habitual en los escritos de César de nuevo vuelven las desmesuradas cifras de bajas en las filas de sus adversarios, así leemos que en los encuentros habidos en determinada jornada por todo el perímetro fortificado, son 2.000 los pompeyanos abatidos por tan sólo 20 de sus legionarios, también, por desgracia, nos oculta los encuentros claramente adversos, como el que relata Dion Cassio durante un ataque a Dirrachium. Según parece, César, había sido informado de que se había llegado a un acuerdo con un grupo de traidores dentro de la población, que el acceso a la misma podría ser facilitado al llegar determinada noche ante sus puertas, así se hizo, marcho César entonces con un contingente de tropas escogidas hacia las puertas de la ciudad, pero como quiera que los pantanos que la "protegen" sólo dejan una estrecha franja de terreno entre el mar y las marismas para acceder hasta ella, el ejército de César tuvo que marchar en columna, y encontrándose embarazado en pleno cruce del pantano, la guarnición de Dirrachium, preparada al efecto, hizo una repentina salida atacandole frontalmente, y al punto, tropas pompeyanas desembarcaron en el flanco costero atacando a su vez de lado a la columna enemiga a la que falto muy poco para ser completamente destruida, y sólo la probada pericia del propio César, suponemos, para estos casos extremos, le permitió salir, si no indemne, si con vida de la celada. Fue precisamente este hecho, esta victoria nocturna, la que animo a Pompeyo a tentar de una vez a romper las líneas de circunvalación de César, y que se llevo adelante con un éxito indiscutible.

OPERACIONES MENORES DE LA ESCUADRA POMPEYANA III

Había dejado César en Oricus, al mando del legado Acilio, a tres cohortes de guarnición con la misión de proteger los navíos traídos de Italia (ignoro cuales, pues los de Antonio estaban en Iliria). Cneo Pompeyo (hijo de Pompeyo), a la sazón parece que jefe de la escuadra pompeyana, se llego hasta la bocana del puerto con la intención de destruir todo navío enemigo que pudiese encontrar. Acilio, como medida de prevención, había bloqueado la entrada al puerto hundiendo un transporte en ella, amarrado a este coloco otro barco pesado en el que construyo una gran torre sobre la que dispuso una guarnición de arqueros, los barcos de César fueron amarrados luego a tierra protegidos por la ciudad, y bien apartados de la entrada al puerto. A Cneo Pompeyo, dada la superioridad de sus medios, no le fue difícil arremeter contra esa improvisada fortaleza flotante, para ello distrajo antes a la guarnición atacando con sus fuerzas varios sectores de la muralla de la ciudad, de esta forma, el reducido numero de defensores de la fortaleza flotante tuvo que desalojar sus posiciones tras un fuerte ataque de su enemigo. Una vez rechazadas las fuerzas Césaristas de la batería flotante, condujo Pompeyo a través de la lengua de tierra que, de uno de los lados, da forma a la rada del puerto, a cuatro navíos mediante el uso de rodillos. Una vez puestos a flote dentro del puerto, ataco sin oposición los desvalidos barcos de transporte varados en la playa incendiando todos menos cuatro que remolco para si. Tras concluir con éxito la operación, se alejo de Oricus y se dirigió al norte en donde intento, ya sin éxito, tomar con sus fuerzas Lissus, aunque si logro otro de sus objetivos, destruir los últimos barcos de Antonio, 30 transportes, que se encontraban recogidos en el puerto. César, a partir de este momento, se ha quedado ya sin fuerzas navales, al menos en el Adriático.
Volvamos ahora al momento en que César consigue, sin duda tras muchos esfuerzos, rodear finalmente al ejército de Pompeyo en las colinas en donde este se hace fuerte, Pompeyo es consciente de que, tarde o temprano, debe conseguir romper el cerco enemigo so pena de salir mal parado, mas que militarmente, moralmente, que no es poco. Si ya sus tropas se sienten sin duda inferiores a las Césarianas, cualquier golpe moral puede acabar por forjar el mito del César invencible, Pompeyo no puede permitir que esto ocurra y por ello esta decidido a forzar las posiciones de su adversario.


Los relatos de los enfrentamientos entre los ejércitos de Pompeyo y César en las fortificaciones que ambos construían junto a Dirrachium son muchos, aunque dispersos por los diferentes autores, Plutarco, en Vida de Antonio, nos habla de dos celebres choques entre las tropas pompeyanas y Césarianas en las que los pompeyanos consiguieron derrotar a sus enemigos pero que, gracias a la intervención del propio Antonio con sus fuerzas de reserva, se pudieron rehacer y rechazar a los pompeyanos hasta sus líneas.César relata varios choques más, en definitiva, durante los mas o menos dos meses que parece que duro este tipo de guerra los combates de baja y media intensidad fueron continuos y, sin duda, las bajas repartidas por igual entre uno y otro bando, como bien señala Dion Cassio.


Por aquellos días, César lleva ya tiempo sufriendo los efectos del desabastecimiento, sus hombres están cansados y la tarea que llevan a cabo es superior a sus fuerzas, el perímetro que tiene que cubrir su ejército es demasiado amplio como para, teniendo en cuenta a quien tienen delante, salir triunfantes de la prueba. Pompeyo prepara el contraataque, para él es sencillo acumular en un sólo punto un gran numero de cohortes, el ataque será pues avasallador. Según César, la penetración pompeyana fue decisivamente facilitada por dos nobles galos que desertaron de su lado para escapar de un justo castigo por su comportamiento corrupto y desleal, César argumenta que fue a causa de estos dos hombre, de la información que proporcionaron a Pompeyo, por lo que este ataco precisamente en el punto mas vulnerable de su dispositivo. Personalmente creo que es falso lo que nos transmite César, si que en efecto los dos hombres informaron a Pompeyo de datos de importancia, pero sin duda el ataque contra el perímetro de fortificaciones de su enemigo fue obra del mas que sensato raciocinio del propio Pompeyo, que escogió para romper la líneas Césarianas el punto mas alejado del campamento del propio César, que además, había sido el ultimo punto al que habían llegado las tropas de este y por tanto es lógico que estuviese, en cierto modo, menos preparado que otros puntos de la obra, también, por su ubicación, podía ser atacado al mismo tiempo desde el flanco marítimo, era pues, evidentemente, el punto mas vulnerable de toda la línea Césariana, por ultimo, descargaría tal golpe de gente, tanto legionarios como lanzadores de proyectiles, que los defensores se tendrían que ver superados por necesidad.



LA BATALLA FINAL

Preparo Pompeyo detenidamente el plan de de ataque contra las fortificaciones de César, volcaría sobre las defensas de su enemigo un golpe tal, del que seria difícil pudiesen recuperarse. Concentro para el lance a un numeroso grupo de flecheros y auxiliares de infantería ligera, a todos estos los embarco y condujo hasta el flanco marítimo por donde se podría atacar la línea de fortificaciones Césarista tanto por el lado que la al mar como por su retaguardia. De frente lanzo Pompeyo dos de sus legiones, las tropas de vanguardia incluían en su vestimenta protecciones de mimbre contra los tiros de honda (14), única arma arrojadiza de larga distancia con la que contaban las fuerzas de César, todo el genio de Pompeyo se vuelca en conseguir el éxito en la operación, de esta forma, las tropas, arengadas por el propio Catón, se lanzan con entusiasmo contra las líneas enemigas, da comienzo así la fase final de la larga batalla de Dirrachium.

Atacados así por sorpresa los legionarios de la IX legión de César que guarnecían el sector, poco pudieron hacer ante la avalancha que se les vino encima, por un lado los flecheros enemigos, que consiguieron cubrir el avance de las tropas que tomaron las fortificaciones de la fachada marítima, las cuales, una vez abierto el flanco, comenzaron a penetrar en dirección a la retaguardia de las cohortes Césaristas. De esta forma, los legionarios que difícilmente se defendían frente a las 20 cohortes pompeyanas que avanzaban frontalmente contra ellos, se vieron totalmente desbordadas al tener que dar cara también a las numerosas tropas que les atacaban por la espalda, el pánico se apodero de los soldados de César, que comenzaron ahora una precipitada fuga. La persecución de las tropas Césarianas se llevo adelante con saña, los pocos refuerzos que iban llegando de este lado se contagiaban del pánico y se unían también ellas a la fuga. Por fin, cuando hizo acto de presencia Marco Antonio, con 12 cohortes, se pudo rehacer el frente. Los pompeyanos se dieron entonces por satisfechos y retrocedieron, se habían hecho con un amplio sector del lienzo de las empalizadas, Pompeyo inmediatamente tomo posesión de ellas y comenzó a trasladar allí todo su ejército, César, que llegaba ya al lugar con refuerzos tuvo, en principio, que darse por vencido en tanto en cuanto preparaba el desquite.



EL CONTRAATAQUE DE César

Relatamos a continuación el celebre combate provocado por César en el que sus fuerzas se vieron rebasadas por el enemigo y que condujo a su derrota final en la batalla por Dirrachium.



Pompeyo sitúa sus nuevos campamentos, a donde llevara a casi todos sus efectivos, en el área recién conquistada a su enemigo.






Cesar reorganiza sus posiciones, ahora construye nuevas fortificaciones de cara a las nuevas líneas establecidas por su enemigo, reúne, no obstante, un gran numero de unidades en espera de alguna oportunidad de resarcirse de la derrota.





Un campamento (15) que había sido construido por la IX legión de César tras la primera derrota y que luego fue abandonado, reocupado por el enemigo (18) y luego de nuevo abandonado por este, a ese campamento es de nuevo enviada una legión por Pompeyo con la intención de reocuparlo.





César, presente en la zona y expectante por lo que pueda ocurrir, es informado que se ha divisado a la legión de Pompeyo marchando sin cobertura en dirección al campamento abandonado. César decide movilizar sus fuerzas y lanzar un ataque sorpresa contra la desvalida legión pompeyana, él en persona ira en cabeza del ataque y para ello reúne 33 cohortes, algunas ya bastante tocadas tras el reciente descalabro. La columna de ataque fue dividida en dos partes, avanzando paralelas y alejándose lo mas posible de la vista de los centinelas pompeyanos.




El rápido movimiento de César no fue detectado por los enemigos, por lo que al punto de llegar frente al fuerte enemigo Pompeyo cayo en la cuenta de la celada, la legión pompeyana, enfrentada al rápido ataque, cedió rápidamente las posiciones de la primera empalizada, de donde, conducidos por César, los legionarios asaltantes empujaron a los defensores que corrieron a establecerse en el segundo fortín interior, la férrea defensa que hacían los pompeyanos de sus posiciones, de las que no obstante fueron de nuevo expulsados, hicieron ganar un tiempo precioso a Pompeyo.





La segunda columna de ataque, encargada de flanquear el fuerte atacado se encontró, sin apercibirse, con la empalizada que se llegaba hasta el río, la siguieron pensando que era efectivamente parte del propio fuerte, al llegar a su final, junto al río, se dieron cuenta de su error, no obstante la atravesaron hombres y caballos aunque con mas precipitación y desorden del debido.





Cuando las tropas Césarianas intentaban torpemente formar al otro lado de la empalizada, junto al río, la caballería pompeyana, en pleno, evolucionaba ya frente a ellos preparada para cargar, el pánico se apodero inmediatamente de los hombres de César, a partir de este momento el flanco derecho desaparece como fuerza de combate, la huida y la persecución es general.




Pompeyo marcha, al mismo tiempo, con la V legión de refuerzo al campamento atacado, los defensores pompeyanos, animados con la venida de refuerzos y con la presencia del propio Pompeyo cargan ahora con fuerza contra los soldados de César, se recuperan posiciones y comienzan los Césarianos a atemorizarse ante el desenlace que se ve venir, la infantería, enterada del desastre en el flanco derecho y temiendo verse ahora rodeada comienza a perder su cohesión, la presencia de César no sirve de ninguna ayuda, en esta ocasión no es capaz de articular ninguna medida eficaz, y él mismo se tendrá que dar a la fuga a la vista del propio Pompeyo.



En su huida fueron presa fácil los hombres de César, no existía ninguna cohesión y, tan sólo, la estrechez de las puertas del fuerte, por donde trataban de escapar, evito al mismo tiempo que los pompeyanos pudiesen desplegarse cómodamente para el ataque. Al final, el propio César reconoce que si Pompeyo, que no subestimaba en absoluto la capacidad de su enemigo, hubiese continuado con su empuje, la batalla y la guerra estaban perdidas. Según leemos en otros autores, Labieno fue el que convenció a Pompeyo para concentrar los esfuerzos en perseguir a los dispersos legionarios, quienes todavía huían, antes que volcarse en un ataque sobre los reales de César, ataque que fue finalmente anulado.



LA GUERRA EN LOS OTROS FRENTES


Dejamos a César ante Dirrachium y fijamos nuestra atención en el no menos importante frente secundario de Macedonia, César ha enviado allí a Domicio Calvino al frente de dos legiones veteranas y un contingente de caballería de 500 hombres, deberán enfrentarse a las dos legiones venidas de Siria con Escipión y a sus muchos aliados de infantería y caballería, cuantos de estos últimos? calculo que unos 3.000, lo que dejaría a Pompeyo con unos 4.000. Con él se alinean la caballería tracia y todos los contingentes orientales que, si bien no tienen mucha utilidad (como se vera en su debido momento) si que para el tipo de guerra que emprenderá Escipión tienen cierta valía, la cifra?, alta, quizás 10.000 hombres, los suficientes para poder maniobrar con comodidad entre las tres legiones que tiene César desplegadas en ese frente, para Dion Cassio el contingente aliado de Asia será incluso superior a las propias tropas romanas de Pompeyo en Farsalia (en su debido momento estudiaremos este tema).


LLegado Escipión a la costa macedonia (4), resolvió dividir sus fuerzas, aprovechando su ventaja numérica, al frente de la caballería y de una legión reforzada marcharía rápidamente sobre Tesalia para intentar sorprender a L. Casio Longino quien se encontraba en el país recabando suministros y aliados para el ejército de César. En el país dejaría, a cargo de los bagajes y para guardar la retaguardia, a Marco Favonio con 8 cohortes, mientras él daba cuenta de Casio Longino, seguramente despistado en la tarea de reunir todos los suministros y aliados posibles en Tesalia.


A partir de este punto las informaciones de nuestras fuentes son un poco confusas, César, como siempre, se calla los encuentros adversos de sus fuerzas e, incluso, llega a tornar o a confundir lo que comentan nuestras otras versiones y a afirmar que Domicio golpeo repetidas veces a Escipión, pero por Apiano y Dion Cassio sabemos que hubo un duro combate en este frente, para Apiano fue Domicio Calvino el derrotado, para Dion Cassio el golpeado fue L. Casio Longino primero y luego el propio Domicio, lo cierto es que los legados de César perdieron seguramente entre 3 y 4.000 hombres en estos encuentros y, aunque César no cuenta nada de esto, sí que tiene que reconocer que Casio Longino debe salir corriendo de Tesalia y Domicio retroceder ante Escipión, aunque muy sibilinamente nos dice que lo hace tan sólo por falta de suministros.


EL CAMINO DE FARSALIA.


Ahora llega otro de los momentos cruciales del conflicto, después de salir a marchas forzadas del campo de batalla de Dirrachium y conseguir alejarse de Pompeyo (reconoce Pompeyo la imposibilidad de dar alcance a César quien, al haber salido sigilosamente, ha conseguido una decisiva ventaja (13)), los dos contendientes deben decidir la estrategia para esta nueva etapa de la campaña, César, bastante tocado, se ve obligado a regresar a una base segura, en este caso Apollonia, en donde pagar a sus tropas (curioso) y dejar a los heridos y enfermos (11), comenta en este momento en sus escritos el error que cometió al ofrecer batalla a Pompeyo junto a su base de operaciones, ahora intentara alejarlo lo mas posible de la costa para que sufra el también por los efectos del desabastecimiento (7), también planea, llegado el caso, lanzarse sobre Escipión. Estas reflexiones, obviamente falseadas, son contradecidas por los hechos que nos comunican todos los demás historiadores, e incluso, por el propio César, quien en sus textos entra continuamente en paradojas de difícil salida. César ha perdido la iniciativa pero no quiere reconocerlo, ahora todo depende tan sólo de los errores de su contrario. Pompeyo, quien como sabemos se titula imperator por la victoria en Dirrachium, no se lleva a engaños y, por Dion Cassio, advertimos que lo que él considera victoria es, no el haber derrotado militarmente a las legiones de César como celebran sus oficiales, si no haberle llevado al extremo de tener que rendirse a la falta de suministros, César sólo moverá a partir de este momento siguiendo una senda que le permita abastecer a sus ejércitos, se ha terminado su tiempo, y ahora es presa del ejército pompeyano.


Es importante observar como Pompeyo reconoce que su victoria militar sobre César es consecuencia, principalmente, de los errores estratégicos de este, ahora César se ha colocado en una delicada situación, Pompeyo es posible que ya no tenga que llegar a las manos para derrotarle, con el debido acoso podría quebrar la resistencia de su ejército sin tener que llegar a la siempre imprevisible batalla final, sin duda es para estar contento.




Así es, César ha sido derrotado por la estrategia pompeyana de dilación, y al perder la iniciativa esta cae de lleno a los pies de Pompeyo, quien decide, dado que César se ha escurrido y alejado del interior, aprovechar esta circunstancia, girar 180 grados y marchar contra las dos legiones de Domicio en Macedonia, dejando antes en Dirrachium, eso sí, 15 cohortes y los pertrechos de la oficialidad al mando de Catón (10), Julio César no puede hacer nada, sólo "rezar" (3) para que su general salga sano y salvo del embrollo en el que le ha metido, pues, incomprensiblemente, no ha sido avisado a tiempo de la (5) retirada de Dirrachium (según los Comentarios sólo tras llegar a Apollonia despacha correos hacia Domicio), quien se encuentra desprevenido en Heraclea Sentina, precisamente en medio de la ruta por la que marchan las legiones de Pompeyo. La suerte quiso que Domicio se enterase de la repentina llegada de Pompeyo con cuatro horas de antelación, las suficientes para echar a correr y alejarse del lugar en dirección a Tesalia, en donde encontrara, y se unirá, al errante ejército de César. Pompeyo, que vio así frustradas sus esperanzas, resolvió unirse ahora al ejército de Escipión, quien, tras las noticias de la victoria de Dirrachium, había movido sus reales hasta el centro de Tesalia, acampando entonces en Larissa. Pompeyo marcho ahora hacia él, uniendo sus fuerzas alinearían un ejército cuantitativamente muy superior al de su adversario, debilitado por las perdidas de todo tipo sufridas hasta ahora en la difícil campaña.



César, tras dejar en Apollonia, según se ha dicho, a heridos y enfermos junto con una nutrida guarnición, continuo su camino en dirección hacia Tesalia, alejándose de las grandes ciudades, se volcó sobre la pequeña ciudad de Gomphi, a la que sometió a un despiadado y anárquico(6) saqueo, se habían acabado las contemplaciones, el ejército de César hizo pagar a los habitantes de la ciudad Tesalia todas las frustraciones de la campaña, César da a entender que trataba de ser ejemplarizante para con las ciudades vecinas, no cabe duda, pero también que el tema se le escapo de las manos como no deja de señalar un autor como Apiano Tras los hechos de Gomphi, las restantes ciudades, menores, que César encontraba al paso le abrían sus puertas, quien una vez abastecido seguía su camino. Que plan tenia César por aquel entonces?, por lo que sabemos y podemos deducir ninguno a corto plazo, ahora mas que nunca dependía de la decisión que tomase Pompeyo. De continuar la guerra en Grecia César tenia la intención de ir moviéndose hacia el sur, siempre con la esperanza de llegar a un encuentro decisivo con su rival, a caballo de las cosechas y de los territorios en donde poder abastecerse, pues a eso estaba limitado, contaba con unirse a las fuerzas destacadas en Beocia-Tesalia o, llegado el caso, mas complicado, marchar hacia el norte en donde esperaba dos legiones de refuerzo (12). En estas estábamos cuando llego César hasta los campos de Farsalia, siempre a la búsqueda de provisiones, acampo en el lugar y, por fin, su enemigo, reunidos Pompeyo y Escipión, hizo acto de presencia.



NOTAS:


(1) César cuenta con la adhesión de varias facciones entre todos estos pueblos del centro de Grecia.

(2) Ofrecer si que ofrece, pero desplegado frente a sus fortificaciones, en donde el gran numero de sus arqueros puede situarse en las empalizadas y torres del campamento defendiendo toda la línea de batalla pompeyana, César no quiere combatir de cualquier manera, por lo que no acepta este tipo de lucha.

(3) César reconoce en sus escritos estar muy turbado pensando en la suerte que podía correr el ejército de Domicio.

(4) La cronología dada por César sitúa este hecho casi al final del combate por Dirrachium.

(5) César se excusa comentando que tras la derrota en Dirrachium todos los caminos se volvieron impracticables, los enemigos vigilaban todas las rutas y que por ello fue imposible hacer llegar las nuevas hasta Domicio.

(6) El ejército de César estaba tan tocado que al llegar a la pequeña ciudad se desbandó por completo hasta el punto que se afirma que si Pompeyo les hubiese estado siguiendo podría haber acabado con todos ellos de un plumazo, evidentemente César sabia que esto no era posible, de lo contrario dudo que hubiese dejado a sus tropas desbandarse de esa manera tan marcada. En sus comentarios César afirma que esta licencia con la ciudad conquistada ayudo ha hacer recuperar a sus hombres la moral después de tantos sinsabores.

(7) César no reconocerá nunca que tiene que retirarse por que su adversario le ha vencido y que ahora se encuentra a merced de su estrategia, en estos momentos debe llegar obligadamente a lugares en donde ser abastecido en el día a día, y no, como nos quiere hacer creer, que todo es parte de una de sus nuevas concepciones estratégicas, la de alejar a Pompeyo de sus bases de operaciones, esto es absurdo, cuando sabemos que este domina los principales puertos y tiene a su disposición centenares de navíos y toda Asia para abastecerle, como bien comentan Dion Cassio y Apiano precisamente a este respecto y en este contexto. Esto es como aquel borracho que quieren echar de un bar y que contesta que a él nadie le echa, que él se va pero por que quiere..

(8) Esto resulta extraño pues, como es reconocido, la amplia superioridad de la flota pompeyana casi le permite garantizar el suministro de sus ejércitos estén donde estén, como así se hará pese a la propaganda de César intentando hacer ver que el ejército de Pompeyo pasa algún tipo de penalidad en las posiciones que bloquea en las colinas cercanas a Dirrachium.

(9) Según Plutarco Antonio transporta a Grecia unos 20.000 hombres y 800 jinetes.

(10) Dato importante extraído de las Vidas Paralelas, 15 cohortes que restaremos del ejército de Pompeyo en Farsalia, en contra de los que, erré que erré, insisten en dar unas desmesuradas cifras de legionarios a cual mas estrambótica, trataremos nosotros de dar la cifra más cercana a la realidad cuando lleguemos al capítulo sobre Farsalia. Catón es dejado en Dirrachium, según Dion Cassio, por que Pompeyo no se fía de él, teme que, en el caso de que venza en la guerra, al día siguiente sea depuesto por el propio Catón, arrebatándole esa especie de principado que parece querer alcanzar. La presencia de Catón en el ejército pompeyano en Dirrachium no dejo de tener su beneficiosa influencia, Pompeyo, según comenta Plutarco en Vida de Catón, trataba con deferencia a este importante republicano, y era correspondido en la medida en que Pompeyo se mantenía dentro de los limites considerados políticamente correctos. Se cuenta la emotiva arenga que Catón dirigió, a instancias del propio Pompeyo, a las legiones, un discurso que enardeció a los soldados que marcharon al combate con un entusiasmo, es posible que el ultimo de los choques en Dirrachium, el de la victoria final pompeyana.

(11) Otro dato importante para calibrar el numero de las fuerzas Césarianas durante la fase final de la campaña, según Césarse dejan en Apollonia 5 cohortes de guarición, en la ciudad dejaran ahora a los heridos y enfermos, su numero, sin duda alto, un equivalente a mínimo 5 cohortes, volveremos a estas cifras cuando lleguemos a Farsalia.

(12) Este dato es curioso, según César dos legiones venían por Dalmacia, hemos de interpretar que en ese momento no sabia de la derrota de Gabinio en esa región?, de lo contrario no se a que legiones se refiere.. una incógnita más de la campaña.

(13) César no deja de reconocer la diligencia de Pompeyo, que lanza en su persecución a la caballería en tanto en cuanto llegan las fuerzas de a pie. La caballería, dado lo abrupto del terreno, es presa fácil de las emboscadas, de esta forma César consigue rechazar a los primeros escuadrones pompeyanos, que deben volver grupas, al final, la conocida pericia de sus tropas y de él mismo hacen que para su enemigo sea literalmente serle imposible darle alcance, por otra parte Pompeyo tiene ya en mente un buen plan alternativo.

(14) No queda claro si César se refiere a que dispone de honderos o bien que los soldados hacen uso de las piedras como simple y primitiva arma arrojadiza sobre los asaltantes enemigos.

(15) El único plano del campo de operaciones que he encontrado es el de Fuller, a todas luces erróneo, pues coloca el nuevo campamento que construye la IX legión al otro lado del río Lesnika e incluso entre el perímetro fortificado con el que César rodea a Pompeyo, el propio César comenta que el campamento fue construido por su legión después de la derrota, por lo que evidentemente no podría estar dentro del perímetro de las antiguas líneas fortificadas, lo mas lógico pues, sabiendo que estaba junto al mar, es que estuviese paralelo a estas cerrando de nuevo la salida de Pompeyo hacia el exterior .

(16) Sabemos que Pompeyo estaba muy contrariado por la rápida y victoriosa campaña de César tras su desembarco en Grecia, si conquistaba Dirrachium seria, realmente, una gran victoria para él, Pompeyo no podían permitir que su principal base de operaciones en Grecia cayese en manos de su enemigo, aunque solo fuese por prestigio.

(17) Después de Alesia estaba clara para todos la intención de César, por lo que no tardo mucho Pompeyo en comenzar a su vez a construir su propio muro de contradefensa.

(18) Legión pompeyana que luego trabajo en su engrandecimiento en previsión de la llegada de nuevas unidades (se amplio el espacio total de la fortificación y se tiro una empalizada hasta el río para proteger a los aguadores).




Este articulo está realizado por " Satrapa1" y lo dedica a D.Jorge Eduardo Moises Oliver 8 ( Mexico D.C.). Mi opinión personal sobre el mismo, es excelente